Lily Potter se encontraba en el mismo lugar a la misma hora como todos los días. Ese pequeño baño del tercer piso. El único que nunca había sido arreglado, ya que allí vivía Myrtle quien se encargaba de echar a cualquiera que quisiera arreglar ese lugar.
No había mucha luz pero tampoco era necesaria, no había agua en algunas ocasiones y en otras estaba inundado, pero a nadie parecía importarle. Tal vez porque nadie excepto ella estaba tan loca como para entrar allí.
Los sollozos de Myrtle se habían acallado ya que como todos los días ella se esfumaba de allí y solo volvía unas cuantas horas después. A Lily no le importaba que hacia el fantasma debido a que le daba un par de horas de tranquilidad en solitario, cosa que era imposible en el enorme castillo lleno de niños y adolescentes en el que vivía.
La sonrisa se extendió suavemente por sus rojizos labios al sentir el silencio y darse cuenta de que lo único que podía escuchar era su respiración y su corazón martillear lentamente en su pecho. Eran momentos como esos en los que ella se llenaba de tranquilidad.
Había sido una suerte encontrar este lugar, ya que a pesar de lo grande que era el castillo nunca había un lugar que estuviera vacío. Los últimos cinco meses, sus primeros cinco meses en ese castillo, se había sentido intimidada por las miradas y susurros indiscretos de todos y a los pocos días al borde de una crisis nerviosa se había visto obligada a buscar un lugar para poder respirar tranquila y sentirse como ella misma.
¡Joder! Tenía once años no era una edad en la que se tuviera que sentir así, y las emociones la estaban sobrecargando poco a poco. Su mente no estaba preparada para todo esto... y colapso.
Quizás si su padre le hubiera dicho la verdad antes podría haberse preparado para lo que le esperaría, pero él no le había hecho y ella había parecido una tonta sus primeras semanas hasta que su prima se había dignado a decirle la verdad.
¡Que tonta había sido! ¿Cómo no se había dado cuenta antes de todas las mentiras sobre la que estaba construida su familia? ¡¿Cómo no se lo habían dicho?!
Bueno, al menos tenía el consuelo de saber que a todos sus primos y hermanos les había tocado descubrirlo por su cuenta.
Los llantos de Myrtle regresaron y Lily pestañeo ahuyentando los recuerdos y poniéndose de pie... Era hora de volver al mundo real, y plantando una falsa sonrisa salió casi dando saltos.
Después de todo ellaera la pequeña Potter y le había tocado jugar el papel de la niña dulce y enérgica. Un papel que habíainterpretado con éxito desde que nació.
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Historias Perdidas || Tercera Generación
Fanfiction¿Que pasa si mezclamos magia, un grupo de niños y hormonas? ¡Muchas cosas sin sentido! Y aventuras que, seguramente, no confesarían ni bajo un crucio. ¿James y Albus usando un tutu? ¿Teddy en una cita con Bill Weasley? ¿Scorpius enamorado de una pe...