Capítulo 2. Cambio de ciudad

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—Lo sé...— Dije tratando de aguantar un sollozo. Jamás llegué a pensar que este día pasaría, ellos eran mi familia. Pero estaba segura que mi jefe no me dejaría quedarme aquí, y a menos de que lograra conseguir otro empleo pronto, pasaría una eternidad lejos de las abejitas —Lo que pasa es que tengo que salir de la ciudad por un tiempo porque tengo que ir a trabajar. Pero les prometo que los visitaré y enviaré mensajes en cuanto pueda abejitas—

—Pero... prometes que no nos dejarás como lo hizo Abby— Dijo Isaac.

—Lo prometo gomitas— Siempre usaba nombres graciosos para tratar de subirles el ánimo —Jamás me atrevería a dejarlos, solo que esta vez es muy necesario. Pero ustedes prométanme que no se van a olvidar a mi—

—¡Lo prometemos!— Dijeron todos mientras ponían una mano en su pecho y la otra me la enseñaban.

—¡Como los voy a extrañar!— Dije una vez que no pude aguantar las lágrimas y los abrasé a todos.

Cinco minutos después éramos un desastre. Todos llorando abrazados, diciendo que nos vamos a extrañar y que prometo enviarles cartas a todos ellos (les encantaba ese método de comunicación). También que cuando volviera les traería un recuerdo de allá. Después, cuando me calme un poco les dije que había comprado donas para ellos. Y ellos... creo que prefieren las donas.

Después de que todos comieran donas me despedí de ellos finalmente para ir a recoger mis cosas, que ya estaban acomodadas en una gran maleta color negro.

Tristemente me dirigí hacia donde sería el punto de encuentro entre mis mejores amigos y yo para despedirnos. El aeropuerto.

—¡Alice!— Escuché que alguien gritaba mi nombre, pero no podía encontrar al responsable. De repente siento que dos personas me llegan por atrás y me dejan sin respirar de tan fuerte que abrazaban. Son ellos.

—¡¡Bebé gomita!! ¡¡No quiero que te vayas!! Prometo que te iremos a visitar en cuanto podamos, solo que tenía que ayudar a Ethan con lo de su inscripción, pero en cuanto podemos vamos a ir ¿de acuerdo?— Dijo Jasmine a punto de soltar las lágrimas.

—Alice... uh. No veas a demasiados chicos allá o eso creo— Me dijo Ethan. —Auch— Dijo Ethan después de que Jasmine terminara de escuchar su lamentable despedida.

—Esta bien, o eso creo— Le contesté.

—Ya me tengo que ir, no puedo darme el lujo de perder este vuelo, mi jefe me quiere a tiempo allá— Dije mientras rodaba los ojos.

—Esta bien...— Dijo Jasmine llorando mientras se abrazaba de Ethan —¡¡Crecen tan rápido!!—

Yo solo seguí mi camino en cuanto escuché que llamaron el vuelo que tomaría. Al entrar mi fijé que lucía muy cálido. Me encantaba como todo se podía ver claramente a través de la ventana. Y como veía a dos locos llorando y sacudiendo sus manos en el aire mientras me veían y gritaban cosas que no alcanzaba a escuchar. Tomé asiento al lado de la ventana y pude apreciar como iba dejando todo atrás, y sinceramente no estaba totalmente orgullosa de eso.

Pero creo que me sumergí demasiado en mis pensamientos porque caí dormida como una roca en cuanto mi cabeza encontró un buen lugar para descansar. Me desperté una vez mas cuando ya habíamos llegado a una ciudad donde tomaría un camión para llegar finalmente, porque la ciudad no tenía aeropuerto. Una vez que ya me había instalado en el camión me dediqué a mirar por la ventana, al fijarme en cosas tan pequeñas como ardillas que estaban en los árboles por los que pasábamos recordé que hacía esto por mis pequeños, y si era por ellos lo haría mejor que bien.

Cuando el camión llegó y nos dijeron que ya podíamos bajar lo hice sin ninguna prisa y pude darme cuenta que en el aire estaba este... olor. Si, olía a eso... limpio!

En cuanto salí de la pequeña estación con la que contaba la ciudad, pregunté amablemente a una pareja de señores que caminaban por ahí si sabían donde se encontraba la clínica Moore, ellos al notar mi mala ubicación en la ciudad me preguntaron que si era nueva y les dije que si, que estaría trabajando en la clínica Moore, así que me verían seguido por ahí.

Ellos me dieron las indicaciones y la ubicación. Pero aquí yo no entendía nada.

Después de caminar y caminar me di cuenta de que había dado la vuelta a la izquierda y era a la derecha, esto si que va a tardar un rato...

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