Capítulo 11. Power Ranger

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 -Bueno... Yo no estoy segura de eso, no te conozco- le contesté igual que como lo había hecho el hace algunos minutos.

-¡Es diferente!-

-No lo es-

-Si-

-Claro que no, tu quieres dañarme a mi y a mis seres queridos, así que acabo de decidir que ya no hablaré mas contigo. Adiós.- Seguí caminando y traté de ignorar que tal vez aquella vocecita loca no se había ido y me estaba siguiendo. Caminé y caminé. Nunca llegué a mi departamento. Ni siquiera al edificio. Y ahí fue cuando me di cuenta de que me había perdido...

-¡Maldita sea!-

-No se escuchan bien aquellas palabras obscenas así que ya no las repitas-

-¡Tu cállate! Te dije que ya no quería hablar contigo-

-Y aquí estas-

-Vete de una buena vez-

-No quiero-

-No me importa que quieras o no. Solo vete-

-Uff, que humor-

-Tu estarías igual que yo si una vocecita loca te anda siguiendo por ahí-

-Bueno, te aseguro que jamás llegarás a tu casa a ese paso...-

-¿A qué te refieres?-

-Posiblemente yo haya tenido que ver... un poco-

-¿Que hiciste ahora? ¿Por qué no solo me dejas en paz y vas a... no sé, atormentar a otra persona?- dije aún tratando de encontrar el camino a mi "hogar"

-No te entiendo. Ya te dije como mil veces que necesito saber tu mayor miedo. Si tan solo me lo dijeras...-

-Bueno. Genial. Te lo diré. Le tengo miedo a...-

-¿A...?- Dijo expectante.

-A los perros-

-¿A los perros?-

-Si. Uff, solo de nombrarlos me dan escalofríos. Y entre más tiernos peor-

-¿Tiernos? ¿En serio?-

-SI. ¿Ya me puedo ir?-

-¿Podemos probarlo antes?-

-Ni que aparecieras a un perrito justo ahora, además dijiste que me dejarías ir cuando te dijera asi que...-

-Esta bien. Pero si aparezco a un perrito justo ahora ¿Qué harías?-

-Saldría corriendo a mi casa-

-¿Sentirías miedo?-

-Probablemente. Entonces ¿me dejas ir?-

-Esta bien. Pero antes mira quien viene-

De la nada salió un perrito bebé que creo apenas podía correr. Dios, era tan lindo. Aww. Por dentro me estaba muriendo de ternura, pero recordé que acababa de decir que les tenía miedo, así que salí corriendo y gritaba cosas como "Oh no, ahí viene la bestia" o "Que alguien me ayude" y gritos despavoridos tratando de verme lo más asustada posible hasta que finalmente llegué a mi casa y cerré la puerta para que el perrito se quedara afuera.

Una vez que lo hice subí a mi departamento y empecé a quitarme mi sudadera ya que volvería a dormir, pero un extraño sonido proveniente del pasillo llamó mi atención, era como alguien gritando pero sus gritos eran obstruidos por rasguños y palabras de ayuda.

En ese momento no supe que hacer, no sabía si salir y hacérmela de héroe o quedarme y llamar a la policía. Pero lo primero era investigar, así que tomé mi celular y por si acaso marqué el número de emergencias. Luego me dispuse a escuchar a través de mi puerta...

Los sonidos seguían y seguían. Esta ves la diferencia es que se escuchaba más claro y sabía que la voz era de un hombre...

Quería estar segura de qué era lo que estaba escuchando así que con el corazón a mil, me atreví a abrir mi puerta y asomar mi cabeza rápidamente. Y rayos. Al final del pasillo estaba el mismo perrito que había visto hace unos minutos afuera del edificio. Me adentré totalmente y cerré la puerta de inmediato. La verdad era que el es demasiado tierno. Pero podría ser una trampa de "Pennywise". O que tal si lo dejó ahí abandonado...

A quién trato de engañar, claro que lo tomaré.

Amm, tal vez estás tratando de engañar a Pennywise.

¿Y tú quién eres?

Soy tú

Entonces cállate, si eres yo, ¿Dejarías a ese perrito afuera?

¡Claro que no! ¿Por quién me tomas?

Ahí está.

Tú ganas por ahora.

Pero somos...

Tú shhh.

-Te llamaré Power Ranger-

Como yo no tenía ni el tiempo ni la energía para cuidar de un cachorro acababa de decidir que mañana lo llevaría a la veterinaria para que lo cuiden y con algo de suerte alguien lo adoptara. Y dirán que todo es dulce y arcoíris, pero hay un solo problema. No quiero llevarlo. Se que yo no puedo darle la atención que necesita, pero me son inevitables las ganas de querer quedarme con el por toda la eternidad con esa carita que tiene.

-Bueno Garrita, ¿Tienes hambre?-

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