6. CEDIENDO A LA PASIÓN

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Esperando por Ti

  -De inmediato se realizará la operación. Lo requerido para este tipo de operaciones es de siete a nueve horas. Instantes decisivos. Les pido guarden calma. No ganarán nada con dejar que los nervios les invadan. -Sin más, salió a tratar de salvar más vidas o en su efecto mantener la calidad en otras.

María se lanzó a los brazos de Esteban quien siempre la acogía con amor. Le acarició el cabello suavemente y ella sollozaba.

  - Yo no quiero que le pase nada a mamá. -Dijo bajito, aspirando de la fragancia masculina de Esteban.

  - Y nada le va a pasar. Esta operación es muy riesgosa. Pero tu mamá lo va a superar todo y tú eres tan fuerte como ella. Así que saldrán adelante. Juntas lo harán.

El tiempo corría y ellos aún estaban a la espera. Horas de platica, miradas profundas y una cercanía que los podía quemar. Tanto tiempo separados y ahora de repente tanta cercanía los estaba dejando fuera de control.

Aproximadamente siete horas después, ya entrada la noche vieron acercarse a la doctora. De inmediato ambos se levantaron de sus sillas y al llegar la escucharon decir.

  - La operación ha terminado, ya la paciente fue transferida a la ICU.

  - Entonces ya mi mamá está fuera de peligro? -Preguntó sin siquiera dejarla terminar.

  - No del todo. Hay que esperar dos o tres días para saber como su corazón asimiló la operación.

  - Entonces después de los tres días, ya fuera de peligro podemos ir con ella a casa? -Indagó Esteban.

La doctora sonrió al verlos con tantas inquietudes...Algo normal en los familiares de los pacientes.

  - No. La paciente debe permanecer aquí de 12 a 15 días. Todo depende de la mejoría que presente.

  - ¿La podemos ver? Estoy ansiosa. -María taconeó esperando una repuesta.

  - Claro que sí. Aunque ya saben que estará inconsciente, el efecto de la anestesia pasará dentro de más o menos dos horas.

  - No importa, solo queremos estar a su lado. -La morena de ojos expresivos ya deseaba estar al lado de su progenitora.

Unas palabras más y cinco minutos después ya estaban frente la camilla de Refugio, María gimió de dolor al verla pálida y con algunos tubos conectados. Definitivamente daría lo que fuera por estar en su lugar y evitarle cualquier dolor así como su madre lo haría por ella.

  - Mamita. -Dijo bajito tocando suavemente su mano. -Debes mejorar. Yo no podría seguir una vida sin ti. Todo el tiempo has sido mi guía, mi apoyo. Eso que me impulsa a seguir, a nunca dejarme caer. No me dejes ahora.

Esteban colocó la mano en su hombro en señal de apoyo y María lo abrazó sin pensarlo. Se aferró a él mientras lloraba. Era muy duro ver a su mamá en esa condición.

Esteban la abrazaba muy fuerte mientras acariciaba su sedoso cabello negro.

  - Todo va a estar bien, pequeña. -Dijo dejando un beso en su mejilla.

María sintió como una descarga eléctrica cuando los tibios labios de Esteban tocaron su mejilla. Era una sensación familiar pero que siempre causaba en ella una reacción diferente.

  - Gracias por estar aquí. Me hace bien tu compañía. -Él le sonrió con amor y acarició su mejilla. Ya era costumbre. -Mamá se pondrá feliz al verte.

Estuvieron ahí dos horas, Consuelo despertó un poco somnolienta y con los ojos no totalmente abiertos. Lo primero que pidió fue agua y ellos como previamente le habían instruido solo le dieron un poco. Les sonrió débilmente, habló poco y sin muchas fuerzas. Ellos no necesitaban que ella hablara mucho, solo que los pudiera ver. La doctora había dicho que la parte emocional influía mucho en la recuperación, por ello, ante ella siempre se mostraron muy felices y positivos.

Esperando Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora