El baño

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*Narra Agoney*
Pasaron unos días y, tal como ordenó el rubio, nadie ha vuelto a hablar de lo de su padre. De camino a casa me lo argumentó afirmando que mencionarselo a Álvaro y a nuestros padres solo causaría preocupaciones en vano, y aunque me joda aceptarlo, tiene razón. Qué más contar? Nuestros padres ya volvieron del viaje, muy monos ellos, y ahora me encuentro en clase más aburrido que una ostra. Estoy a punto de empezar una de mis optativas, Historia del Arte, realmente la asignatura me gusta, pero el profesor es aburridisimo. Encima el resto de mi grupo de amigos va a Geografía y aquí solo me llevo más o menos con mi compañera de pupitre, Marta. Es muy maja, la verdad. Pero algo, o más bien alguien, interrumpe mis pensamientos entrando de golpe en clase.

Ago: *extrañado* Raoul?
Ra: *con una sonrisa de oreja a oreja y extrañamente eufórico teniendo en cuenta el lugar en el que se encuentra* Ago, Ago, Ago!
Ago: qué? Qué? Qué?
Ra: el examen del lunes, la nota
Ago: *con los ojos como platos* ya la tienes? Y...?
Ra: un siete!!!
Ago: no te creo
Ra: *riendo* es en serio, idiota
Ago: enhorabuena, rubio
Ra: buah, muchísimas gracias por haberme ayudado

Entra el profesor y nos interrumpe.

Profe: Vázquez, fuera de la clase (eres un estorbo para mi vista, vale no 😂)
Ra: ya voy, ya *se despide de Ago con un movimiento de cabeza*

Le dedico una tímida sonrisa hasta que se va. Empieza la clase y, como el profesor se limita a leer el libro (que para que haga eso ya doy yo la clase y así me gano un poco de dinero), Marta decide hablarme para amenizar la hora. Aunque quizás hubiese preferido que no lo hubiera hecho.

Ma: buah, tú hermano está buenísimo
Ago: ya *poniendo los ojos como platos* o sea... sí, supongo... eso dice todo el mundo
Ma: *riendo* no pareces muy convencido
Ago: sí, estoy convencido
Ma: de que está bueno?
Ago: sí... NO! Espera, qué?
Ma: *riendo* eres genial, Ago
Profe: Hernández, García silencio!

Decidimos no buscarnos un lío y ambos nos callamos aunque me quedo con el amargo sabor de la derrota en la boca. Pasa el tiempo, o eso creo porque la clase se me hace eterna y algo llama mi atención en la puerta trasera. Os explico, mi pupitre se sitúa al fondo de la clase, por tanto ladeando levemente la cabeza puedo observar la puerta trasera sin ningún problema. Hoy la puerta está abierta puesto que hace calor y por tanto me entretengo viendo a la gente pasar. Y entre tantas caras desconocidas, me cruzo con una que últimamente no dejo de ver. Qué coño hace aquí? Habrá pedido permiso para ir al baño o algo... Se para frente a la puerta. Vale, me vio. Me saluda con la mano y abriendo la boca. Le dedico una sonrisa y levanto levemente la mano sin que se me vea. Empieza a hacer el payaso. Saca la lengua, se pone bizco y hace caras raras. No puedo reprimir una sonrisa y ahogo mi risa para que el profesor no me oiga. Me pongo a hacer caras yo también provocando la risa del rubio. Después del disgusto del otro día me alegra verlo así.

Profe: Hernández, mira a ver si atiendes!
Ago: pe...perdón

Centro mi mirada en el libro avergonzado. No puedo evitarlo, lentamente mis ojos se desvían y miro de reojo al pasillo. Sigue ahí. Peor aún se está riendo. Me giro y le hago burla a lo que él responde con uno de los bailes más absurdos que he visto en mi vida. Ahora sí que no me puedo aguantar y emito una carcajada más fuerte de lo que pretendía.

Profe: te hace gracia el Renacimiento, Hernández?
Ago: yo... no... es que... me acordé de algo que me hizo gracia y...
Profe: no me valen tus excusas, fuera de la clase
Ago: pero...
Profe: fuera!

Recojo mis cosas y salgo al pasillo, se va a cagar.

*Narra Raoul*
Hostia, lo han echado de clase. No me esperaba esto... El canario avanza hacia mí bastante cabreado. Oh, oh. Mejor huyo. Voy corriendo al baño pero Agoney no piensa quedarse atrás y hace lo mismo que yo. Después de que varios profesores nos griten que no corramos por los pasillos, llegamos al baño.

Ago: *tira la mochila al suelo* estás atrapado, cabrón
Ra: oye, Agoney...
Ago: no, ni Agoney ni nada, en todos los años que llevo de instituto nunca me habían echado de clase y por tu culpa...
Ra: mi culpa?
Ago: sí, viniste a distraerme
Ra: haber pasado de mí
Ago: pero es que era imposible, la clase era aburridisima
Ra: sí, la clase era aburridisima y yo te tengo loquito, admítelo
Ago: *riendo* pero quién te crees que eres, niñato?
Ra: *acercándose al moreno* si el otro día en los columpios te faltó nada para comerme la boca
Ago: *acercándose un poco más* las ganas tuyas, chaval

Nos quedamos mirándonos fijamente cara a cara. Estamos tan cerca que noto su respiración en la cara. No entiendo como hemos podido pasar de hacernos payasadas en clase para divertirnos a pelearnos.

Ra: qué coño nos pasa? Igual nos llevamos bien como nos liamos a hostias, esto es surrealista
Ago: *con la respiración agitada* pues no has visto lo peor
Ra: *extrañado* qué?

Agoney me coge por la chaqueta y me estampa contra la pared, a continuación acorta la poca distancia que hay entre nosotros juntando nuestros labios. Ahora sí, la hemos liado.

DREAMING AWAKE (Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora