16. UNA NUEVA HISTORIA

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Esperando por Ti

Bajaban las escaleras sonrientes, María iba de la mano de Esteban con un brillo indescriptible en la mirada. El vestido que había comprado para ella era precioso, un vestido negro con algunas flores blancas. No quedaba ajustado a su cuerpo pero su figura cuidada sobresalía de manera excelente, traía el cabello suelto en capas y un maquillaje tenue.

Bajaban hacia una parte de la mansión que ella no conocía, era una parte anexa en la planta baja. En las remodelaciones, esa fue la parte especial. Era un lugar maravilloso. Habían tulipanes rojos por doquier y una mesa en el centro con velas y unas copas. La luz era muy sutil en un color morado. Una velada perfecta.

  - Esteban, nunca imaginé que me tuvieras preparada esta sorpresa. -Decía agarrada de su mano mientras se dirigían cerca a la mesa de centro.

  - Es lo menos que te mereces. -La tomó de las manos y la veía brindarle la mejor de las sonrisas. -Ahora que estamos juntos quiero recompensarte por todos los instantes que hemos perdido.

María lo miraba atenta mientras él le confesaba todo eso, su corazón latía frenético, estaba disfrutando de esa noche cada segundo.

  - Gracias. Había esperado tanto este momento. Pero nunca pensé que pudiera convertirse en realidad por todo lo que ha pasa... 

Por su corazón pasó una sombra de temor pero Esteban colocó un dedo en sus labios para así frenar todo lo que quería agobiarla.

  - Ya, no digas nada. Olvida el pasado, vivamos el presente. Esta noche solo estamos tú y yo, nadie más. Esta noche será mágica para nosotros, para los dos.

María no dejaba de mirarlo a los ojos porque en ellos encontraba su norte, ahí encontraba la seguridad que necesitaba, esos ojos verdes que mostraban tanto amor, amor por ella.

Se sentaron a la mesa, ahora con las copas de champán en mano.

  - Brindemos por nuestro amor, por lo que representa y significa para los dos. -Chocaron sus copas y sus miradas jamás se perdían la una de la otra.

  - Salud, Esteban. Porque la vida nos dio la oportunidad de volver a estar juntos.

Chocaron de nuevo las copas y tomaron de ellas sin dejar de mirarse, era como si sus miradas fuesen tipo imán y metal.

  - Ahora que estamos juntos nuevamente, mi vida vuelve a tener sentido. El dolor de nuestra separación ha quedado atrás, solo nos restan días de infinita dicha.

  -Yo me siento plena. Lo tengo todo a tu lado, no me falta nada para ser feliz. Tu amor es todo lo que me hacía falta.

  - Créeme, María. Cree en mí porque voy a dedicar mi vida completamente en hacerte feliz. -Tomó su mano suavemente y besó su dorso. -Te entrego mi alma, mi ser, todo para que podamos vivir el uno por el otro.

María se acercó más a su rostro y le sonrió con amor.

  - Si, Esteban. Creo en ti. Creo en ti como la primera vez contigo. Contigo me sentía segura, y empiezo a sentirme igual. No quisiera que esto cambiara. Que la duda volviera a interponerse entre nosotros. -Apretó fuerte la mano de él tratando de encontrar más seguridad en ese agarre.

  -Deja atrás tus temores porque no va a volver a pasar...

Las palabras de amor siguieron, las promesas no se detuvieron, las miradas no se perdían y el amor seguía palpable en el ambiente.

Una melodía lenta empezó a sonar, era la balada favorita de María.

  - ¿Bailamos?-Le preguntó con una sonrisa encantadora.

  -Encantada. -Respondió recibiendo su mano extendida.

Se movían al ritmo de aquella romántica balada, era un son lento. María se dejaba envolver por los brazos de Estaban alrededor de su cintura y ella lo mantenía muy cerca a sí rodeando su cuello.

Sus labios se juntaron por primera vez en aquella velada, se besaron lento, aquel beso iba al acompasado tiempo de la melodía de fondo.

Por segundos se perdieron de la musica, el sonido quedó inaudible para ellos, todo al rededor desapareció y solo ellos dos existían en aquel instante. Se fundieron en un beso largo y con sabor a promesas.

  - María, ni un segundo de estos cinco años te dejé de amar.

  - Puedes estar seguro de que yo tampoco. A pesar del resentimiento por el motivo de nuestra separación, nunca pude sacarte de mi corazón. -Recostó su cabeza en su hombro y seguían dando vueltas según la melodía.

  - No quiero separarme nunca más de ti. No quiero dejar de sentir tu grandeza de mujer. -Después de esas palabras la volvió a besar, con pasión, con ternura...Con mucho amor.

  - Tenías razón. Esta noche ha sido mágica. Siento como si nunca hubiera dejado de ser feliz a tu lado. Se acabó el anhelo de amarnos porque ahora es una realidad. Mi espacio, mi vida son tuyos. Entra en ellos y nunca vuelvas a salir de ahí. -Todo lo decía muy cerca de sus labios mientras se perdía en su mirada.

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Caminaban por la sala tomados de la mano y suspirando como locos enamorados.

  - Gracias por esta hermosa noche, Esteban. Nunca la voy a olvidar.-Dijo sin soltarle de la mano, al pie de las escaleras.

Esteban besó sus manos y le respondió.

  - Gracias a ti, por ser tan maravillosa. Te amo, María.

A lo que ella respondió con un beso casto.

Aquella noche se amaron sin reservas, hicieron el amor hasta el cansancio, y no solo era placer de lo que se llenaban, era de una entrega más allá de lo carnal que juntaba sus almas.

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  - Pensábamos que no bajarían hoy. -Dijo Carmela al verlos llegar a la mesa.

  - Deben estar muy cansados. -Completó Refugio riendo.

  - Buenos días, a las comadres más bellas del mundo. -Dijo Esteban besando la mejilla de ambas. -¿Empiezan su divina labor de cuentos desde tan temprano?

Todos rieron por la pregunta.

Se sentaron a la mesa y disfrutaban del desayuno mientras conversaban de uno y otro tema trivial.

Cuando ya habían terminado el desayuno, poco antes de levantarse de la mesa, Esteban pidió la atención de los presentes.

  -Aquí delante de las dos mujeres que considero como madres para mí. Quiero hacer la petición más importante que cualquier hombre podría hacer.

Se arrodilló frente a María que estaba a la derecha de la cabecera del comedor.

  -Quiero dejar todo atrás, quiero que olvides todo el pasado y empecemos a escribir juntos con amor una nueva historia. María, ¿Quieres casarte conmigo?

El corazón de María se aceleró al escuchar aquello, sus ojos se habían humedecido, delante de ella había una pequeña cajita y pudo ver como brillaba el lujoso anillo de diamantes.

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El próximo es el capítulo final. Tal vez publique el epílogo. ❤ ¿Les late?
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RuffoSandoval ♡



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