¡Quiero saberlo todo!

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El camino hacia el departamento de Adam fue silencioso, pero esta vez no se sentía incomodo, aunque si estaba nervioso ya que estaba decidido a hablar seriamente con Rain.

Al llegar al lugar Adam abrió la pierta y Rain entró sentándose inmediatamente en el pequeño sofá que tenía el menor en su pequeño apartamento. Adam lo sigue y se sienta frente a él.

—¿Por qué te sientas tan lejos? ¡ven aquí!— le dice pícaro el ojinegros mirándolo fijamente.

— Tenemos que hablar.— le dice serio devolviéndole la mirada.

—¿Sobre qué quieres hablar?

—¿Qué soy para ti?— le pregunta temiendo a su respuesta. Al ver que Rain no contesta continúa. — Dijiste que no me enamorara de ti pero... ¿Cómo hago eso? ¿Puedo decirle a mi corazón que no se enamore de ti? Las cosas que haces, la forma en la que te ves, la manera en que me tratas, como me tocas, como me besas, todo me atrae y vienes y dices eso ¿Qué debo hacer con estos sentimientos que se estan formando dentro de mi?— desvía la mirada hacia el suelo ya que sabía que las lágrimas se iban a apoderar de él.

Rain solo lo escucha con atención, al ver que concluyó suspira, sabía que eso sucedería tarde o temprano.

— ¿Qué quieres ser para mi?— dice y hace que Adam levante la mirada.

—¿Qué quieres que sea?— le responde con otra pregunta obligándolo a responder.

—No soy una persona que se enamora, tengo una relación complicada y a demás tengo hijos. ¿Qué esperas recibir de alguien como yo?— comenta con seriedad, le iba a responder toda sus preguntas. — No puedes esperar nada de mi, puedo darte una amistad sincera pero amor como el que anhelas no puedo hacerlo.

Esas palabras fueron dolorosas para el menor de ambos, aunque sabía todo eso no esperaba que Rain se lo dijera tan fríamente.

—Hablame de ti.

—¿Qué quieres saber?

—¡Todo!

—¿Y si no te gusta lo que escuches?

—Yo decidiré eso.

—Entonces te contaré algunas cosas.

Adam asintió y le prestó atención ya que no quería perderse ningun detalle de lo que Rain le contaría, aunque no solo quería saber algunas cosas, quería saber todo pero al parecer eso no sería posible.

— Como ya sabrás, tengo dos hijos mellizos — comenzó su pequeño relato con la mirada fija en Adam.— estoy casado pero ella no es la madre de mis hijos...— al decir esto Adam se sorprende ya que no se lo esperaba. — mi matrimonio con Saory va de mal en peor, soy de las personas que me gusta que me den mi espacio por eso lo doy, pero, ella me asfixia. En primer lugar no sé porqué me casé con ella... Creo que lo hice por darle una madre a mis hijos.

— ¿Qué pasó con la madre de tus hijos?— pregunta Adam curioso y notó como la expresión de Rain cambió de repente al preguntarle eso.

— Se fue...— contesta en un tono casi inaudible era como si le dolía ese hecho.

—¿A dónde?— siguió preguntando ya que su curiosidad aumentaba.

—No lo sé... Solo se fue.

—¿La extraña?— se atrevió a preguntar aunque ya sabía la respuesta.

— Si...— dice desviando la mirada para que Adam no mirase lo destrozado que estaba pero sus intentos de ocultarlo fueron en vano ya que Adam los notó.

—¿ Si ella regresara la aceptarías?

— ¡No lo sé! Tendría que pensarlo, después de todo lo que me hizo es difícil perdonarla.

— ¿Sientes algo por ella?— pregunta Adam sintiendo un nudo en la garganta, a pesar de que le dolía el pecho seguía preguntando, quería saber más.

— Quizás — contesta encogiéndose de hombros, no sabía que contestar a eso.

—Eso no es una respuesta.— insiste el menor.

—Para mi lo es...

—Para mi no.

— Eso es problema tuyo...— se pone de pie y se acerca a Adam.

—¿Qué haces?— Le pregunta Adam ya que se acercaba peligrosamente a él.

—Voy a besarte.

—¿Por qué?

—Porque estás a punto de llorar.— dice y une sus labios con los de él.

Adam solo pudo corresponder a aquel beso, sentía como su corazón se aceleraba, estaba sintiendo muchas cosas por Rain sin darse cuenta y en ese momento sus lágrimas se desbordaron recorriendo sus mejillas. No sabía la razón de su llanto pero sentía que lo necesitaba, su corazón le dolía.

Rain se separó suavemente de él y le limpió las lágrimas con su pulgar acariciándole la mejilla.

—Dime ¿Puedo quedarme a tu lado?— le pregunta Adam intentando calmar su llanto.

—Puede que sea doloroso para ti.— responde el mayor y apoya su frente con la del menor.

— Es mas doloroso alejarme.

—Si no te alejas ahora te podría lasrimar mucho más.

—Puedo soportarlo.— dijo intentando sonar seguro de sí, pero ni él mismo sabía si era tan fuerte.

—Entonces quedare.— aceptó Rain y besó delicadamente los labios del menor.

Ambos se fueron perdiendo en aquel cálido beso el cual poco a poco se fue intensificando. Se convirtió en un intento desesperado por saber cual llevaría las de ganar.

Sus labios se fundían uno con el otro, sus manos bailaban por el cuerpo del contrario y ambos se desvestían uno con otro.

Sus cuerpos ya desnudos se estremecían y en el ambiente se podía percibir la pasión que emanaban. Adam sabía que era peligroso quedarse pero no se podía resistir a tal atracción de semejante semental con cuerpo de Dios griego.

Esa noche no durmieron hasta que llegó la madrugada y ambos se quedaron dormidos entre besos y caricias que los embriagó a los dos.

No te enamores de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora