Mi Primer Amor •Otayuri•

Esperanza

La música a comenzado, Yuri se desliza sobre el hielo, no tenía rumbo, solo miraba al piso haciendo leves movimientos para no chocar con él borde de la pista.

Poco a poco su mente se deja llevar y comienza a realizar movimientos, relajándose, pensando en la coreografía.

Sus emociones colapsan y de nuevo comienza a verlo, tirado en medio de la pista de hielo bañado en sangre, respirando profundo y lento, estirando su mano temblorosa  como si quisiera tocarlo. Puede escucharlo muy baja mente como pronuncia su nombre.

En un cerrar y abrir de ojos la figura caída de Otabek desaparece, ahora se encuentra sólo en el hielo

— ¿Yurio te encuentras bien? -pregunta viktor-

— ¿Si? yo...estaba practicando

— ¿Seguro que estás bien?

— Si, yo estoy bien ¿Qué hay para comer?

— Yuri y yo queremos salir a comprar comida china o Sushi, ¿Quieres ir?  

— Si, solo tomaré una ducha

— Bien, nos vemos en 30 minutos en él auto.

Después de haber ido a comer sushi Yurio decidió practicar aún más en la pista de hielo dejando llevar su ritmo al borde de la música.

Pero nuevamente recordaba aquella figura, se  quedo congelado mirando el hielo teñirse de rojo, su corazón comenzaba a palpitar rápido, empezaba a sudar, unos escalofríos recorrieron todo su cuerpo y esa desesperación de salir corriendo lo invadía de nuevo.

Comenzaba a darle otro tipo de ataque, comenzaba a gritar y a desesperarse, se rodillo de un movimiento poniendo sus manos en la cabeza tratando de calmarse pero el intento fue bruto ya que comenzaba a  estresarse nuevamente, empezó a gritar aquel nombre, Víktor de inmediatamente corrio a ayudar a Yuri quién se encontraba en un ataque de pánico

— Yuri tranquilo, estoy aquí -dijo viktor rodeando su cuerpo con sus brazos-

— No, no, no, Quiero ir con Beka, quiero estar con él, quiero ayudarlo, él está sufriendo, por favor déjame ir con él

— Tranquilo estás aquí conmigo, calmate.

Yurio volvió a observar dónde se encontraba Beka y no vio rastros de sangre, entendió que él estaba alucinando, miro a Viktor con sus ojos llenos de lágrimas, estaba confundido.

Al día siguiente Yurio se levantó muy temprano, se sirvió un tazón de cereal y salió afuera a jugar en los columpios.  Subió a el columpio más alto, donde solía subir Beka, comenzó a balancearse con la mirada en las personas que pasaban caminando; algunas paseaban con sus perros y otras simplemente caminaban sin mostrar emoción alguna en sus rostros. ¿Cómo saber si las personas sufren? Se sentía mal no poder ayudar a los demás pero ya no podía continuar con ello, quería cambiar, habían pasado ya 4 meses desde que otabek desapareció y quería encontrar calma, Si no encontraba respuestas quería hallarlás por el mismo pero antes quería encontrarse bien en cuerpo y mente.

Yuri habló con Víctor y katsudon acerca de internarse en un centro de ayuda por un tiempo. Quería estar lejos y aislado pero no quería que creyeran que se estaba alejando de ellos sólo quería estar solo para pensar un tiempo y relajar su mente de tantos pensamientos, quizá estar con personas que sufren lo mismo le ayudaría a superarse.

*****
Yuri estaba feliz tomando aquella iniciativa, Viktor estaba  inconforme y Yuuri estaba algo triste, no quería que Yurio se fuera porque no podrían verlo ni saber si estaría bien. Después de guardar algunas cosas en una maleta llevaron a Yuri a un centro que está a 2 horas de San petesburgo, parecía un lugar agradable, después del recorrido Viktor y Yuuri tuvieron que  llenar un permiso destacando que Yurio  quedaría dentro durante 6 meses, con visitas cada mes.  

— Esta escena de la despedida me incómoda un poco -sonrie ligeramente el rubio-

— Es deprimente, pero es necesaria -dijo Viktor abriendo sus brazos para abrazar al rubio-

— Buen punto Viktor -ahora Yuuri se unia al abrazo cálido de los rusos-

— Voy a extrañarlos, extrañare los domingos de Hot cakes, cuiden a Potya muy bien -exclamo el rubio con ojos tiernos-

— Claro que lo haremos, nos harás mucha falta -viktor acaricio su cabello soltando una pequeña lágrima-

— ¿Un último abrazo? -pregunta con cara picarona el rubio-

Y ahí se encuentra la familia Nikiforov, dándose una típica despedida, con bastantes sentimientos dentro.

— Nos veremos pronto, los amo -dicho esto, el rubio tomó su maleta y dió la vuelta entrando al gran salón blanco-

Escasas lágrimas en sus ojos,  el corazón roto al ver a su pequeño adrentarse dentro del blanco, amplio y frío  pasillo, fue lo último reflejado en el rostro de Viktor ese día.