-Te propongo algo- me dice luego de pasar unos minutos en silencio -Empecemos de cero ¿sí?-
-Está bien- le respondo con una sonrisa. Realmente es una muy buena idea.
-Soy Jamie, agente del FBI- se presenta y me tiende la mano con una preciosa sonrisa ¿Cómo puedo negarme a él?
-Soy Scarlett, corredora de carreras nocturnas- estrechamos manos y el tira de mí, para envolverme en sus fuertes brazos. En este lugar, me siento extrañamente segura, con sus extremidades alrededor de mi cintura y mi cara apoyada en su pecho. Todo es malditamente perfecto, demasiado.
No puedo evitar preguntarme ¿Qué mierda estoy haciendo? El es del otro bando, el de los buenos, se supone que no debemos mezclarnos.
-Sé lo que estás pensando- me susurra, sacándome de mis cavilaciones.
-No es...-
-Tenés la misma duda que yo ¿Cómo pueden mezclarse dos personas de distinto equipo? Pero ¿sabes qué? Yo ya mande a todos esos pensamientos a la mierda, realmente quiero estar con vos ¿Por qué debería estar mal?- declara firme.
Otra vez sucumbo bajo los encantos de sus ojos azules como el océano, dejo mis pensamientos racionales a un lado y escucho a mi corazón, que está latiendo desenfrenadamente a causa del hombre que tengo a escasos centímetros. El es perfecto y, sin dudas, sabe que con una mirada sincera me tiene a sus pies.
El admitir el efecto que tiene en mi me pone nerviosa, no me gusta perder el control de mi misma.
Me separo un poco de él y el dolor se dispara a través de mi cuerpo. Mierda, había olvidado completamente que había tenido un accidente hace minutos. Me tambaleo un poco y Jamie me sostiene.
-No me siento muy bien- le digo con la voz apretada, me duele todo ¿Cómo pude no sentir nada antes? Antes de poder responderme a mí misma, la oscuridad me absorbe.
*
Abro mis ojos y el exceso de luz me ciega, parpadeo varias veces para acostumbrarme y enseguida me doy cuenta de donde me encuentro, en un hospital. Miro a mí alrededor y no encuentro a nadie ¿Dónde estará Jamie?
Cuando estoy a punto de gritar para que alguien venga a verme, la puerta se abre dejándome ver a Brand.
-¿Qué haces acá?- le pregunto extrañada. Mi voz suena rasposa y mi amigo lo nota, porque enseguida me tiende un vaso. El agua fresca pasa por mi garganta y casi gimo por el alivio.
-¿Acompañándote quizás?- me responde irónico, eso no es lo que yo quería oír.
-No es eso ¿Cómo te enteraste?-
-Aaah eso, me llamó alguien de tu celular. Aunque ya estábamos por ir a buscarte, estabas tardando demasiado en llegar a la meta. El doctor dijo que no tenes nada grave, solo un par de golpes. Pero van a dejarte en observación unos días- me dice frunciendo el ceño, me imagino lo preocupados que habrán estado y me siento culpable; debería haberles avisado en vez de estar a los besos con Jamie.
-¿Y ese alguien es…?- la puerta se vuelve a abrir y Jamie entra, una sonrisa se expande por mis labios y quiero golpearme por parecer una idiota frente a él.
-El- dice Brand señalándolo y respondiendo a mi pregunta. De pronto el morocho quita su sonrisa y lo mira fijamente, el aire se siente denso y no logro entender bien porque Brand lo mira con tanto odio.
Esperen….que idiota soy, Jamie me quería tras las rejas y ahora resulta que hace que termine en el hospital. Es obvio que mi amigo lo quiera tres metros bajo tierra.