Mi hermosa familia [Yoonseok/Sope/HopeGa]

15. Lo siento [JooKyun]

Im Chang kyun caminaba por los pasillos del hospital pensativo. Pensaba en JooHeon, en los errores que había cometido ayudándolo, alentándolo a dar pasos equivocados. Pero... ¿Cómo se iba a negar? ¿Cómo se le dice "No" a algo que realmente te importa? Es tan difícil...

Suspira. Casi causa la desintegración de una familia, causo una desgracia irreparable. Se sentía atrapado, acorralado, porque amaba a JooHeon y porque Hoseok era su mejor amigo y lo había traicionado, de la manera más cruel y perversa. Se suponía que salvaba vidas y había hecho perder una que ni si quiera había tenido la posibilidad de defenderse.

Sus ojos picaron, las lágrimas se acumularon al borde de los mismo y empezó a llorar de manera inevitable, sentándose en la silla más cercana porque no creía ser capaz de dar paso alguno sin desplomarse.

Aun así, tenía algo muy claro. Lo repararía, lo repararía de cualquier forma pero tenía que deshacerse de esa molestia, de esa melancolía y, por sobre todo, tenía que recuperar al JooHeon que amaba, al que conoció en sus estudios, al inocente y adorable chico que por lo general se distraía fácilmente; no al que causaba daño por celos enfermizos, al que estaba perdidamente enamorado de Hoseok. Porque lo sabía, sabía muy bien que Hoseok era el príncipe azul de JooHeon, su "hombre perfecto", su todo y la vez su nada. Y el... el era un estúpido, un juguete, un muñeco, un pañuelo de lágrimas que no se molestaba en recriminarle nada porque no podía, porque con solo saber que podía consolarlo y abrazarlo cuando este corría a sus brazos le hacía feliz.

—I.M...

Las palabras se escucharon rasposas y débiles. El aludido alzo la mirada, topándose con el causante de la mayor parte de sus tristezas pero a la vez de sus alegrías. Tomo aire y limpio sus lágrimas con el dorso de sus manos, Lee JooHeon se sentó a su lado, se aseguro de dejar unos centímetros de distancia y se soltó a llorar, causando en Chang kyun que haberse limpiado las lágrimas fuese un acto en vano cuando estas volvieron a fluir como cascadas.

—Lo siento –JooHeon lo miro de reojo. Quería abrazarlo, quería que no llorara porque Chang kyun no tenía nada que ver allí, porque el era el culpable, no su amigo o bueno, algo mas que su amigo. Le dolía verlo llorar, le dolía tanto– Por favor... No llores... –Se aproximo descuidadamente y lo atrajo a sus brazos– Me duele... No llores...

—Tu... –Chang kyun suspiró, se dejo llevar a los brazos contrarios para llorar junto a el, buscando consuelo porque esta vez era el quien lo necesitaba– Fuiste demasiado lejos... Nunca debí tomar esas fotos... Yo... –La culpabilidad, las lágrimas impedían que al hablar fuera claro.

—No, no y no –JooHeon negó, elevo el rostro de su menor con sus delgadas manos negando frenéticamente a aquellas palabras– No te culpes, tu no tuviste nada que ver.

—Pero participé en ello, yo...

—No tuviste elección.

—¡Claro que la tuve!

—¡Im Chang kyun! –JooHeon gimió bajito, agarrando las manos del menor para mirarlo fijamente a los ojos con el ceño fruncido– No la tenías, porque se que me amas, porque se que has estado siempre para mí y me quieres ayudar en todo, pero esta vez no fue tu culpa, esta vez te utilicé a mi favor, insinuándome a ti para que me obedecieras. No es tu culpa...

Y dolió, porque ya era un hecho. Chang kyun era el títere de JooHeon, su muñeco, el que podía usar cuando deseara porque incluso en aquel momento, si JooHeon le pedía algún favor con algún puchero o gesto tierno, el obedecería. Entonces fue tomado desprevenido. JooHeon lo jalo hacia su cuerpo y lo beso de manera profunda, juntando sus labios, enredando su lengua a la del castaño que no tardo en corresponderle. Rodeo el cuello de Chang kyun con sus delgados brazos y el menor lo apego rodeándolo por la cintura.