Capítulo 2

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—¿Esta nerviosa, Alice? —pregunta Sakura.

—¡Por supuesto que no! —exclamo moviendo nerviosamente mi pierna.

—Pues que yo sepa aun sigues escondiéndote en el auto —suspiro Emily—. ¡Insististe en ser puntual, pero llevamos horas acá! —gimoteo recostándose en el asiento.

—Solo han pasado quince minutos —murmullo con los brazos cruzados.

—No tiene que ir si no quiere Alice —me dice Sakura—. Puedo hablar con Francis y excusarla

—Eso sería muy amable de tu parte Sakura —suspiro relajada.

—Aunque será una pena saber que Francine gano la apuesta —murmura bajando del auto.

—Espera —la detengo—. ¿De qué hablas?

Sakura vuelve al carro y mira a Emily, ella la mira y luego me mira a mi confundida, sin embargo, luego suelta un gran "o" y se endereza. Yo no puedo estar más confundida.

—Uh. Si, escuche algo sobre una apuesta —afirma Emily—. Francine aposto veinte dólares a que intentarías huir de la cita

—¿Que?

—Pero descuide, iré ahora a hablar con Francis —dice Sakura.

—¡No! —le agarro del brazo deteniéndola—. Voy a hacer que se trague sus propias palabras —mascullo y bajo del auto.

—En ese caso, diviértase Alice —sonríe Sakura a lo lejos una vez estoy a unos cuantos metros del carro.

Por lo que cuando me doy cuenta de que caí en el juego de Sakura y Emily, ya es tarde y maldigo en voz baja. Respiro profundamente y entro al restaurante intentando ocultar el hecho que estoy nerviosa. Busco una cabellera rubia y larga con los ojos, cuando lo hago me pongo más nerviosa, sin embargo, tiene el efecto contrario en mí actitud y pongo mi expresión más neutral y me acerco a la mesa.

—Bonjour, Alice—intenta darme un beso en la mejilla y yo le ofrezco estrechar mi mano al mismo tiempo. El ríe levemente y estrecha mi mano—. No te veía hace mucho tiempo —me guiña un ojo.

No respondo, en cambio me siento y empiezo a beber de mi vaso de agua.

—Tengo entendido que estudias en Inglaterra en la misma universidad que Arthur —comento—. Tengo curiosidad por saber qué haces acá, se supone que aún no acaban clases

—Oh bueno —él ríe—. Podemos decir que algunas cosas salieron de control y no podemos volver hasta que las instalaciones sean cien por ciento habitables —vuelve a reír—. ¿Y qué hay de ti? La última vez que te vi, te escuché decir que no saldrías con nadie hasta que acabaras tus estudios y sin embargo henos aquí —ríe.

—Entonces supongo que también podrás recordar lo impulsiva que puedo llegar a ser cuando Francine me molesta —refunfuño

Él ríe de mi reacción y yo lo miro confundida.

—¿Lista para ordenar? Francine me dijo que te gusta la carne —me guiño el ojo y me puse roja.

—Empiezo a temer de lo que Francine te dijo de mi —agarro la carta—. Creo saber que voy a ordenar

El resto de la noche conversamos de cosas triviales, él me cuenta que estudia diseño de alta costura y yo le evito la molestia de oír sobre mis dudas existenciales y le digo que me hare cargo de la empresa familiar, él me cuenta todo lo que hace y sobre los cursos que lleva, sin embargo cuando él termina de hablar y es mi turno, tomo agua muy detenidamente para luego hacerle más preguntas y esquivar el tema, Francis parece darse cuenta y solo ríe y responde mis preguntas, luego discutimos brevemente sobre si la cocina Francesa era mejor que la cocina Inglesa.

Shall We Dance?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora