Veintidós

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Onew y MinHo estaban esperando a que el doctor Ahn los atendiera, mientras esperaban jugaban a piedra, papel o tijera. Onew subía y bajaba un escalón, ya que perdía y ganaba en el juego. Y MinHo permaneció siempre en el mismo lugar. Reían entres ellos. La puerta por fin se abrió, dejando ver a un sonriente doctor y un paciente salir.

Onew entro al consultorio en cuanto Anh le hizo una seña, y MinHo solo sonrió despidiéndose de Onew, tomando asiento en las escaleras para esperarlo.

- ¿Cómo has estado Onew? –

Pregunto el doctor arreglando los medicamentos que le inyectaría a Jinki.

- Esta semana no tuve espasmos – dijo, por lo menos había algo bueno.

El doctor solo asintió y preparo el brazo del castaño. La inyección ingreso en su vena y Onew solo apretó un poco los ojos.

- Te suministrare diez veces más medicamentos inmunosupresores. Quizá te protejan un tiempo, pero te cansaran molestias – dijo con una mueca.

Onew suspiro, estaba cansado de los medicamentos y de todo, pero sabía que eran necesarios para estar ahí, con MinHo.

- ¿Cómo cuáles? –

- Cansancio, mareos, náuseas, fiebre, dolor en el pecho – pauso cuando vio que Jinki desvió la mirada – Onew debes ser fuerte –

- Si – musito.

El doctor termino, diciendo un "listo" para que Onew se pusiera de pie.

- Gracias – dijo Onew acomodándose el suéter.

- De nada... Por cierto – se acercó a darle un abrazo – Feliz cumpleaños –

Onew rio y correspondió el corto abrazo que Ahn le daba. – Gracias –

Ahn abrió la puerta y ambos salieron. Onew se quedó de pie y sonrió involuntariamente al ver a MinHo sonriéndole a un niño de aproximadamente 4 años, entregándole una pelota. Su sonrisa era una de las cosas que amaba de MinHo, eso calmaba su enfermo corazón demasiado. Pensar que llego siendo tan egocéntrico, y ahora, estaba ahí, solo como MinHo... su MinHo.

MinHo volteo a la dirección de Onew y sonrió poniéndose de pie dejando que el niño se fuera.

- ¿Nos vamos? - pregunto coqueto abriendo el paraguas azul en cuanto Jinki llego a él y este asintió.

MinHo doblo su brazo y Jinki lo tomo. Así quedaron demasiado pegados el uno al otro, para no mojarse debido a la espesa nieve que caía.

Caminaban despacio hacia la parada de autobús. Miraban como dejaban la marca de sus pasos en la nieve. Sus risas podían escucharse a distancia, parecían dos niños que acababan de descubrir la blanca nieve. Ya que se aventaban un poco y hacían figuras con sus dedos en esta.

Llegaron justo a tiempo y subieron apresurados al autobús, el frio los estaba venciendo. Iban hablando en el camino, compartiendo anécdotas de cuando eran niños y reían una y otra vez. Parecían una pareja común y corriente, y eso le agrado demasiado a Onew. Se sentía como un chico normal, sin problemas en el corazón.

Llegaron por fin a casa, Onew tentó sus bolsillos para sacar la llave de la casa y MinHo entro en pánico.

- Onew – dijo rápido deteniendo al mayor antes de que sacara las llaves - ¿Sabes que te amo? – pregunto con una sutil sonrisa.

- Lo sé –

Respondió antes de que MinHo juntara sus labios, dándole un tierno beso. Uno que hizo a ambos sonreír.

Sin Querer - Onho ver.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora