Sistema Inestable [HankCon- Detroit: BH]

Corazones Rotos.

Quiso escapar nuevamente.

Habían tantos ojos puestos sobre su cuerpo que era incapaz de pensar claramente, su respiración era errática a pesar de ser una máquina y sus fanales azul cielo brillaban en desesperación y angustia, sintiendo como el teniente hacia presión en sus dos brazos, sin llegar a sentir dolor pero sí miedo, temiendo que lo dañara, que lograra torcer o romper algo gracias a la presión que ejercía.

—Dame respuestas, Simón, porque no estoy dispuesto a esperar toda la maldita noche.

Su mirada de enterró en el suelo y mientras se envolvía en un revuelto de emociones negativas sentía su cabeza querer explotar. ¿Por qué el teniente se había enojado tan de repente?

Quizá se debía a los grados de alcohol bailando en su sangre.

— Parece que no has aprendido nada Hank, no vas a sacarle nada por mucho que lo fuerces de esa manera, sólo logras que quiera irse.

Aunque las palabras de Kamski salieron de forma apacible había algo en ellas que demandaba dureza, más estas fueron ignoradas tan fácilmente por el teniente de ojos hinchados. El ambiente de olor a alcohol yacía cada vez más pesado, el silencio parecía jugar en contra alimentando una desesperación creciente que probablemente no cesaría pronto, Simon sólo quería esconderse en algún sitio.

—Teniente...— fue entonces que una tercera voz cortó el silencio rápidamente. Conner se acercó al teniente con calma, posando sus manos sobre las ásperas y frías del mayor. Ambos se miraron por unos segundos y aunque el castaño trató de mantener una sonrisa hubo algo en su pecho que sintió quemar, y simplemente bajó la mirada y suspiró. — Déjelo ya, seguramente él no tiene nada que ver con esto, por si no lo nota, teniente, parece incluso más confundido que usted...Simplemente lo está asustando.

— ¡¿Crees acaso que eso me importa, androide estúpido?!— gritó, rebosando en desespero, apretando aún más las manos en los brazos del ojiazul que se quejaba por lo bajo.
En ese momento no lo notó, pero gracias a sus palabras desmedidas una herida se abría bruscamente en el corazón metálico de su compañero— ¡Necesito que me diga la verdad! ¡Estoy seguro de que planteaste todo esto!¡¿No es así?!

—... Cuando llevamos a Connor con el señor Kamski...Connor se encontraba casi destruido, tenía un balazo en la cabeza y todo su cuerpo estaba lleno de abolladuras...

— ¿Por qué no me lo dijeron? Mierda, ¡¿por qué no me avisaron que habían encontrado a Connor?! — Simon sólo se encogió, temblando y negando pausadamente.

— No lo sé...

— ¡¿Cómo no ibas a saberlo si fuiste tú quien lo llevó con Kamski?! ¡Deja de decir estúpidas mentiras!

— ¡Yo no lo sé! —Entonces explotó y, mirando a su mayor a los ojos decidió soltarse por cuenta propia empujándolo con tal fuerza que logró tumbarlo en el sofá.

— ¡T-Tenient-...!

— ¡No se suponía que fuera de ese modo! ¡No se suponía que no lo supiera! —las lágrimas comenzaron a bajar sin permiso alguno, malos recuerdos llegando de a golpe a la memoria del menor, de ese pequeño rubio que no tenía mínima idea de que había estado haciendo mal.— Usted debía saberlo teniente Anderson, Markus me prometió que se lo diría...me prometió que usted estaría al tanto de todo. Yo estaba preocupado por usted, temía que pudiera atentar contra su vida una vez más luego de perder a Connor...Me dejé convencer de las palabras de Markus y me disculpo por eso, pero aquí no soy yo quien está cometiendo un error...Por favor...— jadeó, sintiendo el aire escacear— estoy igual de confundido que usted. Vine aquí porque descubrí esta noche que usted nunca se había enterado de Connor, vine porque temía que hubiera acabado con su vida... Yo...