¿Le temes?

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*Adam*

No sé que pasará con esta relación que pienso que no es normal, no solo por el hecho de que ambos seamos hombre, más bien es el hecho de que me esté enamorando de alguien imposible, de alguien que no me pertenece y que jamás me pertenecerá ya que está casado.

Al despertar con ese hombre a mi lado y pensar que está tan cerca y a la vez tan lejos me frustra, aún así quiero hacerlo mío.

Salgo de la cama con lentitud para no despertarlo, pero es en vano ya que siento su brazo en mi cintura atrayéndome hacía él.

— ¿Te desperté?— le pregunto girandome para verlo. Ya veo porque me gusta tanto, hasta acabándose de despertar se ve radiante, ese cuerpo de Dios griego y esos ojos oscuro que te llevan al lado oscuro lo hacen ver realmente sexy, todo un adonis.

— Si eres tú el que me despierta no tengo problema con eso.— dice con una media sonrisa y mi corazón se acelera.

—¡Eres un bobo!— no sé que responder cuando él dice esas cosas sin ningún pudor. — Vamos a desayunar.— me escapé de sus brazos como pude y me dirigí al baño.

Lo escucho quejarse pero se levanta de todos modos.

No sé como puede estar tan tranquilo, justo ayer su esposa fue a la oficina a reclamarle no sé que cosas, pero lo más probable es que fue porque Rain no fue a dormir a su casa la noche pasada y aún así se quedó conmigo otra vez.

Escucho que viene acercándose al baño y me apresuro en lavar mis dientes, pero en ese momento se oye un celular sonar. Es el de Rain. Él se devuelve y contesta. Yo lo miro desde el baño.

—¿Qué sucede?—  dice cuando responde a la llamada. — ¡Qué...! ¿Cómo pasó?— dice de una manera preocupada y buscando su ropa por la habitación. — En seguida estoy ahí, voy saliendo. — dice y cuelga.

Yo lo miro preocupado mientras busco algo de ropa y me acerco a él.

—¿Qué pasa? — le pregunto al verlo colocarse la ropa con suma rapidez.

—Aisha está en el hospital.— al decirme eso me sorprendí y me apresuré en vestirme.

—¡Te acompañaré!— le dije vistiéndome rápidamente, él intentó decirme algo pero solo asintió y me dedicó una pequeña sonrisa, parecía agradecido de que lo acompañara.

Nos pusimos en marcha hacia el hospital y al llegar estaba esa mujer, bueno... La esposa de Rain. La verdad no me agrada ella, a lo mejor son celos de mi parte pero no me importa. Me cae mal y punto.

—¿Cómo sigue Aisha?— es lo primero que pregunta Rain cuando llegamos y ve a su esposa. Ella se ve muy calmada ante la situación, aunque no sé que le pasa a la niña me parece que a ella no le importa mucho.

— Ya la estabilizaron, solo fue una recaída.— dice ella muy calmada, se mantiene con los brazos cruzados y me observa intrigada. — ¿Qué hace tu secretario aquí?— pregunta con curiosidad como si eso fuera algo importante.

Rain la mira molesto y la ignora, camina para dirigirse a un doctor que viene saliendo, me imagino que de la habitación de la niña. Yo me propongo seguirlo pero siento una mano que me agarra y me hace voltear a ver.

Si mal no recuerdo, el nombre de la esposa de Rain es Saory, es un lindo nombre, ella es bastante bonita también pero al parecer su actitud apesta.

—¿Se le ofrece algo?— le pregunto y me suelto de su agarre. No quiero tener que cruzar palabras con ella pero veo que evitarla no será tan sencillo.

— No tienes nada que hacer aquí, ya puedes retirarte.— me dice mirándome fijo. ¿Qué se cree que es para venir a darme ordenes? Se equivoca si cree que le haré caso.

No te enamores de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora