Veinte

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Ambos caminaban por los pequeños pasillos del mercado. Iban tomados de las manos mientras revisaban cada puesto.
Era su primer día de casados, y aunque habían estado algo avergonzados por haber despertado sin ropa y demasiado abrazados, salieron de la cama a tomar una ducha para después almorzar juntos. Decidieron almorzar en el mercado. Su primera salida siendo esposos, era algo que debían recordar siempre. Así que las selfis no faltaron en el puesto de comida en el que estaban.

- Por fin – suspiro MinHo al llegar a donde habían dejado la motoneta. Volteo a ver a Jinki el cual lo veía con su rostro pensativo. - ¿Qué sucede? – cuestiono.

- ¿No crees que es hora de que aprendas a manejar una moto? – levanto una ceja.

- ¿Qué? – pregunto con una risa – No, no creo –

- Anda, vamos – animo el contrario extendiendo las llaves – esta vez tu nos llevaras a casa –

MinHo tomo las llaves lentamente y vio como el mayor se subía a la motoneta colocándose el casco con una sonrisa.
Resignado y dudoso subió delante de Onew y se quedó así, porque no sabía ni que hacer.

Onew comenzó a explicarle, para que servían unas cosas y otras. Como debía frenar y acelerar.

- ¿Y si chocamos? –

- Tranquilo, yo confío en el gran Choi MinHo – sobo los hombros del contrario.

MinHo rio un poco y se puso el casco. No tuvo de otra más que encender el viejo motor. Lentamente empezó a avanzar y escucho la risilla del de atrás.

- Sera divertido, ya verás –

- Eso espero – sonrió nervioso soltando un poco más el freno.

La motoneta empezó a ir más rápido y MinHo soltó un pequeño grito entre una pequeña risa. Sentir el viento golpear su rostro era una sensación tan refrescante. Poco a poco dejo ir el miedo para darle paso a disfrutar, el pequeño trayecto que le quedaba para llegar a casa.

Escucho la risilla de Onew susurrando un – Te lo dije – cerca de su oído.

MinHo miro de reojo al mayor y sonrió aún más, si es que se podía. Fijo su mirada de nuevo al camino y acelero el motor. Onew se sujetó de la cintura del pelinegro y negó entre risas. Al parecer MinHo ya había tomado confianza con la vieja motoneta. Cuando se sintió seguro, se soltó poco a poco hasta extender sus manos a los costados, bien estiradas. Cerro los ojos y sintió como el aire frio golpeaba su rostro y respiro hondo, sentía como si fuera volando, se sentía parte del aire.

Volvió las manos a la cintura del menor cuando sintió que la motoneta vacilaba un poco por la carretera, e inmediatamente MinHo se disculpó por no ir atento en el camino, pero su excusa era válida para ambos, ya que se había perdido en lo bien que se sentían. Se sentían bien con el solo hecho de que se hayan conocido, los hacia felices. Y ambos sabían que estarían felices el tiempo que tengan el placer de su compañía, así sean diez minutos, dos años, o treinta...






Jonghyun cerró la puerta de su casa y sonrió con alegría y confusión al ver a Kibum recargado de su auto.

- Hola – saludo el más bajo una vez llego a Kibum. - ¿Qué haces aquí? –

Kibum sonrió solo un poco ante las palabras de Jong. Sin decir nada abrió la puerta del copiloto y señalo el interior para que Jong subiera.

Sin Querer - Onho ver.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora