Capitulo 6: Comienzo del año escolar.

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7 años después.

-¡Mamá, ¿dónde dejaste mis auriculares?! -grita una pelirroja de 16 años buscando sus auriculares negros por toda su habitación. Si señores, nuestra pequeña America ya es toda una adolescente rebelde, bueno, casi-, ¡olvídalo, los encontré! -grita de nuevo y guarda los auriculares en el bolsillo pequeño de su mochila.

America se observa por última vez en el espejo.

Se acomoda un poco el vestido floreado que llevaba, se coloca la chaqueta gris y unas botas negras con plataformas. Lo bueno de su colegio es que allí los estudiantes podían ir vestidos como quisieran, claro, respetando ciertas normas.

Se acomoda un poco su melena pelirroja y coloca un broche plateado en el costado derecho. Sonríe ante su reflejo, va hacia su cómoda y coge de esta un pequeño collar con una cola de zorro anaranjado, ¿lo recuerdan?

Cualquiera diría que se aprontaba para ir a una cita, pero no señores, America Colenman asistía a su primer día del 5to año de secundaria.

Coge su móvil que cargaba sobre su mesa de luz y lo desconecta. Al instante le llega un mensaje de su mejor amiga, Camila, la cual le dice que la esta esperando afuera.

Baja por las escaleras mientras le responde a Camila que ya sale.

-Ma, llego Cam. Nos vemos a las 2 -dice y le besa la mejilla mientras coge las llaves de la casa.

-Vale. En realidad, volveré más tarde, a eso de las 5 -le comenta Kira mientras acomoda unos papeles sobre la mesa-, tengo una cita con un cliente. Pero, te vuelves derecho a casa -le advierte a la pelirroja, la cual rueda los ojos.

-¿A donde iría? -eleva sus brazos y pone una sonrisa compradora.

-Te conozco señorita. Dale, ve. Saludos a Camila.

America hace un gesto con la mano en señal de despedida y sale de la casa. Deja abierto el portón de la vivienda y se sube al auto de su mejor amiga.

-Que hay Mer -le saluda Camila chocando los puños y arrancando el auto.

-Nada nuevo. Lo mismo de siempre, a mamá la ascendieron de puesto y ahora trabaja más, lo bueno es que de noche es desde casa, pero mañana y parte de la tarde esta en la oficina, por ejemplo, hoy no llega hasta las 5 -bufa la pelirroja prendiendo el estéreo del automóvil.

-¿Y Alex? -pregunta Camila deteniéndose en un semáforo y observando a su amiga.

-Lo mismo de siempre, voy sábado y domingo a su casa, lo cual, no es que disfrute mucho. Ademas, la mayoría del tiempo pasa en su oficina. Solo lo veo en la cena. Jennifer es buena onda, pero el peje-lagarto ese -dice haciendo una mueca pensando en Connor-, es insoportable. Disfruta decirle 'padre' a papá mientras yo estoy presente -America se cruza de brazos y se encoje en el asiento, haciendo reír a su amiga.

-Vamos, no puede ser tan malo -dice Camila buscando un lugar en el estacionamiento del colegio.

America observa a su amiga con una ceja elevada.

-Vale, un poco malo puede ser. Pero vele el lado positivo Rojita, tu padre aun te quiere -le sonríe tranquilizándola.

-Pero prefiere a... esa cosa, en vez de a mi, su hija biológica -bufa y se desabrocha el cinturón de seguridad.

-Ya -dice Camila mientras también se baja del auto-, pero, al menos ira a tu cumple este año. ¿Verdad?

-Sería milagro -rueda los ojos America.

La pelinegra le rodea los hombros con un brazo y la empuja para empezar a caminar.

-Animo Rojita, tu padre te quiere. Solo que no lo demuestra

America tuerce los labios y asiente, muy poco convencida. Baja la cabeza para centrarse en su móvil, eran las 7:10 minutos, entraban 7:30.

Ambas amigas se dirigieron a sus casilleros, que quedaban muy lejos el uno del otro.

-¿Qué tienes? -le pregunta Camila mirando su horario.

-Mates. ¿Tu?

-Historia. Nos vemos en la cafetería -se despide Camila y sale corriendo hacía su casillero.

America ríe y guarda sus cosas en el suyo, saca una cuadernola, un libro y los mete en su mochila para la clase de matemáticas.

-Miren quien se olvido de su novio -dice una voz tras de ella.

America sonríe y se da la vuelta, encontrándose con Sebastian.

-Hola -dice ella pasando los brazos por el cuello del castaño-, ¿cómo que me olvide de ti? Te vi el sábado y el domingo hablamos todo el día -ríe la pelirroja mientras se paraba de puntitas para alcanzar los labios del castaño.

Este le ayuda bajando un poco su cuerpo para poder besarla.

Ambos se fundieron en un beso corto, algo así como: "Hola, ¿cómo has estado?". El timbre suena cortando su momento de cariño. Ambos se quedan mirando esa cosa gris que chillaba, la culpable de arruinar su momento de novios.

Se miran a los ojos y ríen. Sebastian le besa la nariz suavemente y le guiña el ojo.

-Nos vemos después nena -dice y parte con las manos en los bolsillos hacia su clase.

America coge su mochila, la cual había soltado al abrazar a su novio y camina hasta su salón. Entra tranquilamente, el profesor aún no había aparecido. Se sienta en un lugar libre junto a la ventana y espera la llegada de su profesor mientras juega con su móvil.

Hasta ese momento, no intercambio miradas con nadie. Hasta que siente como todas las chicas del salón sus piran y comienzan a cuchichear.

-¿Qué sucede? -murmura para ella misma America.

Eleva un poco más la vista y se encuentra con quien menos quería encontrarse. Sus ojos marrones se encuentran con los ojos color avellana de él.

El ser más insignificante del mundo, el cero a la izquierda en la vida de America, su peor enemigo: Connor Rush, o como se conoce ahora, desde hace 7 años, Connor Colenman.

Compartir el mismo apellido no sería tanto problema, sino fuera porque no solo compartían el mismo apellido.

Connor noto como la pelirroja lo observaba con odio, así que se limitó a sonreír egocentricamente y dirigirse hacía ella.

-Hola hermanita -dice sentándose en el asiento de adelante de America.

-Primero, hermanastra, no hermana, segundo, si sigues sonriendo así, este puño -elevo su mano derecha formando un puño-, queda en tu cara.

Y no bromeaba, cuando ella tenia 13 le dio una patada ahí abajo porque Connor le tiro del cabello.

-Ya, ya, Mersita, ¿por qué tanto odio a tu hermanastro preferido? -ugh, de nuevo esa sonrisa piensa America dispuesta a golpearle, pero justo en el mismo instante, el profesor Thomas de matemática se adentra a la clase-, nos veremos luego primor -dice mientras guiña el ojo y vuelve a su lugar.

America rueda los ojos y se centra en el joven profesor de matemática.

La hora paso lenta, para el disgusto de America, pues el profesor quería ver lo que retenían del año pasado. Así que les había puesto varios ejercicios, los cuales la pelirroja hizo en 15 minutos.

Kira le había enseñado bien las matemáticas.

Suena el timbre.

America podía sentir como un coro de ángeles cantaban acapela la canción Aleluya.

Todos se levantaron cual corrida de toros, y se fueron a la cafetería, America recogió sus pertenencias y acompaño a los demás hacía aquel lugar.

Allí se encontró con Camila y Sebastian, quienes se encontraban sentados en una mesa aparte. Ambos le saludaron para llamar su atención y ella se encamino hacía allí.

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Seba en multimedia

Mi Madre y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora