Obsesión

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Los eventos no se detuvieron y como bien concluyó Leo, Tim lo estaba pasando en grande a costas de Des: el día martes, después de deportes, Aeva era el último en ducharse. Algo normal en su rutina, considerando que el resto de los chicos eran heterosexuales y no querían que él los viese si quiera en ropa interior, aun que ignoraban completamente el hecho de que ninguno llamó alguna vez la atención de Des. Había terminado de enjuagarse y estaba a punto de salir del cubículo que resguardaba su privacidad, cerró la llave y buscó su toalla colgada en la puerta de este... no estaba. "Hey" dijo una voz desde afuera "¿Buscas con qué secarte?", era Awertton. Des se quedó mudo unos segundos, "lindo lunar" oyó a la vez que la blanca toalla caía por el espacio de arriba del cubículo. La recibió y se cubrió de inmediato, atándosela a la cadera mientras escuchaba claramente las pisadas alejarse. Seguía en shock, sólo cuando estuvo seguro salió de la cabina, cerrando la puerta e inspeccionándola; la juntura de la esta y las bisagras no eran perfectas, descubriendo que había sido observado sin darse cuenta. Sentía que necesitaría otra ducha al llegar a casa.

El día miércoles fue un fiasco: Aeva y Awerton fueron escogidos por sus apellidos para trabajar en pareja en la clase de literatura. Tim actuaba con naturalidad, mas Des era un manojo de nervios. Se le notaba que no estaba descansando por las noches, además comenzaba a adelgazarse, después de todo, ya iba más de una semana desde el primer incidente y casi no sentía apetito.

—Marca la C—. Dijo el chico más alto.

—Es la A—. Contestó Des. Tim apoyó el antebrazo en el respaldo de su silla y se acercó a él.

—Es la C de culo redondo y firme—. Susurró, sin inmutarse, sonriente. Des se apartó.

—Es la A del asco, el puto asco que me das—. Se puso en pie y salió del salón. Ni siquiera esperó la orden del profesor, sólo se dirigió a la oficina del director. "Tengo problemas personales y hoy ya no puedo seguir en clases. No voy a volver. Si lo prefiere llame a mi apoderado", le dijo. El hombre, tras no conseguir mayor información, le entregó una citación para su tutor, sin embargo, no volvió a la sala.

El jueves durante el receso, Louisa trataba se sonsacar sin mucho éxito lo que estaba pasando con Tim; para ella él era una especie de chico malo con el cual fantaseaba historias yaoi emparejado con su mejor amigo, fantasías que sólo fueron mejoradas cuando apareció Leo en todo ese embrollo. Des tuvo la mala ocurrencia de mencionar la cita del sábado y Lovelance no pudo dejar pasar el detalle: "el hilo rojo los unirá", "esto es tan romántico", "lo sabía"... Aeva se ahogaba en un mar de ilusiones amorosas con las que Louisa tanto soñaba. Entonces el timbre sonó y Vania, que pasaba por el lugar tomó a la morena del brazo:

—Por favor, acompáñame a hablar con el profesor de historia antes que comience la clase—. Dijo la chica, casi rogando. — Sé que tienes buenas calificaciones y quiero que él me asigne el asiento junto a ti para que me ayudes, quiero tener notas sobresalientes también.

Tal vez lo que pedía Vania era cierto, o sólo quería que el sujeto le viera el escote desde la pizarra. Des no podía dejar pasar lo atractivo que era: rubio, de ojos miel, una nariz recta, alto, con una postura y figura lo suficientemente trabajada para pensar que era militar, no obstante, era mayor para su gusto. Quizás los rumores eran verdad y para voluptuosa Vania Vega de 17 años, el hombre de 29 no era inalcanzable. No era algo que a él le incumbiera.

Se había quedado sólo, para Louisa el halago fue más que suficiente y se marchó caminando apresuradamente.

— Sabes que si Vania se sienta junto a Louisa... voy a tomar de inmediato su lugar de tras de ti ¿Verdad?— Esa jodida voz la reconoció inmediatamente —aunque— agregó, poniendo su mano en la parte baja de la espada de Des— podemos hacer un trato.

Acosador - AMOLADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora