Lily y Draco [Platónico]

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EL PROFESOR

La primera vez que lo vio no supo que él sería tan importante en su vida.

Lily era apenas una niña. Pronto cumpliría catorce y él tenía la edad de su padre, su hijo Scorpius, incluso, era mayor que ella ¿Cómo podría ese hombre llegar a ser tan importante? Al día de hoy nadie está seguro de cómo eso sucedió, pero pasó.

Draco Malfoy remplazó al profesor favorito de Lily, Horace Slughorn, en su materia favorita. Desde que supo la noticia solo podía rogar en silencio que al menos fuera mínimamente competente, y no terminara por arruinar ese corto periodo de clases que había transformado en su pequeño paraíso personal; porque esa fría y húmeda mazmorra del sótano del castillo, para Lily era un como un sorbo de agua mientras daba una larga caminata por el desierto del Sahara, descalza y con ropa de invierno. Quizás exagere un poco, pero era lo que le daba la paciencia suficiente para terminar la semana sin herir de gravedad a al incompetente de turno al que estaba obligada a ayudar con sus tareas.

El siguiente jueves, al llegar el cuarto periodo, mentiría si dijera que no le cosquillaban los nervios.

El profesor Malfoy se encontraba parado frente a su escritorio. Su capa negra revoloteaba cuando él se movía, lleva su largo pelo rubio recogido en una coleta baja y sus ojos grises escanean brevemente cada rostro en el aula.

Debía admitir que quedó levemente impresionada por su discurso de entrada:

—No sé cuantos de ustedes, llegados a este punto de su educación, logre apreciar el sutil arte de la elaboración de pociones.

>>Pero, para aquellos que tengan tal predisposición, conseguiré a lo largo de los restantes años de vuestra educación, enseñaros a embrujar la mente y a aturdir los sentidos, a embotellar la fama, elaborar la gloria y hasta detener la muerte. Muchos lo intentarán, pocos lo lograrán.

>> Les advierto: esto, como ya he dicho, es un arte y como tal debe ser apreciado y tratado con respeto.

Lily alzó la barbilla y recogió su cabello en una cola de caballo para evitar que los vapores lo quemaran. En la pizarra anotó las instrucciones de una poción y les pidió que la realizaran mientras él se paseaba por el salón. La pelirroja bostezó para después alzar una ceja ante lo que leía.

—Lo que están elaborando es una poción curadora de forúnculos, también conocida simplemente como poción para la cura de las ebulliciones... machaque los colmillos sin miedo señor Hyland, no lo pueden morder...Recuerden retirar el caldero del fuego antes de agregar las púas de puerco espin...

—Lo sabemos —Interrumpió Lily incapaz de callar sus comentarios por más de un par de minutos— ¡Es una poción de primero! Nosotros estamos en tercero, no sé qué tan incapaces e incompetentes nos cree profesor. Pero le aseguro, que al menos la mayoría de nosotros tiene al día su materia.

—Si tan capaz se cree señorita....

—Potter. Lily Potter. Y me considero una alumna capaz y eficiente.

—Como decía, si tan capaz se considera entonces demuéstrelo —dejó un ejemplar maltratado del libro de Elaboración de pociones avanzadas sobre su escritorio.

El ruido que este hizo al golpear la madera sobresalto a sus compañeros, que tan concentrados se encontraban en la discusión que dejaron que uno de los calderos explotara. Lily cerró con fuerza los ojos cuando una chispa de burla floreció en los ojos grises de su profesor

—Me doy cuenta del nivel que tienen sus compañeros señorita Potter, yo en su lugar agacharía la cabeza y continuaría con la poción. En cuanto a usted, señor Roth por favor acompañe a su compañero a la enfermería.

Historias Perdidas || Tercera GeneraciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora