Capítulo XXIII.

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Aún con la atención en sus contrincantes la chica Scamander veía por el rabillo del ojo a Harry dependiendo a hacia donde supone estaba la snitch.

—¡HARRY, NO ES MOMENTO PARA PORTARSE COMO UN CABALLERO!—escucho el grito de Wood desde donde estaba—. ¡SI ES NECESARIO, TÍRALA DE LA ESCOBA!

____(Tn) muy pocas veces estaba a favor de lo que decía el capitán del equipo y esta era una de esas pocas veces. El partido dependía del azabache, los demás podrían pasarse tirando goles todo el día pero sería inútil.

Con la cabeza en el partido puso aún escuchar el grito de Cho aún con metros de distancia ella giro viendo de qué se trataba.

—¡Ah! —gritó Cho.

Dementores, tres monstruos encapuchados y altos estaban cerca de la parte baja. Pero el buscador de la casa de Gryffindor, saco su varita sin duda alguna y gritó:

—¡Expecto patronum!

Solo una vez había visto ese encantamiento, su padre lo había hecho una vez que visitaron Inglaterra hace años. Sólo un mago fuerte puede hacerlo. Los ahuyento pero Harry no se detuvo a comprobarlo y aún con varita en mano atrapó a la pequeña y revoltosa Snitch 

Se oyó el silbato de la señora Hooch. Harry dio media vuelta en el aire y
vio seis borrones rojos que se le venían encima. Al momento siguiente, todo el
equipo lo abrazaba tan fuerte que casi lo derribaron de la escoba. De abajo
llegaba el griterío de la afición de Gryffindor.

—¡Éste es mi valiente! —exclamaba Wood una y otra vez.

_____(Tn) se le colgó del cuello al chico eufórica de la emoción mientras Angelina y Katie besaron a Harry, y Fred le dio un abrazo tan fuerte que creyó que a Harry se le iba a salir la cabeza. En completo desorden, el
equipo se las ingenió para abrirse camino y volver al terreno de juego. Al descender de las escobas vieron a un montón de seguidores de Gryffindor saltando al campo, con Ron en cabeza. Antes de que se dieran cuenta, los rodeaba una multitud alegre que los ovacionaba

—¡Sí! —gritó Ron, subiéndole a Harry el brazo—. ¡Sí!

—Bien hecho, Harry —le dijo Percy muy contento—. Acabo de ganar diez
galeones. Tengo que encontrar a Penelope. Disculpa.

—¡Estupendo, Harry! —gritó Seamus Finnigan.

—¡Muy bien! —dijo Hagrid con voz de trueno, por encima de las cabezas de los de Gryffindor.

—Fue un patronus muy genial, Harry—dijo _____(Tn) feliz.

—Estoy de acuerdo con la Señorita Scamander—dijo una voz tras de ellos.

Ambos se volvieron y vieron al profesor Lupin, que estaba encantado y sorprendido.

—Los dementores no me afectaron en absoluto —dijo Harry emocionado—
. No sentí nada.

—Eso sería porque... porque no eran dementores —dijo el profesor
Lupin—. Vengan y lo verán.

Sacó a Harry y a _____(Tn) de la multitud para enseñarles el borde del terreno de juego.

—Le has dado un buen susto al señor Malfoy —dijo Lupin.

Harry miró mientras _____(Tn) jadeo sorprendida. Tendidos en confuso montón estaban Malfoy, Crabbe, Goyle y Marcus Flint, el capitán del equipo de Slytherin, todos forcejeando por quitarse unas túnicas largas, negras y con capucha. Parecía como si Malfoy se hubiera puesto de pie sobre los hombros de Goyle. Delante de ellos, muy enfadada, estaba la profesora McGonagall.

—¡Un truco indigno! —gritaba—. ¡Un intento cobarde e innoble de sabotear al buscador de Gryffindor! ¡Castigo para todos y cincuenta puntos menos para Slytherin! Pondré esto en conocimiento del profesor Dumbledore, no os quepa la menor duda. ¡Ah, aquí llega!

Harry Potter y La Chica ScamanderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora