Capítulo 7

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—Wow, ¿Han visto la hora? Es muy tarde —dice Lovino mirando su inexistente reloj—. Ya debo irme, mañana tengo que ir temprano a la iglesia con mi familia —miente y levanta las manos—. Somos personas muy religiosas. Adiós chicos —se levanta y escapa.

—Creo que también debería irme —dice Sakura—. Gracias por invitarme, nos vemos el lunes —se despide Sakura.

Emily camina en silencio hacia nosotros y Scott apaga su cigarro cruzándose de brazos.

—Para suerte de ustedes, voy a salir y no quiero arruinar mi traje por culpa de unos niños como ustedes —dice—. Arreglen todo y si nuestros padres llaman, estoy ocupado y con mucho trabajo. Por cierto, Alice, estoy muy seguro de que no me equivoque de número ya que lo tengo guardado en el celular

—No sé de lo que hablas —miento evitando su mirada.

—Como sea —prende otro cigarro—. Mamá quería que te dijera que no va a llegar hasta el viernes y que tendrán que ir por ella a la cena de beneficencia que la escuela está organizando con los padres de los estudiantes —se dirige a Arthur—. Yo me quedo hasta mañana ya que debo hacer otras cosas que no les importa —sonríe sarcásticamente.

—Entonces... ¿Ya no estoy castigada? —pregunto—. Digo, mamá no va a estar y tu estas pidiendo que te cubramos. Estaríamos a mano

—No, no lo estamos Alice —dice Scott—. Mi encubrimiento no costo tanto como lo hizo mi carro

—Pero vamos a estar solos durante casi una semana y no nos han dejado dinero, eso sí que nos va a costar mucho para dos jóvenes sin trabajo —murmura Arthur—. Además, no creo que Alice pueda salir si sigue castigada, ya sabes. No podemos romper las reglas —se alza de hombros.

—Claro, fingiré que no sé qué estuvieron en una fiesta ayer —rueda los ojos—. Les ahorrare las mentiras y les diré que alguien me lo dijo

—Pero no vi a Govert en la fiesta —dijo Arthur.

—Si estaba —le dije—. Solo que... —recuerdo a Grover y Chiara y me quedo callada—. Mejor continua Scott —cambio de tema.

—¿Saben algo? —Scott mira su reloj—. Se me hace tarde, no quiero pelear y ponerme de mal humor. Sí, por muy raro que suene, como sea. Papá me dio una tarjeta, es suya —la lanza en nuestra dirección—. Alice ya no estas castigada pero como vuelvas a dañar a mi auto, estarás en problemas y quiero que dejen una buena impresión de los Kirkland en la cena de beneficencia

—¡Hecho! —dijimos Arthur y yo.

Scott se fue y nos quedamos con Amelia arreglando todo, Arthur se fue a hacer tarea y yo me quede con Amelia, nosotras seguíamos viendo películas y conversando, yo estaba intentando tocar el tema de que Alfred era su hermano sin que fuera demasiado directa. Por suerte Alfred no había vuelto a llamar desde que le colgué la llamada en el instante que Scott entro.

—Alguien te llamo y conteste —empiezo la conversación—. Creo que era tu hermano

—Supongo que te refieres a Alfred. Volvió de Inglaterra hace una semana —dijo contenta—. Ojalá Maddie estuviese acá —hace un puchero—. Si te acuerdas de ella, ¿no?

—Vagamente —respondo—. Nunca estaba cerca y tampoco hablábamos mucho. Aunque si vi a Alfred hace unos días —añado nerviosa.

—¿En serio? No me dijo nada —dijo extrañada.

—Lo conocí luego de la cita con Francis. me salvo de ser arrollada por un auto y luego me convenció de comer hamburguesas, conversamos y fue agradable —digo nerviosa.

Shall We Dance?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora