Su mirada recorrió cada rincón de mi cuerpo, estaba demasiado tranquilo, aún que sus facciones decían lo contrario.
-¿Dónde estabas?...-preguntó tranquilamente-
Arrugue la frente confundida, justo cuando estaba por hablar una bofetada resonó en toda la estancia. Mi cabeza quedó girada, rápidamente mi mano acarició la zona tratando de aligerar el ardor provocado. Mis ojos comenzaron a humedecerse, mi corazón latía aceleradamente, mi cuerpo temblaba.
Fue ahí cuando me di cuenta de lo estúpida que puedo llegar a ser; abandoné la paz y la tranquilidad que Ian me estaba brindando; amé esas atenciones, era algo que nunca había tenido.
-Dejame ir, por favor...-supliqué con la voz temblorosa-
-¿Dónde diablos pasaste la noche, Abril?...-me gritó con los puños apretados a sus costados-
-N-no te interesa...-me atreví a decir, su oscura mirada me asustaba, di un par de pasos hacia atrás queriendo estar lejos de él-
-¿Qué fue lo que dijiste, maldita zorra?...-exigió duramente-
-Lo que hiciste no tiene perdón, Elias...-por primera vez me atreví a mirarle fijamente a los ojos- Me ofreciste como si de un objeto se tratara, accediste a que uno de tus amigos tratara de aprovecharse de mí; esto ya es demasiado...
-Eso, y más te mereces...-respondió con los brazos cruzados sobre su pecho mientras una risa ronca resonó en la estancia-
-Nuevamente me hiciste quedar como un jodido imbécil...-enredo sus dedos en mi cabello, acercando su rostro al mío, su respiración agitada chocaba en mi rostro- Eres una jodida basura, no vales nada...
Su mano tomó fuertemente mi muñeca y me obligó a caminar detrás de él; abrió la habitación y me lanzó contra él suelo.
Desde ahí miré como desabrochaba su camisa liberando su abdomen bien marcado; miré a todos lados queriendo encontrar una salida pero eso era imposible. Sus dedos se deslizaron en el cierre de sus jeans, quitándoselos rápidamente.
Puso su mirada en mí, sabía lo que pretendía, mi corazón no dejaba de latir aceleradamente.
Elias me tomó bruscamente, mi pecho golpeó contra el suyo provocándome dolor en esa zona. Sus manos se movían bruscamente sobre mi cuerpo, literalmente estaba rasgando mis ropas.
Me lanzó contra la cama, estaba desnuda ante su mirada atemorizante; cuando se libero de su última prenda trepó en la cama; arrastró mi cuerpo con fuerza poniendo sus manos a cada lado de la cama. Me tenia presa.
Vi como su mano se perdió debajo de su abdomen, y sin previo aviso me penetró fuertemente; usé mis manos para intentar quitarlo de encima pero él fue más rápido que yo y tomo mis muñecas, poniéndolas arriba de mi cabeza.
Seguido de eso me embistió salvajemente, sus manos apretaban mis brazos a medida que aceleraba sus movimientos, me miraba con burla, intenté moverme pero su mano libre apretó fuertemente mi cintura.
Las lágrimas se hicieron presentes, cerré los ojos resignada sintiendo un nudo en la garganta, sintiendo como el dolor en mi zona intima se iba intensificando, Elias no era cuidadoso, no se preocupaba si me lastimaba, solo le importaba saciar sus sucios deseos.
Salió bruscamente de mí e inmediatamente giró mi cuerpo, aproveche que había liberado mis manos e intenté escapar pero él enseguida me tomó de las caderas y nuevamente se hundió en mí; hundí mi cara en la cama rogando porque esta pesadilla acabara pronto.
Elias enredó sus dedos en mi cabello y haló de el con fuerza, hice una mueca de dolor al sentir como mi cuero cabelludo ardía.
-Para Elias, te lo suplico...-solloce- Ya no más, duele mucho...
Eso fue lo último que dije justo después sentí un fuerte golpe en la cabeza, inmediatamente la vista se me nubló y caí en la profunda oscuridad.
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"Heridas Ocultas"
Short StoryÉl no sabia el significado de la vida perfecta. Su infancia fue destruida después de aquél fatal suceso, Ian presenció la muerte de sus padres, cuando él apenas tenía 8 años. Creció en un orfanato, viendo como los demás niños se iban, lo único que...