Capítulo 16

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Sin saber que más hacer seguí el camino hacia mi casa. En el que me puse a pensar varias cosas como que hace mucho no veo a Pennywise, tal vez sea porque tengo visita...

Mientras iba caminando me encontré con un señor de unos cuarenta y algo sentado en la calle murmurando cosas sin sentido, como persona tonta que soy me acerqué aunque justo hoy vi como un borracho trató de golpearme. Pero también es justo por eso por lo que me acerqué, no quería que el también muriera por culpa del alcohol, ¿quién sabe? tal vez tiene a una familia que espera por el en casa, y si es así no me gustaría que su familia sufriera por una estupidez.

-Señor... Amm, ¿Qué es lo que hace usted aquí? ¿quiere que lo ayude?- Le pregunté pero solo siguió viendo a la nada -¿Dónde vive? Puedo llevarlo pero dígame-

-No vivo aquí, estoy de visita por unos días- Contestó.

-¿Esta ebrio? ¿No quiere que lo ayude?- Insistí.

-No gracias, acabo de cometer una tontería, pero no soy de las personas que normalmente recurren al alcohol, al menos no ahora- Me contestó. Admito que me sorprendí, de verdad tenía pinta de estar ebrio.

-¿Entonces no quiere que lo acompañe?-

-¿No te rendirás hasta que ceda verdad?-

-No lo creo, parece que necesita hablar con alguien-

-Bueno pues siéntate, te voy a contar la historia de mi matrimonio-

-Bien, tengo toda la noche- Dije y me senté enseguida de el.

-Todo comenzó hace algunos años, talvez unos quince. En ese entonces había decidido irme de casa, obviamente por pendejadas, bueno, el caso es que me fuí y encontré un buen trabajo y un hogar, sorprendentemente había logrado seguir con mis estudios y todo iba bien hasta ahí, pude soportar eso las primeras semanas, porque estaba emocionado o yo que se, el caso es que después de eso se empezó a poner difícil, así que recurrí al alcohol, la fumadera y tal vez un poco de droga, el caso es que me descarrilé un poco. 
Mi futura exesposa, que en ese entonces era mi amiga, me ayudó en lo económico, pero yo no supe apreciarla y la cagué, le dije que la quería pero luego me fui a besar con otra, ¿divertido no? Pues no lo era. Yo de tonto le rogué y le rogué que eso no era lo que había pasado, pero si era, en ese entonces no teníamos nada y yo me sentí libre de hacerlo, sin embargo luego nos juntamos y salimos por un par de años hasta que le propuse matrimonio y tuvimos tres hijos a los que amo con todo mi corazón. 
El punto es que ella se fue a revolcar con el maestro de Peter mi hijo mayor, por cierto mi hijo tiene quince. En fin, mi hijo fue el que la descubrió y vino e decirme a mi, el pobre todo estresado se lo había guardado por meses. Cuando me enteré lo que hice fue apartarla, aunque según ella solo fue una vez y que estaba arrepentida, yo de iluso la perdoné por el bien de mi familia, aunque su relación con Peter no fuera la misma.
Pero unos meses después me enteré de que ahora ella era lesbiana, por lo que nuestro matrimonio le valía un comino. Por eso planeamos divorciarnos, ambos, pero aún así fue mi esposa, digo, es inevitable no tener sentimientos profundos por tu esposa  ahora después de quince años viene y me echa en cara lo feliz que es con su novia y que se va a casar otra vez. El punto es que yo aún la amo, pero ella no a mi, y ahora estoy aquí tratando de resolver algunos asuntos mientras no estoy emocionalmente preparado y tal vez muera- Me contó.

-Wow, digo, pasaste por mucho. Debes de ser una persona muy fuerte como para no recaer en un viejo hábito, y tu esposa, tu esposa es un asco de persona, es por personas como ella que terminan personas como tu con hijos y sin saber que hacer. De verdad eres una persona admirable- Le dije tratando de que se sintiera mejor -Y estoy segura de que si ella no era la indicada habrá otra, nunca es tarde, y puedo ver que aún tienes tu encanto. Lástima que no conozca a nadie y no te la pueda presentar- 

-Bueno, no es para tanto, son mis hijos los que me animan- dijo.

-Los niños para mi son lo mejor en este mundo, son alegres y sensibles. Tengo muchos niños esperándome en otra ciudad, yo solía ser voluntaria en un orfanato, pero aquí no hay ninguno así que no pude seguir. Si alguna vez necesitas mi ayuda para que cuide de tus hijos solo llámame, estaré encantada de hacerlo- Dije para darle un papelito con mi número.

-Muchas gracias por escuchar, y por ayudarme ¿Cuál es tu nombre?- me preguntó.

-Alice... Alice Quinn ¿y usted?- 

-Ben, Ben Hanscom un gusto- Dijo y me estrechó la mano.

-Bueno, me gustaría quedarme pero ya es tarde y alguien me espera- Le dije recordando a Jasmine y Ethan.

-Bien, yo también ya pasé mucho tiempo fuera. Nos vemos otro día- Me dijo y yo lo despedí con una sacudida de mano.

Me voltee y regresé rápidamente hacia mi departamento. Cuando llegué me di cuenta de que los dos ya estaban dormidos así que me acosté en el sillón para no despertarlos.

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