Sin Querer - Onho ver.

Cuatro

- Llegamos -

Dijo Onew deteniéndose frente a la casa de MinHo.

- Hogar, dulce hogar - sonrió una vez vio a MinHo bajar de la motoneta, a lo que el contrario solo negó con fastidio.

- Solo es temporal, no es como si pudiera llamarle hogar -

Jinki río. - Bien, como digas -

Iba a seguir su camino, pero MinHo lo detuvo, sacando la lámpara de su mochila.

- Toma -

- Te dije que la quería en la mañana -

- Ni siquiera sé donde vives ¿Cómo podría llevártela? -

- ¿Quieres saber dónde vivo? - Jinki fingió sorprenderse.

- Aish, ni te emociones no eres mi tipo - dijo MinHo extendiendo de nuevo la lámpara.

- Quedatela - Jinki volvió a encender la motoneta - Tengo la ligera sospecha de que a alguien se le olvidó comprar nuevos fusibles y focos -

MinHo apretó los labios. Se le había olvidado por completo comprar esas cosas. Onew rió aun más al ver aquella cara que había puesto el moreno, seguro y si se le olvidaron las cosas.

- Buenas noches -

- ¿Que tienen de buenas? -

Jinki sonrió y se fue. MinHo rodó los ojos ¿Qué lo único que podía hacer ese chico bien era sonreír? Giró sobre sus talones y encendió la lámpara, dando un suspiro de resignación, entro.

▫◾▫◾▫◾▫◾▫◾▫◾▫◾▫◾▫◾▫◾▫◾▫

Dos niños corrían por el pasto verde de una colina. El sol resplandecía lo suficiente para dar un cálido día. Los niños jugaban a perseguirse. Sin poder ver los rostqros de ninguno. Solo podía distinguir como el collar se mecía con él a la hora de correr.
Tomaron asiento en la punta de aquella colina.

- Te amo - dijo uno de ellos.

- También te amo -

- Estaremos juntos siempre -

- ¡Siii! SIEMPRE -

~~~~~

- Volveré -

- ¿Lo prometes? -

- Lo prometo -

Minho se despertó enseguida. Bufó un poco y tallo sus ojos. De nuevo tenía ese extraño sueño. Soñaba constantemente con esos niños. Ni siquiera sabía por qué, ni desde cuándo comenzó a soñar eso. Pero era algo que lo tenía inquieto, realmente quería saber por qué tenía ese tipo de sueños, y quiénes podrían ser ese niño. Estaba seguro que uno de ellos era él, ya que podía distinguir el collar que tenía desde niño.

No pudo volver a dormir, así que solo esperaría el amanecer en su habitación. Estaba sentado, envuelto entre las sábanas, su única compañía era la lámpara que JinKi le había dejado. El rugir de su estómago se volvió a hacer presente, estaba muriéndose de hambre pero el solo hecho de mirar hacia la cocina le daba cierto temor, estaba inundada en completa oscuridad y el sonido de los grillos no ayudaba en nada.

Tomo valor y se puso de pie. Era una casa vieja por lo que debería haber velas, fue directo al cuarto que parecía ser una imitación de bodega.

Alumbraba cada cosa, iba con cuidado de no pisarlas. Cuando las vio, una caja llena de velas, se apresuró a tomarlas, tenía pensado poner una vela en cada cuarto para iluminar la casa. Pero en cuanto la tomo notó que debajo de esa caja había un álbum, parecía la biblia por lo grueso que era. Lo alumbró mejor con su lámpara, ladeó la cabeza, iba a tomarlo pero de un brinco se incorporó al escuchar sonar su teléfono.