Dieciséis

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Onew y MinHo iban caminando por el camino que se marcaba entre los campos de trigo. Iban tomados de la mano, caminaban sin prisa ya que la mañana apenas comenzaba. El cielo estaba un poco nublado por lo que llevaban suéteres delgados. Después de unos minutos de ir caminando, MinHo pregunto.

- ¿A dónde vamos? – suplico de nuevo.

- Es una sorpresa MinHo –

El menor bufo, pero aun así se dejó guiar por el mayor.

- Por lo menos dime si falta mucho o no –

- Mmm – calculo el tiempo en su mente – dentro de poco estaremos ahí –

MinHo suspiro derrotado. Comenzaron a hablar de otras cosas hasta que Onew se detuvo y se puso frente al menor.

- Llegamos – sonrió.

- Ya era hora – dijo y trato de seguir caminando, pero el castaño se lo impidió.

- Debes cerrar los ojos – MinHo levanto una ceja, incrédulo – Por favor –

- Bien – accedió y cerró los ojos – No dejes que me caiga –

Dijo cuando sintió que Onew comenzó a caminar tomándolo de ambas manos.

- Jamás –

Onew lo guiaba pasando entre el trigo, cuidaba bien de que el menor no se tropezara ni nada. Sonreía al ver que MinHo seguía con los ojos cerrados. Se detuvo colocándolo en el lugar perfecto para que lograra ver la belleza de aquel lugar.

- ¿Ya? – pregunto el menor.

- No, aun no, espera –

JinKi se alejó de él y saco una cámara fotográfica instantánea. La coloco frente a sus ojos y capturo a ese pequeño ángel que había llegado a su vida.

- ¿Acabas de tomarme una foto? –

- Probablemente – dijo viendo como salía la foto.

- Abriré los ojos – amenazo.

- Ábrelos –

MinHo abrió poco a poco sus ojos. Quedo asombrado al ver lo que estaba ante él.
Estaban en una pequeña colina, estaba escondida por el trigo, pero eso solo lo hacía más hermosa. Dejaba a la vista todo el campo, el pueblo y más allá, justo por donde el sol tenía que meterse. Daba esa sensación de estar en la nada, un lugar pacifico, tranquilo. Era simplemente hermoso.

- Es más lindo cuando está a punto de atardecer – lo saco de sus pensamientos – Es mi lugar favorito, lo encontré cuanto era niño y cuando estoy triste o con un problema... me gusta venir aquí para relajarme –

- Es muy lindo – dijo MinHo con una sutil sonrisa. Aun paseando su vista por todo el lugar.

JinKi sonrió al ver eso y se acercó al menor para tomar su mano y entrelazarla con la suya.

- Ahora es nuestro – MinHo volteo a verlo de inmediato, sorprendido. - Quiero compartir este lugar contigo – hablo – Aquí será mío, tuyo... será de nosotros –

MinHo sonrió un poco sonrojado y se acercó a la mejilla del castaño, depositando un beso.

- Es hermoso –

- Que bueno que te gusto – sonrió.

Se recostaron en el pasto viendo hacia el cielo. Las nubes cubrían casi todo el cielo azul, pero no lo suficiente. Provocando figuras raras en las nubes. Así que se dedicaron a darles una.

JinKi se sentía demasiado feliz, veía a MinHo sonreír y eso le encantaba. Le encantaba que su MinHo haya vuelto.

Mientras que MinHo, no dejaba de pesar en lo que el doctor Ahn había dicho. Volteaba a ver a Onew y lo veía tan feliz que se le hacía difícil creer que estuviera enfermo, se preguntaba también por qué el mayor no había vuelto a anotar su nombre para conseguir un corazón. Tenía que hacer algo, y ya se había aclarado que debía hacer.

Sin Querer - Onho ver.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora