Compañero.

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Ya casi iba a llegar la hora no apta para que los humanos estuvieran en la calle y mucho menos en un bar.
Ultimamente había decidido cumplirle ciertos caprichos al teniente, y este era uno de ellos, pero cada cosa tenía ciertos límites y ya debíamos regresar a casa. Así que decidí levantarme de mi molesto asiento y acercarme a mi objetivo, al ya estar a su lado me quedé estático por un momento mientras le escaneaba. Estaba dormido en la mesa, con una copa de wisky en la mano y con altos niveles de ebriedad en su cuerpo. Rodé los ojos y le removí un poco.
-Teniente. -No obtuve una respuesta, por lo que me permití sacudirlo con más fuerza- Teniente, es tarde, debemos irnos- Un gruñido fue lo que salió de sus labios. No viendo alguna otra opción le di un golpe en la cara tal y como la vez anterior, y gracias a lo que fuese se enderezó de golpe y me miró con el ceño fruncido.

-¿Qué coño crees que haces, puto androide?- Intentó agarrar la copa con alcohol que hace un momento tenía, logrando simplemente derramar torpemente el líquido en la mesa.- Mierda...¡Jimmy!- Suspiré, era un hombre tan terco y testarudo.

-No, teniente- Lo jale del brazo alejandolo de la barra- Ya está lo bastante ebrio como para ingerir más alcohol. Según mi escaner lleva veintinueve gra...

-Cállate Connor ¡Dejame beber!

-Ya beberá un agua de hierbas en casa, o una pastilla, pero debemos irnos- Tiré de su abrigo una vez más, le agradecí a Jimmy y salí casi empujando a mi compañero por la puerta- Deme las llaves del coche, teniente, no puede conducir así.

-¡No voy a dejar que una puta máquina conduzca! ¿Me quieres matar?

-Estoy en todos mis cabales, es preciso que yo conduzca. El único final posible si usted está al volante es un accidente, y le puedo asegurar que no quiere eso- Un gruñido fue lo que procedió mis palabras, al igual que las llaves casi me dieran en la cara debido a la falta de coordinación de mi compañero, por suerte logré atraparlas y sin perder un segundo me monté en el coche y esperé a que él hiciera lo mismo. Poco tiempo después ya estábamos de camino a casa y lo único que me acompañaba eran los ronquidos del teniente a mi lado. En cuanto estuve en semáforo en rojo, me apresuré para reclinar la silla de Hank para que estuviera más cómodo y seguidamente puse mi chaqueta sobre él queriendo protegerlo del dañino frío. Suspire volviendo a conducir, al menos ya no roncaba y mi camino se hizo más calmado y pasmoso. Ahora lo que tenía mi preocupación era saber si Hank había comprado algo de comida para Sumo, me costaba entender cómo aquel San Bernardo aún vivía, si es que estaba seguro que el teniente lo alimentaba una vez al mes. En eso volteé a ver a quien dormía plácidamente en la silla a mi diestra, se veía calmado y tenía una pequeña sonrisa en el rostro...aquello a lo que los humanos llamaban un gesto de felicidad. Me miré en el espejo superior del coche e intenté imitar aquello, encorvé las comisuras de mis labios levemente y luego negué llevando la vista al camino. Me veía completamente ridículo tratando de imitar un gesto humano cuando sabía perfectamente que era sólo una máquina diseñada para obedecer.

            -Sumo, aquí - Palmee el colchón a mi lado y en seguida el perro se montó. La temperatura del teniente era baja y para regularla debía poner algo caliente o tibio a su lado, y qué mejor que un perro gigante y peludo. Ahora Hank estaba bajo las mantas y con Sumo a su lado proporcionandole una temperatura más requerida para su organismo. Asentí y salí de la habitación dirigiéndome a la cocina, mi chaqueta seguía sobre el cuerpo de mi compañero, pero no era problema para mi ya que el biocomponente que me daba sensibilidad al frío y al calor permanecía desactivado.
Ya con las mangas de mi camisa dobladas apoyé las manos en la encimera y me dispuse a descargar datos de como combatir la gripe en humanos. Segundos después hallé varias respuestas y entre esas estaba hacerle un agua de hierbas. Así como por casualidad había mencionado en el bar. Revisé los cajones y por suerte tenía lo que necesitaba así que con algo de prisa las puse a hacer. Mientras el agua estaba en proceso de hervir me acerqué a la mesa de la cocina y tomé la foto de Cole, la escaneé por segunda vez y corroboré que estaba muerto.
Recopilando información supe lo que ocurrió realmente cosa que me produjo...impotencia. Por un momento desee haber estado en ese lugar para impedir que todo aquello ocurriera...tal vez a día de hoy Hank sería feliz junto a su hijo...y pensar en esa posibilidad dejaba una calidez extraña en mi pecho. Pensar en que la sonrisa que le vi en el coche sería más sicera y constante si Cole estuviese cerca me daba una tremenda satisfacción. Era extraño...pero me gustaba...
Claramente no sabría entender lo que podría provocar la muerte de un ser querido en una persona, por el simple hecho de que yo era una máquina sin dichos sentimientos, y aunque, luego de la revolución divergente yo era consciente de que tenía cierto porcentaje de inestabilidad en mi software no me gustaba admitirlo. Muy dentro de mi me frustraba haber fallado en todo lo que me había propuesto y deseaba haber cerrado ese caso. Pero entonces es cuando a mi memoria llega todo lo que he pasado con el teniente y como miles de androides ahora viven el libertad en Detroit, y extrañamente me quedo a gusto con el resultado.
Ahora, Detroit era habitada por androides y Humanos que vivían en paz sin herirse unos a otros, e incluso una parte de los divergentes aún servían a los humanos, pero no como esclavos, sino por voluntad propia o por un sentimiento más allá de la amistad...
Entonces...¿Qué hacía yo viviendo con Hank?
Lo más obvio era pensar que éramos amigos, compañeros de borrachera, colegas o así. Creía que él pensaba de esa forma, así que por consiguiente yo debería pensar lo mismo, pero no sentía que fuera del todo cierto. Yo pensaba...sentía algo más, pero no sabría como llamarlo. - ¿Hm?- Despabilé al darme cuenta que el agua más que hervir ya se estaba evaporando, la apagué con rapidez y me dispuse a ponerle las hierbas y varias cosas necesarias para que quedara agradable al gusto, cuando ya estuvo listo serví en una taza la cual decía "El mejor policía" y me encaminé al cuarto para entregárselo -Teniente -Me senté en el borde de la cama- Teniente, le he hecho un agua de hierbas. Fuentes dicen que esto ayuda a regular la temperatura, a bajar el dolor de cabeza y quitar la resaca. -No respondió, me iba a levantar para golpearlo pero Sumo se me adelantó poniéndole la pata en la cara sin delicadeza, cosa que me provocó una leve risa.

-¡Joder, Sumo, quítate! -Empujó al animal y se refregó los ojos.

-¿Teniente? -Vi Cómo se sobresaltó ante mis palabras.

-¡Maldita sea Connor! Si no me mata el alcohol ya lo harás tú dándome esos sustos. -Ladee la boca y fui hasta estar a su lado para agacharme y quedar a su altura.

-Hank, beba esto- Le extendí la taza la cual miró con una ceja encorvada.

-¿Qué es esa mierda? ¿Le has puesto veneno o alguna de esas putadas?- Rodé los ojos.

-Debería beberlo y ya, estoy seguro de que si empiezo a darle explicaciones sobre lo que es se va a enfadar por mi forma de hablar y va a obligarme a salir de la habitación.- Una sonrisa fue la respuesta a mis palabras, me quedé viéndolo con atención mientras se acomodaba en la cama apoyando la espalda en la cabecera de la cama.

-Presta -Dijo molesto y me arrebató la taza sin llegar a regar un poco.

-Espero le guste, teniente. Hice lo que pude, no hay mucho con qué hacer en esta casa.- No recibí respuesta, él sólo se limitó a soplar pasmosa mente el agua y luego beber de ella sin prisa.

-Bueno, está mejor de lo que yo habría hecho - Sus palabras me dejaron satisfecho, me levanté para ir a la sala a arreglar lo que pudiera.

-Connor. -Pero él me detuvo.

-¿Qué pasa? -Volteé a verlo y en seguida lo escaneé, su ritmo cardíaco había acelerado notoriamente y su sangre se había concentrado en sus mejillas. Descarté mi destino anterior y volví a hincarme junto a él.

-¿Por qué cojones tengo tu chaqueta encima?- Me quedé corto sin saber qué responder, nuevamente mi software presentaba inestabilidad y empecé a sentir algo a lo que los humanos llamaban...vergüenza, era bastante extraño.

-Bueno...- Simplemente opté por decirle la verdad- De camino a aquí usted se quedó dormido en el asiento y yo la puse sobre su cuerpo para protegerlo del frío...y cuando lo vine a acostar se la dejé -Puse una mano sobre la prenda- ¿Hay algún problema? Si quiere la puedo retirar.

-No, no -Negó con cierta euforia colocando su mano en la mía- No hay problema, sólo se me hizo extraño.

-Oh...- desvié la mirada y volví a levantarme- Está bien. Hank, si necesita algo voy a estar en la sala. - Asintió, quitó su mano y yo en seguida salí de allí, seguía sintiéndome avergonzado...si esto sentían los humanos...era horrible. Respiré hondo tratando de relajarme y en eso me di cuenta que la mano que había hecho contacto con Hank no tenía la piel activada, estaba completamente blanca y se podían ver las soldaduras y articulaciones sin problema. Me sentí completamente extrañado, normalmente esto sólo me pasaba cuando quería transmitir alguna cosa a cierto organismo o a algún aparato electrónico...pero...¿Yo Qué habría querido transmitirle al teniente?
Este sentimiento ya empezba a inquietarme, necesitaba descubrir que era lo que sentía, porque los sucesos en mi programa y mi inestabilidad al estar con el teniente aparecía frecuentemente, cosa que no me pasaba con ningún otro y era extraño.
Debía aclararme, y lo lograría de alguna forma.- Que complicados son los humanos.




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Bon día / Bona nit

No voy a dar explicaciones sobre esto, perdonadme, he caído en la tentación de los fics de esta bella pareja.

Espero os guste

Bye Bye criaturitas del mundo

15 / Junio / 2018

Sistema Inestable [HankCon- Detroit: BH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora