Capítulo 1. Alice Quinn

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Hola!! Me llamo Alice Quinn... tengo 22 años y estudié enfermería. Fui huérfana toda mi vida. Mis padres me abandonaron en la puerta del Orfanato Santa Ofelia el 12 de octubre a las 12:01 de la madrugada, mal momento para mi pues nadie estaba despierto a esa hora.

La verdad es que no les guardo rencor (o al menos no tanto), todos tienen sus motivos. Y además de eso me permitieron conocer a mis mejores amigos Ethan y Jasmine, que son mas o menos dos años y medio mayor que yo. Ellos son hermanos mellizos y los dejaron aquí aproximadamente a los 5 años. Y no se hable de tener el privilegio de cuidar de los niños mas pequeños. Ellos tenían un corazón de oro y una imaginación inigualables, los domingos solemos sentarnos en el patio trasero para crear historias, dibujar o cantar canciones infantiles.

Hace tiempo que pude haberme ido de aquí, pero había conseguido un buen trabajo por el área y no me perdonaría por nada del mundo dejar a aquellos chiquillos compañeros de travesuras. Jasmine también era enfermera y Ethan se había ido más por el doctorado, dijo que todo doctor necesitaba de dos lindas enfermeras para tener éxito. Pero debo admitir que siempre me advirtieron que no todo dura para siempre. Ayer mi jefe me dio la noticia de que están expandiendo su negocio y que me transferirán a una ciudad al otro lado del país.

Yo me negué rotundamente al principio, pero al platicarlo con los demás me di cuenta de que no tengo opción, el Orfanato no duraría mucho sin donaciones y realmente necesitaba el trabajo, Jasmine me apoyó diciendo que pediría una transferencia también, para no dejarme sola. Y Ethan dijo que terminaría de estudiar allá porque no se quería quedar solo.

En este momento me encontraba saliendo del Orfanato para recoger el regalo de despedida para los niños, sabía que ellos eran demasiado apegados a mi y sabía que no les gustaría la idea, para eso el regalo. Solo iría a recoger una orden de donas de chocolate ya que ellos no podían darse esos lujos y hace mucho que no probaban su comida favorita.

-Bueno días Alice, tu entrega ya casi esta lista- Dijo amablemente Matthew, el encargado de la tienda mientras al entrar escuchaba ese característico sonido de cascabeleo -Si quieres puedo ayudarte a llevarlos, se que vives lejos-

-Buenos días Matthew, y no gracias. Se que estas ocupado, yo puedo llevarlas-Contesté.

- Esta bien, ya vuelvo- Dijo para tomar carrera hacia la parte trasera, donde solo eran permitidos los empleados.

Yo esperé pacientemente hasta que el cascabel que significaba la entrada de alguien más sonó, no me moleste en voltear a ver quien era porque Matthew ya había vuelto con lo que parecía ser mi pedido en sus manos.

-Bueno Alice, aquí esta. Espero verte por aquí mas seguido- Dijo el.

-Gracias y claro que volveré- Contesté mientras que me voltee para salir corriendo directo al orfanato. ¡Era demasiado tarde! No quiero perder ni un minuto.

Al llegar a la puerta de entrada, pasé sin mas y corrí hacia donde estaban las habitaciones de los pequeños los cuales en cuanto me vieron corrieron hacia mi.

-¡¡Alice!!- Gritaron 5 pequeños en cuanto pase por la puerta.

-¡Hola chicos!- Les dije forzando una sonrisa. En verdad no quería dejarlos.

-¿Qué sucede hermanita?- Me preguntó Lili, una niña de 4 años que al igual que a mi habían abandonado desde bebé.

-Bueno abejitas, no les traigo muy buenas noticias...- Les dije mientras me hincaba en el piso para estar a su altura.

-Pero si tu siempre nos tienes buenas noticias. Apuesto a que no son tan malas- Dijo Zack, el chiquillo acababa de cumplir once la semana pasada y ahora creía que el debía cuidarnos por ser "el hombre de la casa".

-Bueno, eso depende de como lo tomen ustedes- Les dije mientras los miraba a todos. Eran tan lindos, ¿Cómo es que alguien pudo abandonarlos?

-Dinos Alice, tu una vez nos dijiste que siempre te sentías mejor después de soltarlo todo- Dijo paulina, ella era un ángel de 8 años. Aunque fuera una niña y no entendiera todo al 100% igual te consolaba hasta que te rieras otra vez.

-Bueno... me tengo que ir- Dije esto último en un susurro mientras todos me veían atentos.

-¿A dónde Abeja reina?- Preguntó muy confusa Isabelle, ella tenia 6 años y cantaba hermoso, todas las noches nos arrullaba con las canciones nuevas que aprendía durante el día.

-A un lugar muy lejos...- Les dije mientras una lágrima amenazaba por salir.

-Pero la abeja reina no pude dejar su colmena- Dijo Isaac, el tenia 10 y era el mejor amigo de Zack. Por más que fueran como el agua y el fuego bien que sabían como llevarse bien.

-Lo sé...



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