AMOR A PRIMERA VISTA [TERMINADA] // LIT KILLAH // MAURO MONZON

12.

Capítulo 12.

//Narra Cami//

Ya era sábado, eran las 8:00 AM cuando estaba totalmente desesperada por saber qué ponerme para ir a ver a Mauro, la verdad siempre me daba risa pensar que unas pibas no sabían que ponerse cuando iban a salir con sus parejas, pero ahora las entendía.
Alto estrés tratar de elegir la ropa boluda.

Pará, pero Mauro no es mi novio... Tranquila Camila la ptm

Él literal se me declaró y yo... No lo rechacé, solo quería que pasara un poco más de tiempo, no quería ser como su postre que puede comerlo después de que acabe con el plato fuerte.

Por fin me decidí y escogí algo casual, unos jeans negros y una remera blanca junto con mis zapatillas igual blancas. No quería verme ni provocativa ni nada de eso, así que iría normal, total solo iba a su casa.

Su casa...

Recién había caído en razón sobre a donde iba a ir realmente.

Boluda ¿Qué haremos en su casa? N-no creo que tenga un restaurante privado o algo... ¿Veremos una película? ¡Che! ¡Mi mente no es saludable en estos momentos!

Entre más pensaba qué haríamos comencé a asustarme ¿Por qué me citaría en su casa? Me envió su dirección por mensaje, no era lejos como yo pensaba.

Al acabar de arreglarme salí para ponerme en marcha a casa de Mauro, al llegar me di cuenta que era una casa bastante grande. Llamé a la puerta y rápidamente me abrió un pibe bastante alto y guapo.

—¿Sí? ¿Qué desea? —dijo bastante amable.

—¿Está Mauro? —un poco nerviosa le pregunté.

—¿Sos... Camila? —me miró bastante dudoso.

—S-si... —dije un poco desconfiada, o sea... ¿Cómo sabe quién soy?

—Oh, perdona, pasa, Mauro baja en un rato —abrió más la puerta e hizo un gesto para que pasara.

... ¡Eh! Éste me quiere secuestrar, ¡rápido una excusa! ¡Claro! Diré que mi mamá me dijo que no entre a casa de extraños.

—Mi...

—¡Cami! —me gritó bajando las escaleras, al escucharlo lo ví y me sentí aliviada —Perdón por tardar, veni vamos —llegó hasta mi y me tomó de la mano. Consecutivo a eso, me hizo pasar hasta llegar a la sala.

—Sentate, traeré soda ¿Queres o preferis agua?

¿Me ve cara de ser saludable?

—¡Soda! —pedí cuál niña pequeña.

Mientras Mauro iba por las sodas a la cocina yo me quedé sentada viendo lo poco que podía ver de su casa, era realmente grande. Justo cuando me dispuse a ver detrás mío pude ver que el pibe que me abrió la puerta estaba ahí mirándome fijamente y muy serio.
Lo que hizo que me asustara un poco, tal vez le estaba siendo invasiva a él.

—Aquí está tu soda —dijo acercándose a mi, pude ver que le mandó una mirada con seño fruncido a ese pibe detrás mío.