Capítulo 14: Una grata sorpresa - mini-maratón-

179 8 4
                                    


-Sí ma, ya hablé con Cameron -dice America mientras desencadena su bicicleta.

-¿Y? ¿Qué tal? -pregunta Kira desde el otro lado de la línea.

-Y nada. Ya pactamos los horarios y todo eso. Bueno, te dejo. Me voy a casa.

-Dale amor. Llegaré a las 17:30, besos, te quiero.

-Yo más -dice y cuelga. 

Guarda su móvil en su morral y se lo cuelga.  Se monta en la bicicleta y comienza a pedalear. 

10 minutos después se encontraba frente a su casa, sin embargo, había algo diferente. 

Un camaro azul se encontraba estacionado frente a esta, lo cual intriga de gran manera.  Baja de la bicicleta y camina hasta el auto. No se encontraba nadie allí dentro. Frunce el ceño, quizá el dueño del auto se encontraba en la casa de al lado y no tenia donde dejar el vehiculo.

Deja la bicicleta dentro del garaje y camina a la casa. Coge las llaves, y se dispone a abrir la puerta, pero esta ya se encontraba abierta. Al abrirla y entrar, lo primero de divisa son 5 maletas contra el sofá, 3 negras y dos azules. Las 5 tenían sus etiquetas, lo que significaba que, o eran recién compradas, o la dueña o dueño de ellas acababa de llegar de viaje.

La radio de la cocina se enciende, sobresaltando a la pelirroja.

Inconscientemente coge un paraguas de mango largo para defenderse, obviamente, su madre no era.

Se acerca con pequeños pero seguros pasos a la cocina, la suave melodía que salia de esta no le agradaba para nada. Una vez contra la pared del cuarto anterior a la cocina suelta un suspiro, agarra bien el paraguas entre ambas manos y se llena de valor para saltar dentro de la cocina y señalar al intruso.

-¡Quieto! -chilla, mas que gritar, sobresaltando a la señora que se encontraba de espaldas a ella. Una cabellera rubia rizada le dio la bienvenida, de a poco la intrusa se fue dando vuelta, hasta que estuvo cara a cara con America- ¡Stepha! -chilla de emoción Mer saltando a los brazos de su tía postiza.

-Meri, que grande que estas -sonríe Stephania mientras la abraza, luego nota el paraguas en la mano de su sobrina-, ¿te ibas a defender con eso? -pregunta elevando una ceja.

-Quizá... -dice mientra tira el paraguas al piso y lo observa, pero enseguida se para recta y vuelve a abrazar a la rubia-, ¡te extrañe mucho!

-Yo también. Que suerte que aun tengo una copia de las llaves. Si no, aún estaría afuera.

-Me hubieras avisado, o a mamá.

-¿Y arruinarte la sorpresa? Ni hablar. Ademas, tu madre ya lo sabia.

America ríe y le da un tercer abrazo. 

-Tu y yo debemos ponernos al día -dice Stepha mientras sirve en dos tazas café, y en un plato unas donas que compro en el camino.

Ambas se sientan en el sofá del living y comienzan a contarse las cosas que hicieron en esto 7 meses que no se veían.

El reloj marco las 17 en punto, en media hora llegaba Kira.

Stephania y America se levantan de donde estaban y van hacia la cocina, lavan las tazas  y el plato entre risas y chistes.

Mientras Stepha preparaba la merienda para cuando viniera Kira, America se sienta en una de las butacas de la cocina.

Coge su móvil y entra en instagram. Al instante le cae un mensaje de Sebastian por whatsapp, era un audio.

Lo pone sin importarle que la rubia estuviera allí, atenta.

-Hola amor, ¿sabes? Estaba practicando con la guitarra una canción y me acorde de ti... escucha... -unos segundos de silencio y en seguida una guitarra se escucho al fondo-:

Take a piece of my heart
And make it all your own
So when we are apart
You'll never be alone
You'll never be alone
-la guitarra continua un poco más, hasta que se detiene-, nunca estarás sola bebe, no mientras yo este vivo. Te amo, que tengas una linda jornada.

El audio termina. Una sonrisa enorme se posaba en los labios de America.

En seguida le responde a su novio, todo ante la mirada de su tía.

-Así que... ¿sigues con Seba? -dice con una sonrisa picara.

-Sip -dice un poco tímida-, dentro de una semana cumpliremos 9 meses.

-Mira tú, un embarazo comleto, ¿y qué piensa hacer? -le pregunta curiosa mientras revuelve la olla donde puso a derretir chocolate.

-Una mini-fiesta. Camila se encargo de organizarla. Solo amigos de la escuela -sonríe America mientras deja su móvil sobre la mesa y se dispone a irse a su habitación a cambiarse.

-Que mal... -escucha como murmura su tía, haciendo que se detenga cuando ya había cruzado el portal de la cocina.

-¿Qué? -pregunta girándose hacia Stephania con una ceja en alto.

-Que que mal, yo esperaba que acabaras con Connor -suelta la rubia, y aunque le daba la espalda, tenía una sonrisa picara en los labios y la miraba por el rabillo del ojo.

-¿Te estas escuchando Stepha? -se cruza de brazos-, ¿yo, con el egocéntrico ese?

-Se están llevando bien últimamente, ¿no? -le pica-, además, no me hables tu de egocentrismo querida, que yo te cambie los pañales.

America hace un gesto como si fuera a quejarse, pero Stephania eleva el dedo indice.

-Mer, yo te conozco, se que eres terca y no lo admitirás, ni siquiera a ti misma. Así que tranquila, yo te guardo el secreto -le sonríe cómplice.

-¿Qué...? -la puerta abriéndose le corta la frase-, no  sé que estas pensando tía, pero no es así. 

-Mjm.

La pelirroja rueda los ojos y se dirige al encuentro de su madre. Kira había depositado las bolsas de compras sobre la mesa ratona del living y se había quedado observando las maletas de la rubia, sabiendo porque estaban allí.

Eleva la mirada, encontrándose con su hija de brazos cruzados y apoyada en la columna del living.

-Oh, hola amor. ¿Y? ¿Te agrado la sorpresa?-pregunta y ve como la pelirroja asiente-, ¿dónde esta la rubia de nuestros corazones?

-En la cocina esta tu respuesta -le dice mientras le señala el camino con el dedo.

Kira la observa sonriente, y se va a la cocina. America cuenta mentalmente desde el 10 al 1, y justo al llevar al final, se escuchan los grititos de las dos amigas reencontrándose luego de 7 largos meses, a pesar de haber chateado y hacer vídeo-llamadas, las dos amigas lloran al estar unidas en un abrazo de nuevo.

America se acerca a la cocina a ver la escena de su madre y tía, con una pequeña sonrisa en los labios. Luego se gira y comienza a subir por las escaleras, dejando a las adultas conversando de las cosas que hicieron.

Llegando a su habitación se lanza en la cama y se queda mirando el techo, pensando en lo que le había dicho: "no lo admitirás, ni siquiera a ti misma",  ella tenía muy claro lo que sentía por Sebatian, lo amaba, realmente lo hacia, y sí, aunque con Connor se estaban llevando bien, solo era eso, unos conocidos que comenzaban a tener cosas en común.

-¡Mer! ¡Baja para merendar! -le grita su madre desde abajo, y ella con pesadez se levanta de su cómoda cama y se cambia la remera por una camisa manga corta.

Baja y se sienta con su madre y tía en el sofá.



Mi Madre y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora