"Heridas Ocultas"

-Capítulo 21-

Por la mañana baje a la cocina, desperté más temprano de lo usual, mis tripas exigían comida y no me dejaron dormir un rato más.

Busqué en la alacena y en el refrigerador los ingredientes necesarios para hacer unos hot cakes; y comencé a prepararlos.

Luego de preparar los suficientes me senté en la mesa de la cocina y comencé a desayunar.

Mi padre fue el primero en aparecer; enseguida me levante y le puse su desayuno en la mesa.

-Creí que ya te habías marchado...-probó el primer bocado-

-Papá...-suspire ante su atenta mirada- Necesito que me digas todo lo que sepas de mi madre...

-Y ahora porque tanto interés en saber de Rebeca, si siem...-rodeé los ojos y no lo deje terminar-

-Rebeca no es mi madre, ella no es nada mío; hablo de mi madre biológica...-se me quedó viendo-

-Exactamente que quieres saber...-me preguntó luego de rodar sus ojos-

-Quiero buscarla, papá; quiero reencontrarme con ella...-lo miré confundida al ver como se reía- No le encuentro la gracia...

-En serio crees que ella tiene el interés de volver a verte...-preguntó aún entre risas- Por favor Abril, ella te abandono...

-No me interesa, papá; lo que yo quiero saber es cómo es ella, donde puedo encontrarla...-se me quedó viendo y murmuré un por favor-

-Debo admitir que tú madre era una mujer muy maravillosa, y gentil, al conocerla quedé impactado ante tanta belleza; en ese tiempo creía haber encontrado a la mujer de mi vida...-arrugue la frente-

-Entonces, ¿por qué me abandonó?...-pregunté y miré indecisión en su mirada-

-Eso no creo saberlo, Abril...-suspire con pesadez-

-¡Por Dios papá; tiene que haber un jodido motivo!...-me exalté-

-¡Ella no te quiso! Que otro motivo quieres que te diga; ella no estaba lista para semejante responsabilidad, fue una cobarde...-las lágrimas se deslizaron por mis mejillas, me levanté y di pasos alrededor de la cocina-

-Al menos dime como se llama...-murmuré con un nudo en la garganta-

-Julia Morris...-respondió para después levantarse de la mesa- Te pido de favor que no me vuelvas a mencionar nada relacionado con ese tema; esa mujer esta muerta para mí...

Sin más que decir salió de la cocina, me senté en la mesa y escondí mi cara entre mis manos.

¿Por qué mi padre no quiere darme detalles? ¿Por qué no quiere hablar más de ese tema? ¿Qué es lo que esconde?

Tenía que comenzar a investigar; seque mis lágrimas, caminé a la estancia y antes de sentarme en el sofá el ruido de una camioneta llamó mi atención.

Corrí a la ventana y me asome a través de las cortinas; era Elias.

Sin saber que hacer tome mi bolso, y corrí al patio trasero; lo que menos quería era que Elias me encontrara aquí, eso retrasaría mi cometido, debo comenzar a investigar hoy mismo.

Lo más rápido que mis piernas me lo permitieron, cruce el patio y miré la cerca, mordí mi labio y comencé a trepar en ella.

Sin mirar atrás brinque y miré a ambos lados de la calle para comenzar a correr nuevamente.

Necesitaba a alguien para pedirle que investigue todo sobre ella pero no sabía a quién.

Una persona me vino a la mente; tomé un taxi y emprendí el camino. Al llegar le pague al conductor y entré al bar. Buscando con la mirada camine a la oficina de Dave, toqué la puerta pero nadie respondió. Recargue mi frente en la puerta y suspire mirando el piso.

-No esperaba verte por aquí...-miré sobre mi hombro-

-Necesito hablar con Dave...-Ian alzó una de sus cejas-

-Exactamente para qué...-preguntó y mordí mi labio-

-Necesito su ayuda...-mi respiración se atascó cuando se acercó peligrosamente a mí-

-¿Y para qué?...-murmuró cerca de mi rostro y cerré los ojos unos segundos- Habla, Abril...

-Yo, m-mejor vuelvo otro d-día...-Ian retiró mi cabello de mi rostro enfocando su mirada en mis labios- ¿Qué me hiciste?...

Ian sonrió ampliamente; puso sus manos en mis mejillas y clavó su mirada en la mía.

-Exactamente a qué te refieres, Abril; porque en estos momentos deseo hacer algo con urgencia...-murmuró contra mis labios- Quiero besarte...

Pasé saliva ante aquella confesión; Ian me sonrió justo antes de juntar nuestros labios, sus manos dejaron de tocar mis mejillas para tomar mis brazos y ponerlos alrededor de su cuerpo, inmediatamente me aferré a su espalda al volver a sentir la rica textura de sus carnosos labios.

Me acorraló contra la puerta sin dejar de besarme, sus manos bajaron a mis caderas y unió su cuerpo con el mío, su tibieza que emanaba recorría cada parte de mi cuerpo, era una sensación muy placentera.

Mordió mi labio justo antes de separar nuestros labios; nuestras frentes se unieron sentí su mirada sobre mí, su risa ronca me hizo estremecer.

-Linda pijama...-una sonrisa se asomó de mis labios-

Su mano buscó la mía y las entrelazó; cerré los ojos disfrutando el tenerlo cerca, era una exquisita sensación.

-Vaya, esto no me lo esperaba...

Mire a Dave, Ian gruñó y enseguida liberó mis manos.