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Hoy fue un día muy aburrido, el más aburrido de todo el año.

El Sol ya estaba bajo y pronto sería de noche, caminé por el pasillo del hospital hasta llegar a mi habitación. Me senté sobre la cama y miré por la ventana hacia afuera.

Tengo ganas de salir, quiero divertirme con mis amigos, quiero volver a ir a la escuela, ir a la playa, al parque de diversiones. Quiero tantas cosas y no puedo.

Pero no debo desesperarme, el doctor dijo que pronto podría irme de aquí. A pasado un año desde que llegué a este lugar, por lo menos debo de estar mejor, ¿no?

La puerta se abrió y pude ver a mi madre que entraba con mi hermanito pequeño en brazos.

— Hola cariño, ¿cómo pasaste el día hoy? — dejó su bolso sobre la pequeña mesa y luego me observó.

— Mm — hice una mueca.

— ¿Fue muy aburrido? — asentí.

¿Para qué me pregunta cosas que están claras?, ¿que puede ser divertido estando aquí?

— Se fue Sofi — ella se había ido el viernes de la semana pasada — Dijo que me vendría a visitar todos los días, pero no vino, cada vez que alguien sale de aquí se olvida de mi.

— No digas eso — tomó mi mentón y lo alzó — Ella es tu amiga, quizás solo tuvo un inconveniente, recuerda que salió hace pocos días, debe de estar recuperándose todavía.

— Si, eso debe ser — sonreí un poco — Hola bebé — saludé a mi hermano que jugaba con la blusa de mi madre — ¿Cómo estás pequeño?

Jugué con el un poco mientras mi madre recogía algunas cosas en el cuarto para llevárselas y traer nuevas.

— Hoy habrá fuegos artificiales.

— Si, estoy esperándolos con ansias, ojalá pudiera ir a verlos al río Han — me lo imaginé por un segundo y se sentía tan lindo.

Antes de entrar en este lugar cada año iba con mis padres a ver los fuegos artificiales en el río Han. Extraño esos días.

— Desde aquí se ven muy bien cariño — expuso con suma calma, yo se que cada vez que me quejo de algo a ella le duele, pero es que aveces es demasiado duro para mi.

— No me estoy quejando.

— No pero te estas lamentando — se acercó nuevamente a mi y tomó a Beak y lo puso en su coche — Sé que esto es duro, sé que te sientes mal, sola, sin suerte — acarició mi mejilla — Pero no puedes estar todo el tiempo pensando en las cosas que no puedes hacer, solo piensa en recuperarte pronto.

— Está bien mamá, solo es que a veces quisiera que las cosas fueran diferentes.

— Lo serán, ya verás.

(...)

Mi madre se había ido, tenía turno de noche así que no le quedó mas remedio que irse a trabajar.

Yo esperaba la hora exacta para subir a la azotea y ver los fuegos artificiales, podía verlos desde la ventana pero prefiero verlos allá arriba.

Subí hasta los últimos dos pisos en el elevador, desde allí tenía que seguir por las escaleras para poder llegar. Al fin estaba arriba y no demoró nada en comenzar el espectáculo.

Es realmente fascinante, me encanta esto. Desde pequeña he sido una fan.

— Wao — escuché y volteé rápido.

SMILE; JHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora