Mi Primer Amor •Otayuri•

Nuestro ultimo día

Hoy es él último día junto a él.

No me siento listo para dejar que se balla, diablos, es demasiado hermoso
~pensaba yuri mientras miraba a él kazajo dormir encima de su pecho.

Él despertador comenzó a sonar a las 9:00 am en punto, Otabek debería estar en él aeropuerto a las 6:00 pm, había decidido entonces levantarse temprano para aprovechar tiempo con Yuri.

—Hola -dijo Otabek aún adormilado- tomaré una  ducha, deberías hacer lo mismo, recuerdo que ayer estabas bañado en sudor y con algo de semen.

—Eres un idiota -se levanto y le dio un beso al kazajo- ¿te importa si lo hacemos juntos?.

—Para nada amor, te espero en la bañera.

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Después de tomar una ducha prepararon él almuerzo, unos deliciosos hot cakes con miel de maple y un batido de arándanos era la combinación perfecta.

Desayunaron tranquilamente, mirándose uno al otro directo a los ojos, como si tratasen de cortejarse.

Al terminar lavaron los platos, era todo un rodeo hacerlo puesto a que Otabek comenzaba a arrojarle espuma al ruso y eso desataba una  tercera guerra mundial.

—¿Qué tienes?, más bien, ¿Qué es lo que te sucede? -pregunta curioso el kazajo-

—Nada, ¿Por que lo preguntas? -responde Yuri fingiendo tranquilidad-

—Cariño, te conozco mejor que a mi mismo, se cuando algo te molesta, incomoda o te gusta. Mí pequeño Yuri Plisetsky, no puedes negar tus sentimientos.

Él rubio se abalanzó al kazajo, con la mirada baja, solo sollozaba, parecía un pequeño gatito asustado.

Otabek tomo su rostro, sus ojos estaban empapados de lágrimas, su nariz y párpados estaban rojos, se veía triste. Lo levanto haciendo que sus piernas rodearan su cintura y lo llevo al sillón, estando los dos ahí, abrazados y juntos, él pequeño ruso se sentía seguro, no dijo nada. Solo se aferro a la camiseta de su novio.

— ¿Es por lo del viaje?

Yuri hizo un movimiento con su cabeza indicando que si.

— Amor, ya habíamos hablado de esto, solo serán 15 días, a mi también me duele separarme de ti, pero no me iré por siempre, no te dejaría solo jamás, disfrutó mi trabajo y quisiera llevarte pero tienes cosas pendientes por hacer, tranquilo, siempre voy a volver contigo cariño -dicho esto beso la cabeza de Yuri-

— ¿Lo prometes? -dijo el rubio con sus ojos repletos de lágrimas-.

— Lo prometo, tu eres mi hogar, te amo mi pequeño gatito ruso -le dió un suave beso en sus labios, esos eran los mejores besos por parte del kazajo-

Él resto del día se quedaron en casa mirando la tv y jugando videojuegos, decidieron quedarse en casa juntos.
Todo estaba perfecto hasta que la hora de irse al aeropuerto llegó.

Fueron en él auto de Otabek, su chofer los llevo.

En todo él camino, Yuri viajo en las piernas de Otabek, abrazándolo como un niño pequeño  y oliendo su cuello, quería embriagarse con su aroma por última vez.

Esto no solía sucederle a Yuri, comenzó  a suceder después de que Otabek le pidió matrimonio. Tal vez se encapricho o solo tenía miedo de perderlo, no es como que fuese a la selva, literalmente iba de viaje por trabajo, eso era común por temporadas en el trabajo de Beka pero Yuri tenía preocupación, no quería que se fuera.

— Llegamos joven Altin.

Ya era hora, caminaron para llegar a la fila, Yuri tomaba la mano de Beka fuertemente, aprovechaba los pocos segundos restantes.

Y de repente estaban ahí, un paso a la fila para subir a un avión destino a Canadá, Yuri miro a Otabek, abrazándolo lo más fuerte que pudo.

Las maletas ya habían sido empacadas al avión.

Él avión con destino a Canadá estaba a 5 minutos de abordar.

Otabek le dio un último beso a Yuri, el más cálido posible, el mejor de todos los que antes le había dado.

— Te amo -dijo Beka al separar sus labios de los de Yuri-

— Yo también, no hagas una escena cursi, ahora vete y no rompas más mi corazón -dicho esto puso su mano derecha en su frente inclinando un poco su cabeza a la izquierda, imitando la pose de las damiselas en pleno drama-

— Voy a echarte de menos Yura...

Beso por última vez su frente y comenzó a caminar hacia el pasillo de abordar, Yuri lo miro tratando de contener las lágrimas.

— ¡DAVAI!. -grito Yuri, Otabek  volteo, haciendo el gesto que más amaba Yuri, dando así una última sonrisa al ruso y así darse la vuelta para subir al avión-

Yuri miró como su novio había entrado al avión, Ya era hora de irse, camino hacia él estacionamiento donde lo esperaba él chofer.

Camino a casa, yuri solo miraba por la ventana el bello atardecer, sabía que no debía preocuparse, no era un niño de 16 para llorar, solo se separara de su prometido 15 días, ¿Que podría pasar?.