Prologo

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-En el siglo Siglo XII justo al sureste de Europa en la península balcánica se dio a conocer el primer acentamiento vampírico, se expandió por todo europa hasta llegar a cada rincón del mundo, las personas nos veían como demonios salidos del infierno, como abominaciones y comenzaron a cazarnos, igual que a las brujas, si una persona odiaba a su vecino o a cualquier persona solo bastaba con acusarla de ser vampiro, si el acusado se negaba rotundamente, era quemado vivo hasta que su cuerpo quedara carbonizado y finalmente le clavaban una estaca en el corazón, si la persona lo aceptaba era dejado en libertad, pero era exterminado tres días mas tarde. El origen se desconoce y es que nadie quiso saberlo, por que a nadie le interesan mas que las historias de hadas que crearon los propios humanos, dejándonos como los villanos de la historia.

La mujer de avanzada edad observaba con una sonrisa a sus nietos que la escuchaban con mucha atención, como si se tratara de un cuento infantil.

-¿Entonces que pasaba abuela?. -pregunto el mayor.

-Entonces los humanos dejaban esos tres días al acusado, por los tres días que su salvador tardó en volver, pero era una justificación solo para seguirlo hasta su aldea y asesinar a los que salían de ahí o se alejaban de los otros, no eran tan tontos como para quedarse y hacerles guerra a los vampiros, los humanos eran cobardes y miedosos. Nada alejado de la actualidad.

El más pequeño de todos tomó la mano de su abuela para después sentarse más cerca de ella.

-Es por eso que mataban a nuestra especie sin razones. -finalizó la mujer.

-Estúpidos humanos . -el más pálido de todos veía por la ventana- los mataré a todos y cada uno.

-Eso no está bien hermano mayor, recuerda lo que dijo abue, si te acercas entonces te podrían dar esa cosa que huele mal.

El pequeño y tierno vampiro de cabellos rubios vio a su hermano con el ceño fruncido mientras esté dejaba la ventana para poner su atención en él.

-No se acerquen nunca a los humanos, no más de lo que deben, es por eso que estamos aquí. Ahora, vayan a hacer sus actividades mis niños -dijo la mujer. - Recuerden que tienen que aprender a coexistir con ellos, estamos en su mundo.

La observaron levantarse acomodando su falda tipo lapiz y caminando a la sala de música haciendo sonar sus tacones con el suelo de madera.

Bong Soon era la mujer encargada de cuidar a sus pequeños nietos, era un reto hacerlo ella sola ya que cada uno era distinto a su manera y todos tenían su propia forma de ver el mundo, era su trabajo que crecieran con la capacidad de coexistir en el mundo que tenía miedo hasta de su propia especie, quería evitar que ellos se arrojaran a la primera persona que se cruzara por sus ojos.

Jin con 10 años era el más cuidadoso y detallista, cuidaba bien de sus hermanos e incluso los castigaba cuando no le hacían caso, y aunque sus castigos eran cosquillas a sus hermanos les dolia la el estomago de tanto reír, Jin se encargaba de ayudar a su abuela de vez en cuando y cuidar de sus hermanos, el niño era bastante atractivo, tenia cabellos castaños y ojos color miel, piel considerablemente blanca y dedos chuecos segun su pequeño Mochi.

Yoongi con 9 años era el más serio y reservado con las personas, a excepción de sus hermanos claro, los cuidaba al igual que Jin pero éste era el policía malo del cuento cuando no obedecían a Jin o a su abuela o cuando su abuela no queria castigarlos y cedía ante su ternura, entonces entraba Yoongi con su dureza para hacerlos entrar en razón.

Luego estaba Hoseok, con cabellos negros y tez aperlada, el niño era completamente radiante, siempre sonreía y era dificil acerle enojar, este se encargaba de dicertir a sus hermanos cuando estaban muy tristes o muy serios, era la luz de la casa.

El cazador de vampirosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora