Make Me Love You (TaeNy)

Capitulo 38

Mis ojos se pierden en el cielo, la mañana ha estado particularmente gris, no llueve aún pero presiento que pronto eso va a cambiar, la humedad del ambiente así lo dice, cierro la ventana con algo de dificultad teniendo que hacer fuerza para lograrlo, expulso el aire por la boca estrellando mi aliento tibio contra el vidrio para luego pasar mis dedos formando figuras sin sentido que pronto se diluyen, parece tonto hacer esto cuando la situación amerita que diga algo pero... ¿qué podría decirle?... me siento torpe, fuera de lugar, tanto hui a este momento y ahora que pasa no sé qué se debe hacer, nadie te dice en verdad, todos han tenido su momento a solas con ella, solo yo faltaba... mis hermanas salieron con los ojos aguados de aquí y ni que decir de mis padres, siento mi corazón romperse cada latido tenue presagiando que falta poco pasar a ser destrozado sin misericordia, y yo que sigo haciendo figuras tontas con mis dedos en el vidrio como si fuera una chiquilla que escapa de la realidad porque no es de su gusto.

-Quiero que vuelvas a hablar con tu padre... él está listo Taeyeon, solo dale una oportunidad, aunque sea pequeña.- ­Su voz débil hace que detenga el movimiento de mis dedos mientras fijo mi vista en la nada, supongo que ya no puedo seguir escapando... debo enfrentar el hecho de que está muy enferma y tal vez esta sea nuestra última charla, cierro los ojos con fuerza un momento tragando saliva a fuerza, que el nudo en mi garganta no me lo hace fácil.

-No toquemos ese tema ahora, no me gusta la forma en la que estás hablando... como si te estuvieras despidiendo.- ­Giro a verla y allí sus ojos me persiguen con ese gesto sereno que me intimida... los doctores fueron los primeros en recibirnos dándonos el dictamen... ellos ya nada pueden hacer, ahora todo depende de ella, retiro la vista a un lado mientras empuño las manos.

-No pongas esa cara... sabías que esto iba a suceder en cualquier momento, nadie es eterno.- ­No puedo creer que ella quiera estrellarme con la realidad, mis ojos se aguan mientras intento por todos los medios contenerme, tomo la silla de madera acercándola a su lado sin dejar de sentir el alma rota. ­-Estoy lista Taeyeon... tuve una gran vida lo sabes muy bien pero, creo que es momento de descansar, de volver a él.- ­Levanto la mirada al sentir su mano sobre la mía, sí... mi abue ha decidido no dejarme escapatoria de esto.

-¿A quién?- ­Le pregunto intuyendo la respuesta, no puedo entenderla, no cuando ella era escéptica de semejantes ridiculeces. ­-No crees en esas cosas... tú misma me lo inculcaste, y eso es lo que más me gustó de ti, no te dejabas engañar por cosas que no son, para nada eras como los demás... no existe algo más allá, solo la nada absoluta, lo sabes muy bien.- ­Sí, esta mujer le gustó llevar la contraria a lo establecido, cuando sus padres quisieron obligarla a aceptar la religión católica como se suponía debía ser ella se negó al punto que tuvieron que aceptar que les tocó una hija agnóstica, y eso para ese tiempo no era bien visto, cuando conoció a mi abuelo por más que quiso hacerla casar en una iglesia lo máximo que logró fue una unión civil, eso fue de las pocas cosas que no quiso concederle y ni que decir cuando muchos líderes religiosos se acercaron a ella en busca de su fortuna y patrocinio, todos salieron mal librados, ninguno pudo debatir con ella y ganar, la admiré tanto por eso... y ahora me habla así, lo siento... no puedo aceptarlo.

-Funcionó por mucho tiempo, no lo niego pero, prefiero pensar... no, creer que puede haber algo más, y ese algo más es tu abuelo, lo extraño, no existe día en el que no sea así.- ­Así que ahora que siente tan cercano el final ha decidió creer que después de la muerte hay algo más, de nuevo siento arder mis ojos, es que sigo sin entender porque no puedo tener más tiempo, no es justo. -Deberías intentarlo alguna vez, no es malo creer en algo.- ­Las primeras lágrimas hacen su aparición sin que yo les hubiera dado permiso, su mano se aferra a la mía mientras intento calmar mi pecho que se mueve arrítmicamente presagiando el inminente llanto. ­-Hey... no tengas miedo pequeña, no vuelvas a tenerlo nunca más, aférrate a lo que te hace feliz, lucha por eso, renuncia a lo que debas renunciar pero jamás a ser feliz, eso es lo más importante... ¿entiendes?- ­Sus ojos siguen calmos y yo que ni sé de donde le sale tanta serenidad en estos momentos, después de la primera gotas saladas las otras caen en cascada mojando mis rostro, una avalancha de sentimientos se hace presente y yo solo quiero retenerla a mi lado, sigo necesitándola, sigo requiriendo sus consejos, su voz de aliento, ese norte que no me deja perder.