13. ENFRENTANDO CONSECUENCIAS

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Esperando por Ti

- María, mírame. -La agarró de los brazos y la miró a los ojos. -Sí, estaba en mi oficina con una rubia. Estábamos tan cerquita cómo dices. Le sonreía tan animado porque hacía años que no la veía. Esa rubia que viste era mi sobrina Estrella, María.

Seguimos...

Era indescriptible todo aquello que pasaba por la mente de María. En realidad ¿Todo había sido un malentendido? Su corazón latía muy rápido y no dijo nada al momento. Quedó en una especie de shock. Esteban la miraba esperando una respuesta pero ella solo lo miraba fijamente.

  - Dime que no es cierto por favor. Dime que no. - Dijo ella con voz agitada después de un tiempo.

  - Lo es, María. Yo no tendría porqué mentirte. Estrella es mi sobrina. Tú nunca la conociste porque cuando nos casamos ella ya tenía dos años estudiando en el extranjero, su mamá es Alba, mi media hermana, por cuestiones de la herencia tuvimos muchas diferencias. Ella decidió enviar a Estrella con su papá allá porque estaba insoportable. Solo hasta ahorita regresó y ese día llegó a despedirse, había pasado algunos meses con Alba, luego unos días con mi tía Carmela y al parecer iba muy de carreras porque llegó en la mañana, hablamos solo unos minutos y se fue.

Toda esa información fue como un balde de agua fría sobre María quien escuchaba cada palabra con remordimiento. Si no se hubiese dejado llevar por lo que simplemente vio en el momento no hubiese tomado una decisión tan apresurada como su compromiso con Luciano.

Muy probablemente estaría junto a Esteban si aquella mañana hubiesen hablado. Pero ¿Y ahora? Ahora estaba a medio mes de casarse con un hombre que no amaba, estaba atada a una vida en la que nunca sería feliz.

No se creía capaz de romper su compromiso con Luciano, eso malograría su corazón, él siempre estuvo para ella, no sería justo con él. Pero ¿Era justo con ella? Solo por un error tendría que estar condenada por el resto de su vida a estar con un hombre por el que solo sentía cariño nada más por compasión? De ninguna manera. Eso no era justo para él ni para ella. Un matrimonio siempre debe ser por amor y hasta ahora ella tomaba ese concepto.

  - Esteban, abrázame, abrázame muy fuerte. -Esteban la envolvió entre sus brazos.

Ella se aferró a él, aspiró su olor queriéndolo retener para siempre. Él besó su cabeza y acariciaba su espalda.

  - ¿Que tienes, María? -Levantó su cabeza y la enmarcó entre sus manos.

  -Esteban, ese día fui a tu oficina a arreglar todo contigo, a pedirte perdón por mi mal trato aquel día en mi departamento, a decirte que sí, que había una nueva oportunidad para nosotros, pero entonces te vi con aquella chica, que hasta ahora sé es tu sobrina y los celos me  nublaron hasta la razón, llena de rencor en tu contra fui donde Luciano y...Y le pedí que nos casaramos. -Confesó todo muy rápido y luego enterró su cabeza en el pecho de Esteban.

Esteban la abrazó fuerte una vez más y ella respiraba muy agitada.

  - Tranquila, tranquila. -Acarició su cabello negro tratando de tranquilizarla. -Te amo, María. Y te seguiré amando siempre.

Aquella confesión fue un bálsamo para María. Escuchar como tan libremente le confesaba su amor a pesar de su decisión equivocada la llenaba de fuerza y valentía. Ahora estaba segura, pagaría cualquier precio para volver a su lado.

Enfrentaría las consecuencias de su errada decisión, su reposo eran aquellos brazos y quería pasar el resto de su vida en ellos.

Esperó que su agitada respiración menguara e irguió su cabeza para mirarlo a los ojos, esos ojos le gritaban tanto. Miró sus labios y lo besó. Lo besó porque el magnetismo era inconmensurable, las ganas incontrolables y el amor se sentía en el aire. Lo besó con pasión, con ternura, con miedo...Con ganas.

Esperando Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora