Capítulo XVII.

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Capítulo 10: El mapa del Merodeador en el libro original de Harry Potter.

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Después de salir de la enfermería Hermione aún temblaba, Ron solo veía sus pies avanzar uno delante de otro. Llegaron a la Sala Común, donde en vez de ir junto a Hermione al dormitorio se quedó en la sala frente al fuego, aún le dolían los huesos por el frío.

-¿No vendrás?.-la llamo Hermione desde las escaleras.

-Aun no-volteo a verla-. Subo en un rato, descuida.

Asintió y subió junto con Ron. El fuego tenía algo de tranquilidad, la Sala Estaba vacía a estas horas de la noche y no podría agradecer eso. Cerró los ojos y procesó todo el alborotó de hoy. Los nervios de Oliver, la tormenta cubriéndole la vista, los Dementores y Harry desplomandose, más la ira de Dumbledore hacia esas cosas horribles. Si un día progresivo.

Ella se perdió viendo el fuego, hasta que el reloj hasta que se dieron las 12 de de medianoche no sabía qué hacer estaba debatiendo se entre ir a dormir o quedarse otro rato.

El Lunes Harry volvió de la enfermería, todos los días ella junto a Ron y Hermione iban a visitarlo desde la mañana hasta el anochecer aún así Harry parecía algo raro. La mayor parte de la siguiente clase de Pociones la pasó Malfoy imitando por toda la mazmorra a los dementores. Llegó un momento en que Ron no pudo soportarlo más y le arrojó un corazón de cocodrilo grande y viscoso. Le dio en la cara y consiguió que Snape le quitara cincuenta puntos a Gryffindor.

-Si Snape vuelve a dar la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, me pondré enfermo -explicó Ron, mientras se dirigían al aula de Lupin, tras el almuerzo-. Miren a ver quién está, chicas.

Hermione se asomó al aula.

-¡Estupendo!

-¡Al fin!.-sonrio _____(Tn) al verlo.

El profesor Lupin había vuelto al aula. Ciertamente, tenía aspecto de convaleciente. Las togas de siempre le quedaban grandes y tenía ojeras. Sin embargo, sonrió a los alumnos mientras se sentaban, y ellos prorrumpieron inmediatamente en quejas sobre el comportamiento de Snape durante la enfermedad de Lupin.

-No es justo. Sólo estaba haciendo una sustitución ¿Por qué tenía que mandarnos trabajo?

-No sabemos nada sobre los hombres lobo...

-¡... dos pergaminos!

-¿Le dijisteis al profesor Snape que todavía no habíamos llegado ahí?-preguntó el profesor Lupin, frunciendo un poco el entrecejo.

Volvió a producirse un barullo.

-Si, pero dijo que íbamos muy atrasados...

-... no nos escuchó...

-¡... dos pergaminos!

El profesor Lupin sonrió ante la indignación que se dibujaba en todas las caras.

-No se preocupen. Hablaré con el profesor Snape. No tendréis que hacer el trabajo.

-¡Oh, no! -exclamó Hermione, decepcionada-. ¡Yo ya lo he terminado!

Tuvieron una clase muy agradable. El profesor Lupin había llevado una caja de cristal que contenía un hinkypunk, una criatura pequeña de una sola pata que parecía hecha de humo, enclenque y aparentemente inofensiva.

-Atrae a los viajeros a las ciénagas-dijo el profesor Lupin mientras los alumnos tomaban apuntes-. ¿Ven el farol que le cuelga de la mano? Le sale al paso, el viajero
sigue la luz y entonces...

Harry Potter y La Chica ScamanderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora