Esperando Por Ti

7. LUGAR A ARREPENTIMIENTOS

Esperando por Ti

Pov María:

La mañana estaba muy fría  y sentía un dolor de cabeza impresionante.
Miro a mi alrededor y veo ropa tirada por todos lados. ¡Oh no! Y eso no es todo. Esteban está a mi lado totalmente desnudo y yo estoy igual. Por Dios, ¿que ha pasado aquí?

Claro, ahora empiezo a recordar...Tenía la temperatura muy alta y empecé a tener alucinaciones o delirios... ¡Que sé yo! Lo único que sé con certeza es que lo que hice no lo hice teniendo bien puestos mis cinco sentidos.

Disfrute cada momento y sentí renacer  en mí a la mujer que traté de enterrar cuando él me falló. Pero eso no estuvo bien. Nosotros no podíamos estar juntos. Él me falló y ya no hay reversa.

Narración omnisciente:

María se levantó con cuidado y entre su guardarropas buscó una de sus batas más recatadas. Tenía que aclarar ese asunto con Esteban. Él no podía confundir las cosas. El que hubieran tenido relaciones íntimas no quería decir que todo volvería a ser igual. Ese fue un momento de debilidad de ambos y tenían que aclarar todo como adultos.

Se sentó en la cama y enterró su rostro entre las palmas de sus manos. Estaba confundida...Eso era lo que Esteban San Román dejaba en ella: Mucha confusión.

Se dedicó a pensar en todo y en nada tenía los sentimientos vueltos un mercado. Pero es que de solo recordar a Esteban enterrandose en ella con pasión una y otra vez le hacía creer que hacía mal en evitar lo que sentía, pero por otro lado también creía que estaba aún peor aceptar lo que empezaba a sentir. ¿Que hacía?

  -Buenos días mi vida. - Escuchó su voz grave cargada de mucho afecto. - ¿En que tanto piensas?

  -Buenos días, Esteban. -Dijo con el semblante serio. -Levántate y cúbrete que tenemos que hablar.

  - Que te pasa, mi amor. ¿Por qué tan seria? - Frunció el ceño al verla tan tensa. - Lo de ayer...

  - Lo de ayer fue algo que nunca debió pasar. -Su voz sonó seca y vacía.

El mundo de Esteban se vino a pique. Se sentó cubriéndose con la sábana sin dar crédito a lo que acaba de oír.

  - ¿Que dijiste? - La miró temeroso.

  - Lo que escuchaste, Esteban. -Apartó la mirada de él y siguió diciendo- Que lo de ayer fue un error, no debió pasar, Esteban. Yo no estaba en mis cinco sentidos, me sentía vulnerable. Yo...

  -Entonces te violé. Te coloqué un arma en la cabeza y te obligué a estar conmigo. ¿Eso es? -Bufó amargamente.

  -Tampoco he dicho eso. -Suspiró tratando de guardar la calma- Esteban, entre los dos jamás puede volver haber nada. Lo nuestro terminó hace cinco años. Tú lo decidiste terminar. Tú acabaste con todo. Fuiste tú el que arrasó con siete  años de matrimonio. Tú abriste una brecha que nunca más se va a cerrar. No podemos estar juntos. Nunca más.

Con cada palabra laceraba más el corazón ya roto de Esteban, pero al parecer no se daba cuenta. Los ojos de Esteban  se empañaron al escucharla *escupir* todo aquello con tanto rencor.

  -Estás diciendo cosas de las que después podrías arrepentirte. Estás demasiado llena de rencor. Pensé que...

  - ¿Que ya lo había olvidado? -Continuó interrumpiendolo- ¡No! No lo he olvidado. Nunca lo voy a olvidar. Esa escena me dejó una herida en el corazón que creo jamás sanará. Crees que fue fácil entrar a tu oficina con una sonrisa y al rato se desvanecía al ver a Ana Rosa entre tus piernas? ¿Como crees que me sentí? Me sentí humillada, engañada. Me sentí burlada, burlada por ti. -Los ojos de María se cristalizaron.