Capitulo 25: Epilogo.

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5 años después...

-Pulgas sube, ahora, arriba -dice una pelirroja de 22 años luchando con un simpático perro de 6 años.

America se hallaba jalando al canino hacia el auto, debían estar en la cena con sus padres dentro de una hora, y su departamento estaba un poco-mucho lejos de la casa de su madre.

Han pasado 5 años desde la boda de Kira y Cameron, y desde aquel día acontecieron tantas cosas que, sinceramente, no da el espacio. Pero principalmente, nuestra pelirroja acabó la secundaria, tomó un mini-curso de cocina y ahora se encontraba trabajando en su propia pastelería.

Se mudó más hacia el centro de la ciudad y allí se instalo, se llevó a su canino amigo con ella, y desde hace 3 años vive independientemente.

Ahora era el momento de volver, volver a ver a sus padres, a Jennifer, a Camila e incluso a Connor, con el cual había perdido contacto desde que él decidió mudarse de la ciudad para estudiar computación en una universidad hacía 2 años.

Extrañaba su hogar y a su familia. Durante los últimos 3 años había mantenido el contacto por video-llamada, mensajes y visitas breves. Pero ir de la ciudad a su casa de la infancia salia dinero quemado en gasolina, y no podía darse tanto lujo.

Ahora era diferente, planeaba mudarse a una vieja casa cerca de su anterior hogar, mudaría su pastelería a donde antes se hallaba la pizzeria de Cameron, y volvería todo a la normalidad, claro, si es que Pulgas aceptaba subir al bendito auto de una vez.

-A ver perro -llamó la atención del canino con un chasquido-, o subes, o subes.

Pulgas respondió a esa amenaza sentándose y rascando su cabeza con su pata trasera.

-¿Lo harías por una Scooby-galleta? -bromea ella mientras saca de su bolsillo un galleta de vainilla.

Al instante el perro se para y comienza a mover la cola, America le da la galleta y al segundo de comerla, Pulgas entra en el auto.

-Tenías que ser criado por Connor, ¿eh? -comenta la pelirroja, recordando los 2 años y medio en los cuales Pulgas vivió en la casa de Connor-, vamos.

Se sube al auto y lo arranca. Comenzaba el viaje.

Luego de hora y media de viaje, llega a su antiguo barrio, a su antiguo hogar. Baja del auto y observa alrededor. Todo seguía tal cual lo recordaba, tal cual lo soñaba.

Baja a Pulgas quien en seguida comienza a olfatear todo el lugar y a marcar territorio.

Camina a pasos seguros hacia  la puerta, golpea y espera, nada, repite la acción y vuelve a esperar. Nunca su casa fue tan silenciosa.

Rodea la casa y se aproxima a la cerca que separa el patio de atrás. Un murmullo le llama la atención, así que abre lentamente la cerca, pero Pulgas le gana y entra corriendo y ladrando al patio.

Apenas se abre la cerca, un grito al unísono diciendo "sorpresa" la sorprende, que gracioso, ¿no?

Kira y Cameron se hallaban agarrando un cartel con la frase "Bienvenida a casa Ricitos de Fuego", seguidos de Jennifer y Alex sosteniendo globos, Camila con su novio sosteniendo un pastel y varios amigos más de la infancia.

-¿Te sorprendió? -pregunto la pelinegra al ver la expresión de susto en la cara de su amiga.

America hace unos murmullos inaudibles aguantando las lágrimas. Al segundo corre y abraza a su madre y padre.

Todos los presentes largan un murmullo de ternura ante la escena. Luego de que la pelirroja saludo a cada uno de los presentes el novio de Camila, el cual tiene por nombre Marcos, se encargó de ambientar el lugar con música animada, provocando que los jóvenes adultos recordaran "viejos" tiempos bailando en medio del patio.

Mi Madre y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora