No te enamores de mí

¡No puedo creerlo!

Adam al escuchar eso, buscó en su bolsillo y sacó su teléfono para ver de que hablaba su jefe. Presionó el botón de desbloqueo pero Rain lo interrumpió quitándole el celular.

— Este no es un buen lugar para ver ese tipo de cosas. — dijo poniendo el celular de este en el bolsillo de su pantalón fino.

Adam estaba más que asustado, no entendía la actitud de su jefe, la curiosidad lo estaba carcomiendo pero iba a esperar ya que también temía lo que podría encontrar.
Dejó el postre a mitad de comer y se puso de pie.

—Es hora de regresar señor Mitman, su reunión será pronto.— dice caminando sin esperar respuesta alguna de su jefe, estaba algo enojado. Sus emociones eran confusas y no se ponía de acuerdo en que sentir, era una mezcla de todo.

Rain pagó la cuenta y salió del lugar encontrándose a Adam esperándolo fuera. Esa actitud le pareció encantadora, quería ver un poco más de ese rubio.

—¿ Nos vamos?— le preguntó al rubio que evitaba mirarlo, Adam comenzó a caminar sin contestar, esto le hizo sonreír y solo siguió al ojiverde hasta el edificio de su compañía.

—Su reunión es en la sala de juntas, apresurese o llegara tarde.— comenta al fin Adam después que han entrado a la oficina.

—Soy el jefe, puedo llegar tarde.— dice con prepotencia Rain y eso hizo enojar a Adam.

— ¿ A quién le importa que usted sea el jefe? Eso no le da derecho a hacer esperar a los demás. Si trata como basuras a sus empleados, no espere otra cosa de ellos. — decía enojado y levantando el tono de voz cada vez más. — Pensé que era un hombre respetable, pero estoy viendo que solo es hombre por fuera porque por dentro en un niño malcriado. — le gritó sin inmutarse con sus ojos verdes totalmente llenos de rabia. Ni él mismo comprendía la razón pero se dejó llevar por las emociones.

Rain no dijo nada, tenia los ojos abiertos como platos por la sorpresa, nadie se había atrevido a hablar de de esa maneras y ¿niño malcriado? Podía ser cualquier cosa menos eso, no se esperaba que este recién llegado le hablara de esa manera. Pensaba como hacerle pagar por su atrevimientos pero se relajó al ver el rostro totalmente rojo de Adam.

El pelinegro soltó una risita, se colocó su saco y se acercó a Adam con total serenidad.

—Te espero en la sala de juntas, que nadie más te vea con esa expresión. — le susurro al oído y luego se fue cerrando la puerta detrás de él.

Adam estaba paralizado, no aguantó más y se dejó caer en el sofá detrás de él, no podía creer que le hubiese gritado a su jefe, de seguro lo iban a despedir en su primer día de trabajo.

—No, ¡no! ¡Él se lo buscó!— dijo para sí mismo dándose ánimo. Trató de controlar su acelerada y posó su mano en su oreja. Aun sentía esa sensación, la respiración de Rain sobre su oído, eso si fue extremadamente extraño. Él se sentía extraño.
—Estupido jefe...— dijo finalmente y se puso de pie para ir a la sala de juntas, por lo menos por hoy debía cumplir con su trabajo.

En la sala de juntas había una discusión, no se ponían de acuerdo para el diseño de un afiche, todos estaban en desacuerdo y el único que no opinaba era Rain, solo escuchaba las sugerencias de los demás y ninguna era de su agrado. Anna y Jack que estaban a su izquierda observaron a Adam entrar.

Rain lo notó y le hizo señas con la mano para que se sentara a su lado, este obedeció y se sentó a pesar de la mirada de desagrado por parte de Jack. Anna le sonrió y lo saludó con un gesto de cabeza al cual Alam respondió de la misma manera.

—¡Bien! ¿Cuál es su elección señor Mitman?— pregunta unos de los ejecutivos.

Rain se quedó en silencio observando los diferentes diseños, no le agradaban ningunos.