Anormal

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*Narra Agoney*
Estoy bailando con Raoul. Como dice el dicho: si no puedes vencerlos, únete a ellos y el único con el que puedo bailar es el rubio, así que... Obviamente, esto no quiere decir que hayamos hecho tregua, así que vuelvo a la carga.

Ago: que bien te vino que apareciera el homófobo...
Ra: *extrañado* qué?
Ago: lo que oyes *pone una sonrisa pícara* que gracias a él has podido ligar conmigo...
Ra: *nervioso* pfff... qué interés iba a tener yo en ligar contigo?
Ago: ah, no? *se acerca aún más si es posible* de verdad?
Ra: *sudando, con la respiración agitada y fingiendo una risa* pfff... qué triste...
Ago: *susurrándole al oído* pero si estás que no puedes más con el calentón que me llevas, rubio

Mis palabras y mi cálido aliento en su oreja provocan un escalofrío en el rubio, algo que me tomo como una clara victoria. Pero Raoul no se da por vencido.

Ra: y tú cómo es que vas tan a saco a por mí?
Ago: *ríe* me divierte ver lo simplón que eres con estos temas
Ra: te divierte? *ríe* te has confundido de palabra, Agonías, querrás decir que te pone
Ago: sí, puede...

La cara del rubio es un poema, lo que provoca que estalle mi risa. Además estoy seguro de que la gente oye más mis carcajadas que la propia música. Algunas miradas se posan en nosotros, de hecho, y Raoul, con su característico color tomate facial, se abalanza sobre mí tapándome la boca.

Ra: *avergonzado pero riendo* cállate, imbécil
Ago: *asiente*

El rubio me quita la mano de la boca y esbozo una sonrisa al igual que él. Hay un momento tenso entre ambos, pero no la tensión que teníamos cuando nos conocimos, sino otro tipo de tensión un tanto más apetecible... Los ojos de los dos se alternan entre los labios y los ojos del otro, estudiando todos y cada uno de los rasgos del contrario. En mi caso, de sus labios carnosos decorados con una pequeña mancha que protegen dos filas de dientes impolutos y están situados sobre una mandíbula perfectamente esculpida, paso a su pequeña nariz rodeada por sus resaltados pómulos, y termino mi recorrido en esos ojos color miel que, sinceramente, me gustan desde el primer día que los vi. Hago este recorrido varias veces. La verdad es que tengo un hermanastro muy guapo...

*Narra Raoul*
No puedo dejar de contemplar a Agoney, está muy cerca, demasiado. No puedo evitar fijarme en su barba perfectamente recortada, me detengo en el pequeño lunar que decora su nariz para acabar en esos ojos de un profundo color negro. Por si fuera poco, esta profundidad se ve acentuada por el efecto-eyeliner. Dios, me va a dar algo, se me va a salir el corazón por la boca.

Ra: *con la vista fija en los labios del canario* qué se supone que debemos hacer ahora?
Ago: *haciendo el mismo gesto que el catalán* si fuéramos dos adolescentes normales nos comeríamos la boca aquí mismo
Ra: *acercándose tanto que el canario puede notar el aliento del rubio en sus labios* me estás llamando anormal, Agonías?
Ago: *esbozando una sonrisa prácticamente encima de los labios de Raoul mientras lo mira a los ojos* eso es exactamente lo que hago...
Ra: *ríe ligeramente* pues habrá que ponerle remedio a eso, no?
Ago: *se muerde el labio inferior*

Ya lo tengo casi hecho. Cierro los ojos tras comprobar que el canario también lo ha hecho y solo me falta un pequeño empujoncito para zanjar nuestro acuerdo. Pero ese empujoncito no llega a tiempo.

Sam: Raoul, Ago!!!

Ambos nos separamos rápidamente y nos giramos.

Sam: *extrañado* pasa algo?
Ra: no, estábamos bailando
Ago: *con curiosidad* qué quieres?
Sam: Laia y Aarón quieren irse a casa y Ada se encuentra un poco mal, os venís o preferís quedaros?
Ra: vamos *mira al canario* no?
Ago: claro, claro, vamos

Recogemos nuestras pertenencias, salimos de la discoteca y volvemos a casa paseando. Joder, Samuel, qué oportuno... ya estaba hecho...

DREAMING AWAKE (Ragoney)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora