Confía en mí

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*Narra Raoul*
Siento como me arde la cara. Es que encima los cabrones no me han dado con una pelota de plástico, me han golpeado con un balón de cuero, putos críos y eso que me gustan... Lo peor de todo? Que Agoney que lo ha presenciado todo se está partiendo de la risa a mi lado. Otro cabrón. Mi cara está rojisima y es por la mezcla de la vergüenza y del hostión que me he llevado.

Ago: *abriendo los ojos como platos* claro, ya está! No se le rompieron hace nada las botas del fútbol?
Ra: sí
Ago: pues le compramos otras, pero que sea la envidia de sus compañeros, le compramos el mismo modelo que las de Messi
Ra: *riendo* que somos del Madrid, idiota!
Ago: coño, pues las del otro
Ra: pues no es mala idea, además este año hay mundial
Ago: y qué?
Ra: que también podemos regalarle el balón oficial, seguro que le hace ilusión
Ago: pues ya lo tenemos, no?
Ra: eso parece

Vamos a la tienda de deporte más cercana y compramos el regalo de Álvaro. La broma ha salido bastante cara, pero al menos aún nos queda suficiente dinero como para que ambos podamos comprarnos algo. Pero antes de mirar nada para nosotros, acabamos comprando los condones. Ya encontraremos el momento perfecto para dárselos, no podemos dejar escapar esta oportunidad de picar a Álvaro.

Ra: y qué hacemos con nuestra parte del dinero?
Ago: buah, se me ha ocurrido algo, pero me temo que voy a tener que darte mi parte
Ra: qué?
Ago: tú sígueme

No me da muy buen rollo la situación, pero la curiosidad me puede y le hago caso. Después de estar un buen rato andando, Agoney se para frente a una casa de piercings y tatuajes.

Ra: estás loco?
Ago: *juntando las manos* venga, porfa
Ra: que no, que esto es una locura, además no nos llega el dinero para hacer dos tatuajes
Ago: por eso te dije que iba a tener que darte mi parte, pero verte sufrir en esa camilla es todo lo que necesito
Ra: sí, hombre, tatúate tú, no te jode
Ago: yo no me puedo tatuar, rubio, soy menor y no tengo permiso paterno, pero tú cumpliste años el mes pasado, así que ya eres libre para hacer lo que quieras
Ra: y qué gano yo con esto?
Ago: un tatuaje! Te parece poco? Me vas a decir que nunca te has planteado tatuarte algo
Ra: pues sí, pero nunca iba en serio
Ago: pues ahora sí, pa dentro

Y sin dejarme responder, el canario me coje por la muñeca y nos hace entrar en la casa de tatuajes. Por suerte, o más bien por desgracia, la tatuadora no tiene muchos clientes hoy así que accede a atendernos cuando acabe con el chico con el que está ahora. Mientras, nos da el catálogo de diseños. No me creo que vaya a hacer esto, pero la verdad es que siempre he querido tatuarme algo. Cojo el catálogo.

Ago: *se lo quita de las manos* qué crees que haces?
Ra: elegir el tatuaje
Ago: *riendo* y una mierda! El tatuaje lo elijo yo
Ra: qué dices? Me lo voy a hacer yo
Ago: pero te lo haces con mi dinero
Ra: y con el mío
Ago: va, confía en mí, rubio, te prometo que no te arrepentirás
Ra: y lo dice la persona que lleva puteandome desde que nos conocimos, como coño me voy a fiar de ti?
Ago: vengaaa *pone cara de cachorrito*
Ra: *resoplando y poniendo los ojos en blanco* nada de calaveras, ni de serpientes, ni de armas y mucho menos unicornios o arcoiris, por favor
Ago: *con una notable cara de orgullo y guiñándole un ojo* no te arrepentirás
Ra: *negando con la cabeza* ya me estoy arrepintiendo

Agoney lleva literalmente horas hojeando ese maldito cuaderno. Lo peor de todo es que ni siquiera me deja echar un vistazo al libro para saber cómo será el tatuaje más o menos. No puedo dejar de morderme las uñas, hoy más que nunca: qué nervios! Después de este largo sufrimiento, se decide.

Ago: Sophie! Ya lo tengo, éste *señala uno de los diseños del cuaderno*
So: buah, Ago, ese es uno de mis favoritos
Ra: a ver?
Ago: eh! Hasta que no esté hecho no se ve
Ra: no me jodas, Agonías!
So: tranquilo, el tatuaje mola. Ven ponte aquí *da dos palmadas sobre la camilla* cuanto antes te lo hagas, antes lo verás

Hago caso a Sophie. Me quito la camiseta y me tumbo boca abajo, ya que he decidido hacérmelo en la zona del omóplato. Más que nada porque estéticame queda bien y porque es fácil de tapar para que mamá no me mate al llegar a casa. Noto la fina aguja embadurnada en tinta clavándose en mi espalda. Realmente duele menos de lo que me imaginaba, al menos de momento. No dejo de pensar en qué será. Por momentos me tranquiliza el hecho de que Sophie haya dicho que es uno de sus favoritos, pero recuerdo que estas palabras vienen de una chica que tiene tatuado un ojo en el cuello y se me pasa. Vale, recordáis lo de que no dolía tanto? Pues me retracto, cuando llevas ya un buen rato siendo acribillado por una aguja empiezas a cagarte en todo. Encima el capullo de Agoney no deja de reírse cada vez que hago un gesto de dolor.

Ra: queda mucho?
So: no, ya casi está
Ago: *agachandose frente a la camilla para que Raoul le vea la cara* venga, rubio, que vas a flipar
Ra: en el buen sentido o en el malo?
Ago: *riendo* eso lo juzgarás tú mismo, además, todo el mundo sabe que tener un tatuaje te da un punto macarrilla que da morbo, eso que te llevas. Al final vas a ligar a mi costa y todo
Ra: *riendo* lo que me faltaba, ponerte más aún
Ago: *bromeando y susurrándole al oído* tendré que controlarme

El canario vuelve a tomar asiento y, aprovechando que se ha ido y no puede verme, esbozo una sonrisa que acabo reprimiendo con los dientes.

So: esto, ya está, rubio. Mira, Ago!
Ago: buah, se ve mejor que en el boceto
Ra: ya puedo verlo?
So: sí

Sophie me coloca de espaldas al espejo y me ofrece otro para poder verme bien. Pues ha llegado el momento... me tiembla todo.

DREAMING AWAKE (Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora