DREAMING AWAKE (Ragoney)

Como estás...

*Narra Raoul*
Me agacho y empleo todas las fuerzas que tengo para levantar a Agoney, ya que pesa unos kilos más que yo. Cojo su brazo y lo pongo alrededor de mi cuello. Vale, creo que así lo puedo llevar. Salimos de la discoteca a trompicones. Joder, es que encima tenemos que volver andando porque Álvaro no me responde.

Ago: me encuentro fatal, algo me ha sentado mal
Ra: *irónicamente* todas las copas que te has bebido, tal vez, no sé
Ago: cállate
Ra: madre mía, como estás...
Ago: *hablando con mucha dificultad* no, madre mía como estás tú
Ra: *riendo* eso va con segundas?
Ago: pues claro que va con segundas, idiota
Ra: *riendo* me gusta el Agoney bebido, es más directo. Ahora en serio, como vuelvas a hacer esto estando los dos solos, te mato
Ago: pero si estoy bi...

Empieza a vomitar. No me extraña. Lo ayudo a ponerse de pie y le sujeto de la cintura y de la frente mientras él echa todo lo que ha engullido durante la noche. Me ha manchado un poco las zapatillas, pero prefiero eso que que le dé un coma etílico, la verdad.

Ago: perdón
Ra: no pasa nada, ya estás bien?
Ago: si... *vuelve a vomitar*
Ra: ya veo...

Acaba de vomitar definitivamente y aprovecho que estamos en un parque con una fuente para enguajarle la boca.

Ra: venga, Agoney, ponte un poco de agua en la boca para quitarte el sabor, luego en casa ya te lavarás bien los dientes

El canario asiente y lo hace. Después, le echo un poco de agua en la cara para espabilarlo y a continuación seguimos por el camino. Hemos tardado el doble de lo normal en llegar pero al menos estamos bien. Me preparo para abrir la puerta.

Ago: *medio dormido* Raoul...
Ra: qué?
Ago: no le digas nada a mi padre, por favor
Ra: *ríe* casi te pega un tío y casi te desmayas y te preocupa que se lo diga a tu padre? Eres de lo que no hay...
Ago: pero no lo vas a hacer, no?
Ra: no
Ago: y a Álvaro se lo has dicho?
Ra: tampoco y no lo voy a hacer, tranquilo
Ago: muchas gracias
Ra: de nada

Entramos en casa y, antes de subir a la habitación empiezo a quitarle la ropa ya que la tiene manchada.

Ago: qué haces? *riendo* que somos hermanos
Ra: *riendo* serás imbécil, voy a lavarla
Ago: ya... claro...

Finalmente, lo dejo en calzoncillos y echo la ropa en la lavadora junto a mis zapatillas, que también estaban manchadas. Voy al pasillo y me lo encuentro tambaleándose. Y tiene que subir hasta el piso de arriba? Nos tiraremos aquí toda la noche... Me acerco a él.

Ra: vamos, Ago
Ago: *temblando* te...tengo ffff...frío
Ra: oh, perdón!

Me quito la chaqueta y se la pongo encima. Me sonríe como agradecimiento. Lo veo tan vulnerable, tan desprotegido, tan frágil que se me encoge el corazón y le devuelvo la sonrisa.

Ago: muchas gracias, Raoul
Ra: va, sujétate que vamos arriba
Ago: *cogiéndose al brazo del rubio* vale *empieza a subir*
Ra: vas muy bien, Ago, con cuidado, no hay prisa

Finalmente, lo conseguimos y nos encontramos en el piso de arriba. Ambos nos sentamos en el suelo para descansar.

Ago: lo siento *empieza a llorar* te fastidié la noche
Ra: qué va! Si estaba deseando tener una excusa para huir de esa tía
Ago: *secándose las lágrimas* y un hermano borracho es mejor que un ligue pesado?
Ra: a ver, puestos a aguantar a un pesado... prefiero aguantarte a ti, la verdad *ríe* supongo que te estoy cogiendo cariño

Vale, se ha quedado dormido. Tenemos un problema. Voy a su habitación y le destapo la cama, cojo su pijama de Mickey Mouse y vuelvo al pasillo. Le quito mi chaqueta de encima y, como puedo, le pongo el pijama. Hago mis mayores esfuerzos y consigo levantarlo en brazos. Del movimiento se despierta. Y hace algo que no me esperaba para nada.

Ago: *cantando* y el anillo pa cuando?

Empiezo a reírme tanto que pierdo las fuerzas y ambos caemos al suelo.

Ra: *riendo a carcajadas* no vuelvas a hacer eso, por favor
Ago: *riendo y medio dormido otra vez* vale

Lo vuelvo a coger y lo dejo, ahora sí, en su cama.

Ra: buenas noches, Ago
Ago: ven *el rubio se acerca y el canario le da un beso en la mejilla* buenas noches, Raoul

Me quedo sonriendo como un idiota a la nada y a los pocos segundos, oigo los ronquidos de Agoney. Ale, ya se ha dormido. Bajo y pongo la lavadora en marcha para que cuando Álvaro despierte no haya ninguna prueba de lo que ha pasado esta noche. A continuación, voy a mi habitación, me pongo el pijama y, por fin, me duermo.