Mis dedos temblorosos sostenían la taza de chocolate, no podía quedarme, por más que quisiera hacerlo no podía. Si Elias me encontraba aquí no se mediría, sé que sería capas de dañar a Ian. Sería capas de asesinarlo.
Rápidamente me levanté, me acerqué al trastero, donde deje la taza vacía; sin pensarlo dos veces camine a la habitación donde junté mis ropas y tan pronto como pude me las puse.
Corrí por el pasillo, abrí la puerta con facilidad, mi cuerpo temblaba, miré una última vez al interior del departamento de Ian y no muy segura salí cerrando sigilosamente la puerta. Camine por el pasillo sin mirar atrás, tomé el ascensor y espere unos segundos antes de salir del edificio.
Mis piernas se sentían como gelatina, estaba muy asustada, temía imaginar la reacción de Elias en cuanto me viera.
Me sentía agotada, pero no me detuve ni un segundo. El miedo aumentaba al ver que cada vez me acercaba más y más.
Al estar frente la casa de Elias, mi boca se secó, ¿que le diré?.
Al acercarme a la puerta, puse mis manos temerosas sobre el picaporte, abrí entrando en ella; la casa estaba inundada por gritos, discusiones. Arrugue la frente y me acerqué a la estancia, donde me quedé sin habla al ver a mi padre y a Luke, mi hermanastro, estaban discutiendo con Elias, quien me miró furioso cuando noto mi presencia.
Luke fue el primero en acercarse, y me sonrió como el solía hacerlo, después me envolvió entre sus brazos.
-Me alegra que estés con bien, Abril...-murmuró contra mi cabello-
-En este mismo momento quiero que salgan de mi casa, no tienen nada más que hacer aquí...-ordenó Elias-
Luke se separo de mi cuerpo y lo miró, después volvió a mirarme a mí.
-No me dejes, por favor...-supliqué con lágrimas deslizándose por mis mejillas- Quedate Luke...
Lo abracé a mi cuerpo mientras rompía en llanto, miré sobre su hombro como Elias nos miraba furioso.
-Mucho abrazo, ¿no?...-la voz de Rebeca, la madre de Luke se hizo presente- Deja de asfixiar a mi niño...
Rebeca no acepta que quiera a Luke como mi hermano, ella todo el tiempo cree que quiero coquetear con él, que ando detrás de él, los últimos días que pase en casa ella se dedicó a meterle cosas en la cabeza a mi padre.
-Cariño es hora de volver a casa, ella ya apareció, así que no tenemos nada más que hacer aquí...-se dirigió a mí padre-
Hice una mueca ante esa voz tan chillona; mi padre se acercó a mí y me miró neutral.
-Tenemos una plática pendiente, jovencita...-fue lo único que dijo antes de salir de la casa-
Vi como Rebeca torpemente trato de ocultar su sonrisa de lado, después de aclarar su garganta miró a mi hermano con esa misma mirada de burla.
-Vámonos, Luke...-extendió su mano hacia él pero ni siquiera se movió-
-Me quedaré con mi hermana, mamá...-afirmó duramente, enseguida Rebeca me fulminó con la mirada para después irse dando pasos firmes-
Luke miró a Elias, quien permanecía en el mismo lugar, observándonos.
-No tienes que cuidarla de mí, sabes...-mi hermano habló con fastidio-
Elias lo fulminó con la mirada, se acercó a mí y depositó un beso forzado en mis labios, para después irse al piso de arriba.
Luke me sonrió sentándose en el sofá y lo palmeó invitándome a sentarme con él. Miré hacia las escaleras y al fin me atreví a mostrar una sonrisa.
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"Heridas Ocultas"
Short StoryÉl no sabia el significado de la vida perfecta. Su infancia fue destruida después de aquél fatal suceso, Ian presenció la muerte de sus padres, cuando él apenas tenía 8 años. Creció en un orfanato, viendo como los demás niños se iban, lo único que...