Tres

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- ¿Qué hice para merecer esto? - Dijo MinHo lamentándose el estar ahi.

- Hola – escucho a sus espaldas y volteo de inmediato - ¿Necesitas ayuda? –

MinHo achicó los ojos para ver al contrario. Llevaba una gorra azul pero se alcanzaban a ver unos mechones castaños salir por las orillas, sus ojos eran realmente rasgados, tenía ropa que combinaba con la gorra y una hermosa sonrisa.
MinHo hubiera aceptado, pero el chico estaba sucio, tenía tierra en los pantalones al igual que en sus manos. Y algo que exigía el moreno, era limpieza.

- No -

El contrario río un poco y se acercó.

- ¿A dónde vas? -

MinHo hizo una mueca y dio un paso hacia atrás.

- Voy a una casa - contesto cortante.

- Puedo ayudarte con tus maletas, se ven pesadas - se acerco mas el contrario, pero MinHo se negó.

- No, vas a ensuciar mis maletas -

- ¡Oh! -

El contrario limpió sus manos con su camisa y se las mostró.

- Ahora ya no -

- Tus uñas siguen sucias - dijo serio.

- Solo quiero ayudar -

- Bueno entonces dime dónde queda este lugar -

MinHo estiro el papel hacia el castaño y este lo tomo, la observó un poco.

- Mmm - musitó tocándose su barbilla - Aún está algo lejos de aquí -

- Solo dime dónde es, mientras menos tiempo este en estas calles mejor me sentiré -

El castaño negó y sonrió.

- Mira, sigues este camino hasta encontrarte con un árbol grande, de ahí giras a la izquierda hasta llegar al campo... -

- ¿Al campo? -

- Si... Pasas el campo - prosiguió con su explicación - y encontrarás apenas unas casas - le regreso el papel - es la última casa -

- ¿Tan... Tan lejos? - preguntó sorprendido.

- Si, pero bueno has dicho que no necesitas mi ayuda así que - el chico siguió su camino - buena suerte -

MinHo vio la espalda contraria alejarse y rodó los ojos. Qué acaso no había alguien decente en ese pueblo. 

Siguió con su camino. Tenía el ceño fruncido e iba casi arrastrando sus maletas, las jalaba con fuerza ya que se atoraban por las piedras que había ahí. El sol estaba sobre su cabeza, le quemaba los brazos y la frente.

Llevaba un buen rato caminando, ya había pasado el árbol y ahora se encontraba cruzando los campos, había uno que otro campesino trabajando, al pasar  todos se le quedaban viendo haciendo que rodara los ojos. Pero bueno, entendía que lo miraran al pasar. Seguro no tenían chicos tan guapos como él en el pueblo.

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Por fin salió de los campos y se encontró con algunas casas, eran igual o hasta más antiguas que las anteriores. Reviso el lugar con su vista, por lo menos no había perros, y las calles eran un poco más planas y sin tantas piedras salidas así que fue más fácil ir con sus maletas.

Se dirigió a la última casa donde según el chico anterior le había dicho.

Se quedó frente a una casa vieja, tenía el portón de fierro oxidado y a punto de caerse, había un jardín y las plantas estaban casi de su altura, la puerta tenía rastro de que anteriormente fue reparada y la casa tenía una ventana rota. MinHo volvió a revisar la dirección, quería pensar que se había equivocado y que eso no sería su nuevo hogar.

Sin Querer - Onho ver.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora