¡Descubriendo Verdades!

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Rain había llegado a su casa después de recibir una llamada que no encontraban a sus hijos. Estaba desesperado por llegar y sentía que tardaba una eternidad en llegar así que le pidió a su chofer que acelerara.

Al llegar preguntó inmediatamente que pasó pero nadie supo darle una explicación coherente. Nadie había visto nada. Sus hijos solo desaparecieron. Rain llamó inmediatamente a la policía para que investigaran qué había sucedido.

Lo que más tenía enojado a Rain era el hecho de que Saory debía estar cuidando a sus hijos, es más, tenía que haber llevado a los niños a la escuela. Ni si quiera ella supo darle razón de como desaparecieron los niños.

Ella se veía nerviosa y preocupada incluso derramó una que otra lágrima pidiéndole perdón a Rain. Ella sabía lo importante que eran esos niños para su esposo, sin embargo a ella le importaba poco ese hecho, incluso pensaba que fuera mejor que no aparecieran.

La policía investigaba dicha desaparición pero ya era de noche y no habían podido encontrar nada. La única explicación que le dieron a Rain era que los niños se habían ido por su propia cuenta ya que no había puertas ni ventanas forzadas o que alguien conocido se los llevó secuestrado, que habrá que esperar que se comuniquen para pedir dinero a cambio.

—¡Son unos incompetentes!— gritó este con sumo enojo a los oficiales que le dieron esas adsurdas explicaciones. —Yo me encargaré de encontrarlos— les dijo y se dirigió a su despacho.

Se sentó en su silla de escritorio, encendió su PC y buscó para rastrear su celular por el GPS. Recordó que Aisha tenía su teléfono, se le había olvidado quitárselo en la mañana antes de irse al trabajo. Maldijo en su interior al ver que el celular estaba apagado, de seguro se había descargado.

Mientras pensaba que hacer tomó las llave de su coche y salió de la casa dejando a todos con la palabra en la boca que le preguntaban a donde iba. Ignoró sus preguntas y salió, tenía que aclarar su mente, tenía que calmarse y así tomar las decisiones correctas.

Al poco rato ya estaba parqueado frente al edificio del pequeño apartamento de Adam. Pensó un momento si entrar o no, volvió a encender el coche para irse pero volvió a apagarlo y salió del auto.

Subió por el ascensor y al llegar a la puerta de Adam tocó el timbre, después de esperar un momento un agitado Adam abrió la puerta. Los ojos de Adam se ensancharon al ver a Rain parado en su puerta.

—Se que no quieres verme, pero necesito hablar con alguien...— comenzó a hablar y Adam le sujetó de uno de sus brazos y lo haló hacia dentro. — ¿Pero qué...?— cortó sus palabras al ver a Aisha sentada en el sofá.

—¡Papá!— Exclamó la niña al verlo y corrió hasta él, Rain la cargó en sus brazos y la abrazó con fuerza, había estado muy preocupado todo el día sin saber de su hija.

—¿Dónde está Ian?— preguntó a Adam el cual puso cara de preocupación.

—Llegaste justo a tiempo, vamos de salida, pensaba ir a buscarte después de llevar a los niños al hospital.— le dijo mientras caminaba a la habitación por a buscar a Ian que estaba tendido en la cama respirando con dificultad y sudando.

—¿Al hospital? ¿Qué le pasó? — preguntó el mayor preocupándose y siguiendo a Adam. Al ver el estado de su hijo abrió los ojos como platos.

—No hay tiempo que perder, ¡vamos al hospital! Él no está nada bien. — dijo Adam cargando a Ian en brazos listo para salir. —Te explico en el camino— le dijo al ver su cara con miles de interrogantes.

Rain asintió y con Aisha en brazos y Adam con Ian salieron del edificio, subieron a su auto y se dirigieron al hospital más cercano.

—Dime qué fue lo que pasó. ¿Cómo es que mis hijos están contigo? ¿Por qué no me llamaste? No sabes lo preocupado que he estado por ellos. Creí que lo habían secuestrado.— Rain no paraba de hablar mirando de vez en cuando por el retrovisor ya que Adam estaba sentado en la parte trasera con los niños.

Adam dio un gran suspiro y comenzó a explicarle de como los niños estaban con él, le dijo de la llamada que le había hecho Aisha y de los golpes que tenían los niños.

Esto último enojó a Rain, hizo que la sangre le hirviera, iba a matar al que fuera responsable del maltrato de sus hijos.

—¿Quién les hizo eso?— preguntó con los dientes apretados por el coraje.

—Me contaron que la Nana los golpeaba cuando no hacían lo que ella le pedía, usaba cualquier cosa que tuviera a mano para pegarles. Además....— Adam no sabía como decir lo siguiente, no sabía como Rain iba a tomar aquella noticia.

—¿Ademas...? Termina lo que ibas a decir.

—...Saory estaba al tanto de los maltratos y nunca hizo nada al respeto.— dijo — según me dijeron los niños ella se hacía como que no veía nada...

—¡Papá! No quiero regresar a casa...— interrumpió Aisha que se había mantenido en silencio mientras Adam le acariciaba su larga cabellera. —Me quiero quedar con Adam, Ian quería salvarme y le pegaron a él, no quiero que le peguen a mi hermano...— decía mientras las lágrimas salían de sus orbes oscuros.

Esto destrozó a Rain, se sentía culpable ya que era su responsabilidad cuidar de ellos y había fallado, les falló rotundamente. Eso nunca se lo iba a perdonar.

—Tranquila enana, papá resolverá todo para que estén bien.— le dijo para calmar a la pequeña.

—Otra cosa... Ve llamando a un abogado.— le dijo Adam.

—¿Un abogado?

—Sí, llamé a la policía para que investiguen y apresen a los que golpearon a los niños, lo más seguro es que estén en el hospital esperándonos.

Esto sorprendió a Rain pero asintió, Adam hizo lo correcto y está intentando proteger a sus hijos, cosa que era su deber.

—¿Tienes mi celular?— le preguntó y Adam se lo pasó inmediatamente.

—Se descargó cuando fui por los niños a tu casa, olvidé ponerlo a cargar.

Rain lo tomó y pudo a cargar en el auto, lo encendió y llamó a su abogado de confianza, le explicó la situación mientras conducía, quedaron de verse en el hospital.

Al llegar al hospital la policía estaba ahí, Rain se bajó primero y tomó a Ian en brazos apurándose en llevarlo a emergencia, su estado no se veía nada bien. El médico de guardia lo atendió enseguida, Adam salio del coche con la niña y también la llevó a que la revisaran ya que tenía golpes en el cuerpo.

El oficial se acercó a ellos mientras esperaban que revisaran a los niños.

—Recibimos una llamada sobre unos niños que son abusados. — dijo el oficial con una libreta en la mano listo para escribir.

—Yo fui el que llamó, oficial.— dice Rain y le pasa la mano al oficial. — Rain Mitman, para servirle.— el oficial le pasa su mano también para devolver el saludo.

—Señor Mitman, soy el oficial Thomson, necesito su declaración.

—Por supuesto, quiero formalizar una denuncia por maltrato infantil hacia mis hijos.

Adam no dijo nada, se quedó escuchando la conversación mientras esperaba noticias sobre los niños. En ese momento también llegó el abogado de Rain, hablaron sobre la acusación a la nana de los niños y la esposa de Rain.

Adam no le sorprendía que esa Piruja estuviese detrás de eso, nunca le agradó esa mujer desde que la conoció. A pesar de eso no se esperaba que Saory fuera capaz de maltratar a dos niños, bueno, o ser cómplice del maltrato.

Las cosas no pintaban bien para Saory y ella como que se lo imaginaba, así que tomó algunas cosas en una pequeña maleta y salio de la casa, se subió en su auto y condujo hasta un lugar alejado, había una casa que parecía abandonada. Se bajó del auto y tocó la puerta.

—Tengo un encargo para ti... Necesito que te deshaga de alguien.— dijo con el ceño fruncido mientras recordaba a esa persona. — No te preocupes por el dinero, te pagaré lo que me pidas si lo haces. — sonríe de manera sádica....

No te enamores de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora