Decisión

72 8 5
                                    

Adam no comprendía como Rain rompía sus defensas tan fácilmente, estaba enojado y de un momento a otro estaba todo sonrojado, desnudo y con los labios y lengua de Rain recorriendole todo el cuerpo.

Sus gemidos escapaban sin pudor de sus labios, sus manos se aferraban al cabello azabache de Rain mientras este movía con maestría su lengua sobre su miembro. Succionaba como si de un dulce se tratara y las caderas de Adam se arqueban pidiendo más.

A Rain le encantaba escuchar aquellos gemidos que eran música para sus oídos, jamás se iba a cansar de saborear aquel cuerpo que lo atraía como un imán.

Los dedos de Rain invadieron dentro de Adam y este se mordió el labio inferior al sentir la intromisión, le molestó un poco al principio pero luego fue acostumbrándose hasta que tres dedos invadían su entrada.

- Rain...- llamó como pudo ya que estaba envuelto en una oleada de placer. -¡Ya estoy listo!- exclamó casi en un susurro y Rain sonrió. Sintió la ansiedad de Adam por sentirlo dentro y no dudó en complacerlo.

Introdujo su miembro en la entrada de Adam con lentitud y el menor se aferró con sus brazos en el cuello de Rain. Las estocadas eran lentas pero precisas, sus movimientos fueron aumentando el ritmo cada segundo.

Los gemidos y jaleos de ambos inundaban la habitación,  sus cuerpos sudados rosas uno con otro y sus labios se besaban con pasión.

Esa noche Adam terminó muy cansado ya que lo hicieron hasta tarde en la madrugada, cuando despertó se sintió adolorido y con muchas marcas rojas en su cuerpo.

Miró a su lado pero no vio a Rain, buscó su celular con la mirada y lo divisó sobre el buró, lo tomó y observó la hora, ya pasaban de las 10 así que supuso que Rain se había ido al trabajo pero le pareció extraño que los niños no hayan ido a despertarlo, lo hacían cada mañana en busca de desayuno.

Se desperezó  y salió con cuidado de la cama, se dio una ducha con agua caliente para relajar su cuerpo. Se puso ropa y salió para ir al cuarto de los niños y ver si seguían dormidos.

Escuchó ruido en la cocina y al asomarse vio a Ian de rodillas sobre una silla del comedor sirviendo una taza de cereal.

— ¿Qué haces Ian?— le pregunta Adam sonriendo acercándose para ayudarle.

— Queríamos prepararte el desayuno pero no hay leche— contesta mirando al mayor.

—Debieron ir a despertarme para preparar algo delicioso para los tres.— le dice mientras le ayuda con el cereal. —¿Dónde está Aisha?— pregunta al no ver a la niña por ningún lado.

— Fue con papá a comprar la leche.— dice luego escuchando la puerta abrirse, Adam se asoma para ver quien había llegado y una alegre Aisha entraba corriendo y abrazó a Adam.

—Adam quería llevarte el desayuno a la cama. — dijo y Rain la seguía con una sonrisa.

El mayor puso las bolsas que traía sobre la mesa y se acercó a Adam que cargaba a la niña.

—¡Buenos días!— exclama Rain y deposita un beso sobre los labios de Adam.

—Buenos días. — Responde un poco avergonzado ya que es la primera vez que Rain le demuestra esa clase de afecto frente a los niños.

Aisha se baja de los brazos de Adam y busca la leche entre las bolsas que había traído su papá.

—Vamos a desayunar— dice feliz sentándose en una silla al lado de su hermano.

Los mayores se sentaron y esa mañana todos desayunaron cereal entre risas. Al terminar los niños fueron a la sala a ver la TV y los mayores limpiaban la cocina.

— ¿Pensaste en mi propuesta? — le pregunta Rain a Adam mientras seca los platos y lo coloca en su lugar.

— ¿La de marcharnos?— pregunta Adam y Rain asiente con la cabeza. Se queda un momento en silencio y cuando iba a responderle entra Ian corriendo a la cocina con el celular de Rain en la mano.

Le estaban llamando y el mayor al observar la pantalla frunce el ceño y contesta.

—¿Qué pasa?— dice al contestar, escucha lo que le dicen con atención, abre los ojos mostrando sorpresa y asiente como si pudieran verlo. —Voy para allá. — dice y cuelga la llamada. Observa a Adam que lo estaba mirando. —Debo irme, vendrán por los niños en un rato, si aceptas mi propuesta te veo en el aeropuerto a las 5:00.— comenta y le da un corto beso en los labios a Adam para luego irse sin decir nada más.

Adam no sabía que iba a hacer, irse con él traería muchos problema a su vida especialmente pensando en su familia, no es que se lleve mal con ellos pero no cree que aceptarían que se haya convertido en homosexual.  Además Rain tampoco haría público su orientación sexual, es un hombre de negocios, no le convendría esos chismes.

Suspira y se sienta en un sofá a observar a los niños, después de unos minutos suena el timbre, al abrir la puerta es el chófer de Rain el cual viene por los niños. Adam le entrega a los niños con sus maletas, se despide de ellos con un fuerte abrazo y se queda en la puerta mirando hasta que desaparecen por el acescensor.

Adam se prepara sale del departamento para ir a encontrarse con Jack para almorzar. Mientras iba en el taxi recibió un mensaje, al abrirlo era de un número desconocido. Era una fotografía de Aisha con los ojos vendados, en su boca tenía un paño para que no gritara y estaba atada en una silla, la fotografía venía adjunta con un mensaje: "Si quieres que no le pase nada ven solo a esta dirección". Y ponía la localización del lugar.

Estaba asustado, casi se paraliza a ver a la niña así. Marcó rápidamente a Rain pero este no contestó. Estaba desesperado así que le dio la dirección al taxista para que se dirigiera al lugar, volvió a intentar comunicarse con Rain pero nada. Decidió llamar a Jack para cancelar su cita y este tampoco le contestó la llamada. Le dejó el mensaje de cancelación y decidió hacer el último intento en llamar a Rain sin éxito.

No sabía nada de Ian si ellos lo tenían, aunque la única persona que se le ocurría que tuviese a los niños fuera Saory.

El taxista le indicó que habían llegado, este le pagó y se bajó, quedó sorprendido por el lugar, parecía abandonado, era un local bastante amplio en malas condiciones, se veía un pequeño lago en la parte trasera, olfateo un mal olor en cuando comenzó a adentrarse al lugar.

Estaba nervioso, asustado, aterrado de lo que sea que pudiese encontrar ahí dentro.

Derepente sintió como se le iba el aliento, alguien estaba tapando su boca y nariz con un paño desde atrás,  intentó resistirse pero el olor que provenía del paño hacía que se le nublara la mente, todo se volvió oscuro de un momento a otro y ya no supo nada más.

No te enamores de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora