—Dios, la cabeza me duele —me quejo tapando mis ojos—. ¿Como es que acepte una bebida de un desconocido?, ¡no es propio de mí!
—Era Iván —indica Emma bostezando—. Sale con el hermano de Sakura, ¿Como es que no lo conoces? —alza una ceja.
—Nunca lo había visto en persona —respondo tomando agua, sin embargo, me atoro cuando veo algo peculiar—. ¿Qué hace Julchen con una serpiente? —frunzo el ceño.
—Es su mascota —Emma informa—. Se perdió ayer y al parecer apareció hoy encima de mi —se estremeció y sacudió la cabeza—. El grito que escuchaste y te despertó, fue mío —se señala.
—¡Oh, vamos! El Sr. Medias nunca le haría daño ni a una mosca —respondió Julchen saliendo de la cocina con una caja de cereales en mano y su serpiente en sus hombros.
Camina entre las personas en el suelo hacia nosotras cuando de repente el teléfono de su casa empieza a sonar y ella abre ambos ojos y corre a contestar cuando ve a Ludwig con la misma intención.
—¿Aló? —dijo Julchen agarrando primera el teléfono—. Si, soy yo mamá. Soy tu hija favorita —sonríe mirando sus uñas—. ¿Gilbert? Bueno, veraz. Él no puede contestar porque... Porque... ¡Porque no tenía tampones y lo mande a comprar! —Ludwig se golpea la frente—. Y Ludwig, pues... Ya sabes, haciendo sus cosas de niño bueno. Creo que fue a comprar helado con su aun-no-novia la italiana
—¡Soy intolerante a la lactosa! —Ludwig se lleva las manos a los cabellos.
—¡Obviamente que es un helado libre de lactosa, duh! —ríe nerviosamente—. ¿¡Espera, que!? ¿¡Vuelven hoy en la noche!? —grita haciendo que Lovino tape sus oídos a mi costado—. Pff, claro que no mamá. No hay ni un problema, solo pensé que tú y papá necesitan más tiempo para... ¿Relajarse?
—¡Están a punto de cerrar un contrato! —dice Ludwig intentado quitarle el teléfono a su hermana—. ¡¿Como podrían relajarse?!
—¡Déjalo! —le grita a Ludwig—. Si mamá, ustedes solo demoren todo lo que quieran —sigue forcejando con Ludwig—. ¡Mamá, Ludwig volvió de comer helado y te manda saludos! ¡Ahora adiós! —cuelga e inhala profundamente.
—Ahora sí que estamos en problemas —suspira Ludwig.
—No te preocupes, contrate un servicio de limpieza que debe llegar en dos horas —dice Julchen con una gran sonrisa—. A sí que solo ayúdame a sacar a todos de casa
—Creo que es hora de irse —digo y termino por despertar a Lovino completamente.
—Déjame dormir —dice somnoliento.
—Levántate si no quieres que el contenido de mi vaso caiga sobre tu cabeza —digo y este se levanta lentamente—. Ahora ayúdame a cargar a Arthur hacia el carro
—Este es el momento en el que me arrepiento de haberme ofrecido a ayudarte a cargar a Arthur —gruñe cansado— ¿Porque tienes puesta esa horrible chaqueta? —pregunta señalándome.
—No lo sé, no es mía —le digo—. Pero tampoco es de Julchen y no puedo dejarla acá, debo entregársela a su dueño o dueña —me alzo de hombros.
—Como sea, ¿su carro está cerca, ¿no? —pregunta.
—Por supuesto —miento y ponemos los brazos de Arthur en nuestros hombros.
[...]
El carro no estaba nada cerca por lo que Arthur se cayó tres veces dándose de cara contra el suelo. Lovino maldecía en voz alta llamando la atención de señoras las cuales se detenían a murmurar o mirarnos mal. Por lo que Lovino empezó a maldecirles en italiano.
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Shall We Dance?
FanfictionAlice Kirkland se da cuenta que a pasado mas tiempo en los mundos de fantasía que los libros le ofrecían que en el mundo real, por lo que enfrenta un dilema cuando se da cuenta que a este paso sera la única persona sola en el baile de fin de año. Al...