𝘿𝙀𝙏𝙍𝙊𝙄𝙏: 𝙗𝙚𝙘𝙤𝙢𝙚 𝙝𝙪𝙢𝙖𝙣; One-Shots

Atención [Gavin Reed x Reader]

¿Cómo actuaria Gavin al ver tus faltas de atención hacia él?

Hoy era sábado por la noche la única ocasión en la que Gavin y yo coincidíamos a las mismas horas, el trabajaba y yo estudiaba casi todo el día y todos los días, era casi imposible coincidir en casa a la misma hora y cuando sucedía era un milagro.

Con toda la pereza del mundo me encontraba acostada (o más bien echada) en el sofá con mi pijama puesta y mi móvil en manos, el sonido de la TV se escuchaba muy suave lo que lograba dar un ambiente ameno, al menos para mi.

Mi compañero se encontraba un tanto estrésado porque el repartidor de la comida rápida que habíamos ordenado estaba tardando más de una hora y media y eso era algo que mantenía sumamente estrésado a aquel hombre.

─ Maldita sea, me cago en Dios! ─Escuché maldecir al detective desde la cocina una y otra ves, sus insultos eran ya normales para mi.

Sin darle mucha importancia a todo lo que estaba sucediendo me mantuve revisando el time line de aquella red social en la que estaba. Ya había aprendido a acostumbrar mis oídos para evitar los insultos de mayor que solían ser recurrentes cuando le pasaban cosas que no iban con sus planes.
Sin previo aviso el mayor se sentó bruscamente al lado de mi en aquel sofá con su ya típica actitud arisca, era como un niño pequeño cuando lo retaban por alguna cosa mala, esto no evitó que me riese en silencio.

─ Menudas risas te está sacando la persona con la que hablas ─Dijo un poco directo el Detective mientras evitaba mirar en mi dirección.

─ Joder Gavin, ni siquiera estoy hablando con nadie ─Repliqué un tanto consternada, cuando se ponía en ese plan me hartaba bastante.

─ Si si, lo que tu digas ─A pesar de haberle dicho la verdad el seguía con aquella insistencia tan bruta.

Me mantuve en absoluto silencio mientras le miraba de reojo con cierta expresión seria en mi rostro, ese hombre solía ser bastante intenso cuando se lo proponía. En todos los minutos que pasaron no hubo ningún indicio de que la comida llegaría así dándonos por vencido mientras que uno esperaba que el otro dijera "Vale, haré yo la cena" pero es nunca paso.
A veces valoraba mucho esos momentos en los que los encontrábamos en silencio y solo podía escuchar el ruido del la televisión, de ves en cuando solía reírme en un tono muy bajo al ver ciertas imágenes que aparecían en mi Time Line del móvil pues era tan básica que me reía con cualquier estupidez.

Estaba tan concentrada en la pantalla de mi teléfono que apenas me había percatado de que Gavin me estaba mirando fijamente, su cuerpo estaba de lado mientras que su cabeza se encontraba apoyada en el espaldar de sofá manteniendo su gesto de pocos amigos en su rostro, cuando le di cuenta de esto intente ignorarle aunque por dentro me causaba absoluta ternura.

─ Ejem... ─Su voz rompió en silencio tan ameno que teníamos, más bien un sonido de su garganta el cual buscaba llamar mi atención.

Simplemente le ignoré mientras seguía mirando mi móvil pues era obvio que iba ser algo estúpido, le miré rápidamente de reojo dándole a entender que estaba dispuesta a escucharle.

─ Hey... ─Escuche nuevamente su voz esta ves mas enojado.

─ ¿Que sucede? 

Aun sin separar mi mirada del móvil le contesté pues no creía que fuese nada tan importante, usualmente solía hablarme sobre lo asqueroso que fue su día y las veces en las que simplemente le gustaría tomarse unas vacaciones de décadas, siempre terminábamos bromeando aunque otras veces soliéramos terminar peleados...

─ ¿¡Podrías dejar ese maldito móvil y darme atención, gilipollas!? ─Gritó él hombre mientras me miraba con más furia que antes, creía que estaba apunto de explotar─ ¡Pareciera que estuvieras más pendiente el miedoso móvil antes de mi!

─ Por dios Gavin ¿Estas celoso de un aparato? ─Comenté en un todo burlesco por toda esta situación tan infantil.

─ ¡No! ─Y sin previo aviso él detective tomó el móvil de entre mis manos y lo lanzó a otro sofá para luego mirarme como si me desease la muerte en silencio, aunque a veces se le escapaba una risita nerviosa que acababa en mal cara─ Me gustaría que me prestases atención! 

─ ¿Para qué? Si cuando te intento mimar comienzas con tus mierdas y terminas lamentándome la madre.

─ Me gusta que me insistas una y otra ves ¿Sabías imbécil? ─Y como si se tratase de un niño de doce años se levantó completamente cabreado y caminó en dirección a la cocina casi echando humo por la cabeza.

Refunfuñé un poco cansada y me levanté del sofá igualmente para luego estirar mi espalda, iba a ir detrás de él pues habría que hacerlo feliz de alguna manera esa noche...