[Capítulo 14]

169 12 0
                                    

-2 semanas después-

Mi cabeza punzaba, hace unos escasos minutos abrí los ojos; lleve mi mano a mi frente cerrando los ojos sintiendo como todo a mi alrededor daba vueltas. Ya no estaba en el sótano, estaba en la habitación pero no tenía fuerzas para levantarme de la cama.

Miré como la puerta se abría lentamente, Elias recargó su hombro en el umbral de la puerta. Me miraba fijamente, ninguna palabra salía de mi boca, me era imposible articular alguna, mi lengua estaba seca, mi boca estaba entumecida.

-Esta tarde tengo una reunión con Franco, así que mueve tu inútil trasero y ponte decente...-arrugue mis facciones, después aclare mi garganta- Y no te estoy pidiendo permiso, claro que vas a ir...

-¿Adelantaste la reunión?...-Elias sonrió mostrando sus dientes-

-No...-respondió cruzando sus fuertes brazos-

-Es dentro de una semana, no...-pregunté frotando mis dedos a los lados de mi cabeza-

-Esa semana ya pasó Abril; es más hasta transcurrió otra más...-habló con burla y se quedó mirando detenidamente mi reacción-

-No lo entiendo...-su sonrisa volvió a aparecer en su rostro-

-Estuviste dos semanas castigada, cariño...-se sentó en la orilla de la cama, mi frente se arrugo ante aquella confesión-

-No recuerdo nada...-me miró divertido pero no respondió- ¿Estuve sedada?

Puse mi mano en mi pecho sintiendo como el oxígeno me era insuficiente; Elias sólo asintió sin decir nada, solo se dedicaba a lanzarme miradas divertidas.

Mi cabeza punzaba, no era capás de procesar lo que Elias había echo conmigo. ¿Como un hombre podía ser tan cruel y sin sentimiento alguno?

Me abracé a mi misma tratando de controlar mi respiración, mis ojos se cerraron queriendo eliminar todo a mi alrededor, no podía más, si esta situación seguía así mi vida correrá peligro, de eso estaba segura.

Elias puso su mano sobre mi muslo desnudo, las yemas de sus dedos rosaban mi piel de arriba hacia abajo; me alejé de su agarré al sentir escalofríos, lo miré asustada mientras el tenía la mirada fija en la mesa de noche, sus facciones estaban tensas.

Sin más que decir se levantó y salió de la habitación.

"Heridas Ocultas" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora