[Capítulo 9]

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Apagué el televisor, me levante del sofá y caminé entre la oscuridad tratando de no hacer ruido. Al llegar a la puerta de mi habitación la abrí sigilosamente y asome mi cabeza. La habitación estaba a oscuras pero lo que me llamo la atención fue que ella estaba parada en la ventana, la luz de la luna moldeaba su silueta, no podía verla con claridad.

-Abril...-le llamé y ella se giró con los brazos cruzados sobre su pecho- ¿Sucede algo?

-No puedo dormir...-admitió casi en un susurro-

-¿Quieres que te haga compañía mientras consigues conciliar el sueño?...-pregunté y ella asintió-

Abril se metió bajo las mantas, arrastré la silla del ordenador hasta ponerla a un lado de la cama y me senté ahí.

-Qué pasa, creí que ya estabas durmiendo...-sentí su mirada aún en la oscuridad-

-Tengo miedo...-admitió suspirando pesadamente- ¿Y si él me encuentra?

-No lo hará, estás a salvo conmigo...-intenté calmarla-

-Es que no lo entiendes, él siempre me encuentra...-sonó cada vez más alterada-

Acerqué mi mano a su rostro y acaricié su mejilla, hice pequeñas líneas imaginarias logrando que su respiración se tranquilizara un poco.

-Shh, quita esos malos pensamientos de tu cabeza; debes tranquilizarte...-murmuré suavemente-

De la nada ella se alejó de mis caricias; se recorrió en la cama y me miró.

-¿P-podrías quedarte conmigo?...-me tomó por sorpresa- Por favor, tengo miedo, no quiero estar sola...

-De acuerdo...-respondí para después entrar bajo las mantas y quedar frente a frente-

-Gracias por cuidar de mí, Ian...-murmuró a escasos centímetros de mí rostro, después sentí como su respiración se suavizó indicando que se había quedado dormida-

(...)

Mi celular vibró repetidas veces, eran mensajes, todos eran de Dave con sus preguntas, levante la mirada al sentir una nueva presencia, Abril permanecía en el umbral de la cocina; su cabello estaba levemente desordenado, sus brazos abrazaban su cuerpo, emitió un bostezo antes de sonreír tímidamente.

-Buenos días, Abril...-me sonrió mientras seguía abrazándose ella misma- ¿Quieres chocolate caliente?

Sus ojos le brillaron al oír mi propuesta, enseguida asintió notoriamente emocionada. Era un acto tan lindo, poseía una belleza impresionante. No entendía como una persona como ella podría sufrir tanto.

Saque lo necesario, y en cuestión de minutos, lo serví en una taza y la puse en la mesa. Ella le sopló y bebió un sorbo, enseguida suspiró cerrando los ojos.

-Veo que a alguien le gusta el chocolate...-abrió los ojos con las mejillas ligeramente rojas-

-Es adictivo...-admitió e inevitablemente reí levemente, ella sonrió unos segundos- Sabes, resultaste ser mejor persona de lo que parecías...

Bebió nuevamente de su chocolate caliente, no pude evitar observarla, ¿eso era un cumplido?. Ambos sonreímos y nos quedamos mirando.

-Iré a darme una ducha, ahí hay más chocolate, sientete libre de tomar tanto como tu quieras...-asintió mientras me sonreía nuevamente-

Camine fuera de la cocina, cuando entre a mi habitación, saque algo de ropa y entre cerrando la puerta del baño.

Me deshice de mi ropa y abrí el grifo para así comenzar a ducharme.

No sé cuanto tiempo paso, cerré la regadera y comencé a secar mi cuerpo, ya secó me vestí. Salí del baño y de mi habitación, intente acomodar mis mechones rebeldes. Cuando entré a la cocina me sorprendió no ver a Abril donde la dejé anteriormente.

Frunci la frente confundido y camine fuera de la cocina.

-Abril...-le llamé mientras la buscaba con la mirada- Mierda, mierda, mierda...

¿Qué hiciste, Abril?

"Heridas Ocultas" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora