Hermione Weasley, se encontraba sola en su casa preparando el almuerzo para su amado esposo, que se encontraba en el parque paseando a su hija, Rose, que pronto cumpliría dos años.
Lavaba los platos a mano, atenta al tiempo en el temporizador pues no quería que su comida se quemara. Cuando tocaron el timbre. La castaña dejo los platos, cerró la llave del agua y secó sus manos mientras el timbre sonaba cinco veces más. La insistencia de la persona afuera comenzaba a molestarla, pero se apuró y fue a abrirle.
Al salir el frió aire de otoño le calo los huesos, una punzada de molestia se dejo ver en su rostro al no ver a la fastidiosa persona que había tocado su timbre de esa manera.
De seguro es un niño, pensó.
Estaba a punto de cerrar la puerta, antes de ver algo en el suelo de su pórtico que llamo su atención. Era una canasta de mimbre sobre la que se encontraba una cosa envuelta en una manta rosa. El horror cubrió a Hermione cuando pensó lo que podía ser eso, y rogando que fuera una broma y allí dentro hubiera un cachorro, tomo la cesta y sin perder tiempo entro a la casa. Con cuidado la dejo en la mesa de la cocina. Era mucho más grande que un cachorro pero no podía ser un niño, ¿Qué clase de persona haría eso?
El sonido de la puerta abrirse interrumpió sus pensamientos y la hizo saltar del susto.
—Hermione —Escucho la voz de su esposo llamarla, pero sonaba tan lejana.
—Ron —Grito, aunque para ella sonó como un susurro. Escuchó los pasos de Ron llegar hasta su lado.
—Rose se durmió... ¿Qué es eso?
Hermione no respondió pero estiro la mano para destapar al pequeño y pálido bebé. No era tan pequeño como un recién nacido, y su cabecita se encontraba cubierta por mechones de pelo rojizo. Entre sus pequeñas manitos sujetaba fuere un sobre de papel. Un sobre en el que se leía Weasley en letras rojas. Y dentro una carta de puño y letra de alguien familiar.
Años más tarde.
El viento azotaba las ventanas de esa casa en alguna parte de Inglaterra. Los arboles crujían y las ramas de uno de los más grandes golpeaba con insistencia la ventana de uno de los cuartos del segundo piso.
La pequeña pelirroja temblaba de frio o de miedo, bajos las mantas. Lagrimas cubrían sus pequeños ojos avellana y se deslizaban por sus sonrojadas mejillas mojando las sabanas. Un trueno partió el cielo y Lily ya no aguanto más; tomando su león de peluche bajo rápidamente de la cama y corrió hacia la puerta con sus pequeños pies descalzos. Se estremeció cuando una fuerte brisa atravesó su cuerpo levantando levemente los pliegues de su camisón rosa.
Lily atravesó el pasillo temblando, sus lágrimas le dificultaban la vista. Ese pasillo nunca le había parecido tan largo como ahora.
Tlas.
Tlas.
Tlas.
Sus pasos retumbaban en el piso de madera. Un relámpago ilumino el cielo.
Una débil sensación de alivio cruzo por su cuerpo cuando llego a la puerta. Esta crujió, y la tenue luz de los relámpagos permitió un poco de visibilidad en el lugar, logrando ver una cama apartada de la multitud de juguetes de peluche y libros infantiles esparcidos sobre la alfombra rosa. La pequeña camino despacio hacia la cama abrazando fuerte a su león sobre su pecho. Llego ahí y miro el rostro de la niña dormida. La pequeña Rose dormía, ajena al miedo que invadía a su hermana, los risos rojizos caían sobre su blanca piel llena de pecas.
Lily sacudió suavemente su hombro para despertarla. Las largas pestañas de la niña se abrieron y sus cansados ojos color miel parpadearon y al ver a la niña despego la cabeza de a almohada.
—¿Qué pasa, Lily?
No respondió pero las lágrimas en sus ojos alertaron a la niña, que rápidamente dejo un espacio un su cama. La niña entro, de repente todo el miedo se había esfumado de su cuerpo y el sueño la llevaba. Rose la miraba atenta y Lily sonrió mirando los ojos de su hermana. La mano de la niña borro los rastros de lágrimas que antes habían recorrido su rostro. La mano Rose quedo fuera de las mantas, Lily dejo la suya sobre ella para darle calor en la fría noche. Sonrió y cerró los ojos quedándose dormida.
—Buenas noches, Rose —dijo Lily antes de seguirla al mundo de los sueños.
Aclaraciones:
1)No existen James, Albus, ni Hugo.
2)No es hija de Harry
3)Hermione dejo su trabajo temporalmente para concentrarse en su familia, antes de que las niñas entren a primaria ella volverá al ministerio.
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Historias Perdidas || Tercera Generación
Fanfiction¿Que pasa si mezclamos magia, un grupo de niños y hormonas? ¡Muchas cosas sin sentido! Y aventuras que, seguramente, no confesarían ni bajo un crucio. ¿James y Albus usando un tutu? ¿Teddy en una cita con Bill Weasley? ¿Scorpius enamorado de una pe...